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El 10 de septiembre se dio a conocer, por medio de Boletín Oficial, un fuerte recorte en la cartera de Defensa. La motosierra en las FF. AA. impacta sobre el alistamiento, las remuneraciones y los planes de ´modernización´ (equipamiento) de las mismas que ha trazado el gobierno Milei. El Estado Mayor de la Fuerza Aérea registró una reducción presupuestaria de $ 2.004 millones, partidas destinadas a la asistencia social vinculada al personal y a combustible. En lo que respecta al Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO) “los recortes alcanzan a los $ 5.004 millones, con un fuerte impacto en los programas de planeamiento militar, ejercitaciones conjuntas y operaciones, los cuales sufren una reducción de $ 3.652 millones” (Zona Militar, 10/09) y fueron reasignados a las actividades que se llevan adelante en la zona antártica, considerada como prioritaria para el imperialismo en medio de la guerra comercial con China y las disputas por los corredores bioceánicos. Sobre el Ejército el recorte asciende a $ 17.693 millones y se da en “contexto en el que la fuerza mantiene desplegado personal en el marco del Operativo Roca en el norte del país, sin que hasta ahora existan refuerzos presupuestarios adicionales asignados para cubrir las necesidades de este despliegue.” (Idem) Por su parte, la Armada Argentina, recibió partidas adicionales por $ 1.064 millones.
En lo que va de gobierno liberticida se registran 18.659 bajas en las Fuerzas Armadas, lo que representa el 17,6 % de los militares en actividad (840 oficiales, 15.421 soldados y 2.398 suboficiales). La mayoría de las bajas se dieron entre los soldados voluntarios, debido a las bajas remuneraciones. Los egresados de los institutos de formación militar no compensan los retiros.
Las alicaídas remuneraciones pegan de lleno en las bajas jerarquías, que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. El cuadro de situación arroja que “un capitán y un teniente de navío cobran $ 1.109. 913, la remuneración de un teniente primero y de un teniente de corbeta perciben $ 889.995 y un subteniente, un guardia marina y alférez –las categorías más bajas entre los oficiales– cobran $ 806.045” (Idem). La problemática en las remuneraciones dentro de las fuerzas se refuerza por los continuos traslados: los cónyugues no tienen una fuente de trabajo estable, llegando a vivir con un solo ingreso.
A las bajas remuneraciones se suma la falta de equipamiento entregado a los oficiales, como uniformes y botas. Anualmente las FF. AA. entregan un 20 % del equipamiento necesario para llevar adelante las instrucciones. Como ejemplo de la situación, fuentes militares señalan que “los militares del Ejército portan los mismos fusiles FAL que se usaban en Malvinas, un arma de 70 años de vigencia, sin todos los accesorios de tiro y visión de un arma moderna” (idem). Otro tanto es la situación de quebranto de IOSFA, la obra social de las FF. AA., que mantiene sin cobertura a sus afiliados en toda clase de patologías.
Loss “desertores” se reciclan en las policías provinciales, en los que se les reconoce la antigüedad y tienen remuneraciones que duplican o triplican a los recibidos en las Fuerzas Armadas.
Uno de los reclamos al gobierno nacional de la “familia castrense” es equiparar los haberes a los de las fuerzas de seguridad federales. Sin embargo, una de las primeras medidas del gobierno liberticida, en febrero del 2024, fue eliminar la jerarquización de remuneraciones implementada durante el gobierno de los Fernández, lo que en su momento enardeció a los militares.
El activo “político” que a priori representaba el apoyo de las FF. AA., que en 2023 fueron a votar la fórmula Milei-Villarruel, se desvanece ante un gobierno deshilachado. El gobierno ´libertario´ reformó la Ley de Seguridad Interior para habilitar la inserción de las Fuerzas Armadas en la represión interna. En este contexto de precariedad en el que se encuentran, cabe preguntarse si las mismas brindarán operatividad a un gobierno al que desde distintos sectores le vienen picando el boleto y discuten su relevo, entre los que se encuentra la vía institucional que conduce a Villarruel.
