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Una de las batallas sordas que libra la clase obrera en la pandemia es la defensa del salario ante las rebajas salariales encubiertas en las liquidaciones de los haberes de los meses de marzo, abril, y mayo. Centenares de empresas han confeccionados las liquidaciones de haberes con su propia interpretación del DNU sobre la prohibición de despidos - los artículos 223 bis (suspensiones por razones de fuerza mayor) y 208 (remuneración de accidentes no inculpables) de la ley de Contrato de Trabajo.
Cuando se realizaron las liquidaciones de la mitad de marzo (la cuarentena comenzó el 20 de marzo) y casi todas las de abril, aún no se habían firmado el llamado ´acuerdo marco´ de la CGT y la UIA, que rebaja el 25% del salario de las suspensiones, ni las actas de las grandes fábricas donde se discutió la letra “chica” de las mismas.
El grueso de la patronales tomó el criterio de pagar el salario básico más la antigüedad, dejando de lado todos los premios y las actas adicionales de empresas; en consecuencia, lass rebajas salariales, en algunos casos, llegaron al orden del 40% al 50%. Los acuerdos posteriores dejaron como resultado cientos de millones de pesos de salarios no percibidos, pues establecieron que las liquidaciones debían realizarse sobre los salarios netos (básicos más premios y actas acuerdo internas). Esos salarios retroactivos que se mantuvieron impagos, en la mayoría de los casos, sobre el mes de abril, y, en muchos casos, en la primera y segunda quincena de mayo, aún no han sido regularizados, y son parte de una batalla de los cuerpos de delegados.
A pesar de que el DNU presidencial es muy claro al establecer que los trabajadores de los “grupos de riesgo” cobran el 100% de sus salarios durante la pandemia, las patronales han liquidado los haberes desconociéndo el pago de ese 100%; con un desconocido de criterio de “equidad”, hacia abajo, como hacen los K con los jubilados, dictaron un DNU empresario para pagarles lo mismo que a los trabajadores que tienen suspensiones rotativas. El tema suscitó decenas de denuncias en la justicia laboral, pero la plata de estos haberes impagos permanece en manos de las patronales.
Otra enorme retención indebida de las patronales está ocurriendo con todos los pagos de turnicidad de las plantas, pues donde no se ha firmado establecer en acta que establezca que los feriados y francos se pagan al 100% (lo que eleva el promedio salarial en casi un 7%) las patronales han liquidado todo como días hábiles, ahorrándose millones de pesos.
Las patronales son reacias a pagar los aguinaldos. Primero, tratan de formular con la burocracia de los gremios un pago diferido en dos o tres cuotas, cuestión absolutamente ilegal; pero, además, al igual que con los retroactivos impagos, comienzan a dar una batalla para el pago del aguinaldo sobre “la ley vigente” -artículos 121 y 122 de la Ley de Contratos de Trabajo-; es decir, sobre la doceava parte del total de las remuneraciones de lo trabajado.
Las suspensiones desde marzo reducen este aguinaldo sobre la “ley vigente”, a dos tercios del mismo, cuando los trabajadores no tienen ninguna responsabilidad sobre sus faltas y corresponde que cobren el 100%.
El reclamo de los haberes impagos y la liquidación del 100% del aguinaldo es fundamental. Algunas internas combativas han establecido un acuerdo para que, en la agenda de la discusión con la empresa, los jefes de las liquidaciones de sueldo deben estar presentes en la primera reunión, a los efectos de cobrar rápidamente los retroactivos impagos.
La responsabilidad de los cuerpos de delegados sobre los recibos de sueldo exhibidos en las carteleras gremiales e incluso cursos sobre la interpretación del mismo, son parte de la defensa integral de un salario que se pretenden robar las patronales y un tarea del activismo en la actual situación porque la burocracia sindical, una vez establecido el llamado acuerdo “marco”, se ha desentendido como nunca del salario y del trabajo.