Escribe Juan Luis Linarello
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Uno de los principales debates que se dieron en la primera sección electoral desde nuestro partido ha sido la problemática de vivienda.
Según datos de la RENABAP (Registro Nacional de Barrios Populares), actualizado al 2023, hay en San Martín 24.000 familias con problemas de vivienda, en José C. Paz 16.000, San Miguel 11.000. También en municipios con un alto presupuesto per cápita como San Isidro (6.000 familias) o Pilar (23.000 familias) se hace presente la crisis de hogar. Esta crisis al día de hoy, luego de dos años del gobierno de Milei, con grandes devaluaciones y liberación de los alquileres de por medio, es aún más letal. Según el Instituto de Estadísticas y Censos porteño, en el último año aumentaron un 27 % las personas en situación de calle. En el conurbano, si bien no hay cifras concretas, el panorama que se observa es el mismo.
La crisis de vivienda creciente es la contracara del exuberante crecimiento de viviendas ociosas e inalcanzables para la clase trabajadora. Son los barrios privados, torres con departamentos de lujo que funcionan como reserva de valor y expulsan a los trabajadores de sus respectivas ciudades. Esto último se puede ver analizando los datos del CENSO 2010 respecto al 2022. Los municipios costeros, cercanos a CABA, ejemplo predilecto del avance inmobiliario, son los que menor crecimiento poblacional tuvieron durante esos 12 años: Vicente López y San Fernando, un 5 %; y San Isidro apenas un 2 %. Caso contrario sucede en municipios como Tigre, Escobar o José C. Paz, con un crecimiento alrededor del 20 %, o Moreno, un 27 %, y Pilar un 32 %. Justamente Pilar, en los últimos 3 años, ha experimentado un crecimiento del 7 % y requiere de su atención.
Muchas familias de los municipios costeros, aquellos que han crecido muy poco, han vendido sus propiedades y por costos muy bajos han comprado un lote en Pilar. En dicho municipio, desde hace una década, la estrella del negocio inmobiliario fue favorecida también con modificaciones del código urbano para el avance de torres de gran altura. Este fenómeno de crecimiento, de traslado demográfico, también tiene una cara diferente en José C. Paz o Moreno, donde su aumento poblacional radica en el avance de los barrios precarios, debido a que también muchas familias de las comunas costeras, por el alto costo del alquiler de la vivienda, decidieron trasladarse a lugares más lejanos. Otro municipio que desde nuestro espacio hemos denunciado es Tres de Febrero, conducido por Valenzuela, reciente candidato a senador por LLA. Es otro ejemplo claro de escaso crecimiento poblacional (7 %) y de favorecer los negocios privados, como el caso del cierre de la sucursal del Easy de Caseros o de la biblioteca municipal en Ciudad Jardín, para dar vía libre al avance de proyectos que incluyen grandes torres. En esto último tenemos un nuevo capítulo sobre tierras fiscales para privatizar y beneficiar el negocio especulativo.
Queda claro que la especulación inmobiliaria expulsa a los trabajadores a través del encarecimiento de las propiedades y que, mediante políticas concretas, los gobiernos benefician a los pulpos económicos y el gran capital.
La demanda urgente de vivienda será solucionada bajo un programa socialista, bajo un gobierno obrero que tenga como prioridad las reivindicaciones de su clase. Un programa por el no pago de la deuda externa, por la nacionalización de la banca y el comercio exterior, para que todos esos recursos sean puestos en un plan de viviendas dignas, en un plan de obras públicas que le brinde trabajo a las manos desocupadas que hoy hay en la Argentina.
