Censura en el “Palacio de la Libertad” (exCCK) y en el Centro Cultural San Martin por obras referidas a Gaza

Escribe Valentina Viglieca

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En el término de una semana el gobierno de la Ciudad y el Nacional volvieron a coincidir en sus políticas represivas.

En esta oportunidad, ambos gobiernos censuraron expresiones artísticas por tener contenido comprometido con el genocidio en Gaza. Resulta llamativo que, en ambas instancias, el propio Estado había promovido el uso del espacio público para que se expresaran los artistas.

La dramaturga Marina Otero, quien viene de presentarse en el Encuentro Teatral Iberoamericano como parte de la delegación argentina, había sido convocada por el Centro Cultural San Martín para realizar un taller. En su caso la censura se debió al título que la artista puso al taller en el que iba a disertar: “¿Cómo crear después de Gaza?”. En una primera instancia le solicitaron que cambie el título y, ante la negativa de la artista, se le ´informó´ que el taller quedaba suspendido.

Más cínico aún, el título sugerido desde la gestión del organismo público era “¿Cómo crear después de las tinieblas del presente?”. Las autoridades reconocen la masacre de niñas, niños y del pueblo palestino en su conjunto como “una tiniebla”. Gaza sería un lugar ´oscuro´, según Fernanda Rotondaro, directora del Centro Cultural San Martín, y no un campo de concentración y exterminio a cielo abierto. Ante el rechazo de la artista, la directora del centro cultural dispuso la suspensión de la actividad en nombre de que “Gaza es un tema ríspido”.

La segunda censura tuvo lugar este 10 de septiembre y ocurrió en el Centro Cultural Kirchner: se trató del cierre -antes de la apertura- del 14° Encuentro Nacional de Fileteadores. Horas antes de inaugurarse la muestra que reunía obras de más de 150 artistas, las autoridades del Centro Cultural informaron que debían bajarse las obras que tuvieran contenido político, entre ellas, especialmente las que se manifestaban en favor de la Educación Pública y contra el genocidio en Gaza. El argumento es que esos temas “hieren la susceptibilidad del Gobierno Nacional” - sí, del que apoya a los carniceros Trump y Netanyahu, reprime a los jubilados y les roba a los discapacitados.

Durante los intercambios, los funcionarios se mostraron dispuestos a permitir que se quedaran las obras en favor de la educación pública, pero no las que apoyaban a Gaza. Ante la censura los artistas resolvieron retirar el conjunto de la muestra y trasladarla para ser expuesta en otro lugar. En un comunicado manifestaron: “Creemos en la democracia y en el arte como comunicador y transformador social. El «Filete Porteño» es la expresión pictórica característica de Argentina que ha transmitido sentires y sentidos desde sus inicios. Fue prohibido por la dictadura y hoy censurado por los libertarios”.

La censura contra las manifestaciones de repudio a la masacre del pueblo palestino es particularmente frecuente en ámbitos que se suponen destinados a la expresión y la creatividad, incluyendo las Facultades, como ocurrió en Exactas hace pocos días, cuando personal de seguridad y de la burocracia no docente impidieron a un grupo de estudiantes desplegar una bandera de Palestina en el patio central de la sede.

Lo que el gobierno no está pudiendo acallar es que cada vez más voces logren expresar el repudio ante un Estado genocida que, con el apoyo de Estados Unidos y el visto bueno de Javier Milei, buscan extinguir al pueblo palestino. Durante 2024, eran tímidas las manifestaciones en el arte de apoyo a la resistencia en Gaza en Argentina. Las movilizaciones, sin embargo, comenzaron a crecer. Las banderas palestinas están presentes en las marchas de jubilados, antifascistas, recitales, etcétera, con cada vez mayor frecuencia.

En un país en el que el propio gobierno celebra el asesinato de niños y niñas y pretenden imponerles un bozal a los artistas, estas dos decisiones firmes de no avalar la censura por parte de Marina Otero y la Asociación de Fileteadores son un camino para que el arte le dé cabida a la lucha contra los asesinos, los genocidas, los represores y sus aliados.

Revista EDM