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El 30 de mayo fue confirmado el primer caso de coronavirus en el Barrio El Rocío, de Del Viso, una beba de 9 meses. Cuando los padres llamaron al hospital Falcón para pedir una ambulancia, se la niegan alegando “que la fiebre de una beba de nueve meses no era una urgencia”. Ante esta situación los padres se vieron obligados a llevar a la beba al hospital, donde finalmente se confirmó que era covid-19. El abandono del sistema de salud derivó, en principio, en el contagio de un niño de 10 años con factores de riesgo.
Luego, la beba estuvo sin control médico desde su salida del hospital. Les prometieron el seguimiento telefónico de una asistente social y un pediatra que no existió. Nadie se comunicó para ver la evolución de la niña. Los testeos a los que conviven con la beba nunca llegaron, primero con el argumento de que “los familiares no estaban registrados para hisopados”, después “porque hay mucha demora para hisopados residenciales”.
Las campañas publicitarias sobre los protocolos a seguir ante síntomas de covid-19, tanto del gobierno nacional, como del provincial y el municipal, son una farsa.
La misma desprotección y abandono la sufrió el barrio en su conjunto. Nadie del Municipio se acercó a dar ningún tipo de directiva de información de prevención, no hubo ningún control, ni en el geriátrico del barrio, ni en los comercios, ni tampoco proveyeron los insumos necesarios para la sanitización de dichos lugares.
Los vecinos se organizaron en una comisión barrial, tomaron la iniciativa de dar aviso de la presencia del virus a la gente que se encontraba en la plaza con niños, hablaron con los dueños de los comercios sobre el cumplimiento de los protocolos y se ocuparon de controlar el cumplimiento de la cuarentena, el uso de barbijos y ofrecer asistencia a la familia.
Otra acción por parte de la comisión barrial fue comunicarse con el funcionario Daniel Hirsch, para coordinar algunas acciones con el municipio, y en principio que se le realicen los hisopados a toda la familia. La respuesta que dio fue que “había que hacer lo que dicen los médicos, aunque éstos sugieran romper el aislamiento para que la familia vaya a hacerse los hisopados por su cuenta”.
En el medio de eso, la madre pide una ambulancia porque la beba tenía problemas respiratorios, cuando llegan al hospital le dicen que no tiene nada y que no llame a la ambulancia “por pavadas”. Ante la bronca, los vecinos reforzaron la organización y redactaron una carta dirigida al intendente de Pilar, Federico Achával denunciando la situación del barrio y un petitorio hacia el municipio, en donde exigen la separación y aislamiento de los familiares sanos de aquellos que los testeos den positivos, para evitar el contagio intrafamiliar. Testeos masivos reales en ambos barrios para poder aislar el virus y evitar su propagación. Control médico, asistencia económica, alimentos, artículos de higiene personal, desinfección y limpieza, y todos los recursos necesarios para las personas que deban permanecer aisladas, durante todo su periodo de aislamiento. Control de la circulación interna y del cumplimiento riguroso de la prohibición del uso de los espacios públicos.
Una vía de comunicación despejada para dar aviso de situaciones que pongan en riesgo la salud del barrio y sus vecinos. Presencia del municipio con información y protocolos para el correcto funcionamiento de la prevención en ambos barrios.
La rápida difusión en redes sociales y medios locales del petitorio logro que al otro día por la noche la niña y la madre fueran trasladadas en ambulancia al Hospital Falcon ambas quedaron internadas en aislamiento y con el correspondiente control médico. Finalmente, y después de infinitas marchas, contramarchas, órdenes y contraordenes del sistema de salud todo el grupo familiar fue testeado y aún esperan los resultados.
La organización barrial se abre camino en momentos donde la vida de las familias obreras corre riesgo, la solidaridad, deliberación y movilización del barrio le arranco al Estado la asistencia a la beba y su familia. Como respuesta al reclamo del barrio, el municipio activo el “plan detectar” -un simple nivelador de fiebre- que para los pacientes asintomáticos no sirve.
Esto deja de manifiesto que la lucha de los vecinos no termina, faltan testeos en todo el barrio y la correcta asistencia del Estado para que el virus no se propague, insumos necesarios de sanitización y un subsidio para aquellos que necesitan estar aislados. Falta mucho todavía, pero este es el camino.