Escribe Pablo Busch
Tiempo de lectura: 2 minutos
Durante la tarde de ayer, dos formaciones del Ferrocarril Urquiza colisionaron en la estación terminal de General Lemos (San Miguel). El estado derruido de las vías, causal del choque, fue también lo que evitó una tragedia: los trenes ingresan hace años a la estación a paso de hombre, lo que evitó de milagro que el choque de ayer sea una nueva masacre de Once. No hubo víctimas fatales. Una veintena de heridos de leve gravedad fueron atendidos en la estación. El tren circulará en forma reducida hasta que se realicen las pericias judiciales.
El choque de trenes es el resultado de un avanzado proceso de desmantelamiento del sistema ferroviario que lleva adelante el Gobierno de Milei de la mano de la concesionaria perteneciente a Benito Roggio y Gabriel Romero. El desmantelamiento del sistema ferroviario ya llevó a un choque en 2024 del ferrocarril Mitre por falta de señalización.
Las unidades del “amarillito” que circulan entre Lemos y Federico Lacroze datan de las décadas del 60/70 del siglo pasado. (Pueden escucharse referencias a las mismas unidades en las canciones de Luca Prodan) Según personal ferroviario, “son unidades antiguas podridas, sin sistema antiacaballamiento y sin ATS (frenos autónomos) o cualquier tecnología de este siglo”. El personal de señalización, balizamiento y prevención fue disminuido a su mínima expresión, y el presupuesto de reparación y mantenimiento de vías fue víctima de la motosierra del Gobierno de Milei.
El desmantelamiento del sistema ferroviario, que el Gobierno de Milei ha llevado a fondo, es una política de Estado hace décadas. El mismo día, 23 de octubre del año 2000, en la misma Estación de Lemos, hace 25 años chocaron también dos unidades del Urquiza. Los choques, según testimonios de los ferroviarios, fueron iguales, solo que en aquel entonces murieron dos pasajeras.
El salario del personal ferroviario también sufrió su propio desguace, lo que llevó a cientos de trabajadores del ferrocarril a acordar su retiro voluntario. El personal que se acogió al retiro voluntario no fue reemplazado.
Como dijimos frente al accidente en mayo del año pasado, “sobre los trabajadores que trabajan y toman transporte público pesa una espada de Damocles permanente, El régimen social de la precarización laboral es también el de la precarización de las condiciones de transporte.”
La Unión Ferroviaria de Sasia ha dejado pasar el desguace salarial, el de puestos de trabajo tanto como el del abandono del ferrocarril. Entre los gremios del transporte se conformó un bloque con la UTA para proteger al Gobierno de Milei contra cualquier medida de reclamo de los otros gremios. La lucha por presupuesto para el ferrocarril, así como la formación de comisiones de control obrero de la seguridad son incompatibles con una conducción sindical integrada al Directorio del ferrocarril y a la agenda antiobrera del Gobierno.
