Escribe Rafael Fernández
Zohran Mamdani se come la Gran Manzana
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Aunque las cadenas de televisión estadounidenses empezaban a hablar de una competencia ajustada o de un repunte de Andrew Cuomo, finalmente se confirmó un amplio triunfo del candidato demócrata-socialista en las elecciones para la alcaldía de la mayor ciudad de los EE. UU. y centro del capital financiero internacional. Mamdani obtuvo más del 50 % de los votos, pese a la intensa campaña de los multimillonarios y las amenazas de Donald Trump, en una de las elecciones más concurridas en décadas y en la que particularmente se incrementó la votación de la juventud.
El matón instalado en la Casa Blanca había llamado a votar a Cuomo -al punto de declarar abiertamente que votar al candidato Republicano Sliwa “es un voto por Mamdani”- contra el candidato de la izquierda demócrata, a quien catalogó como “comunista”. También Elon Musk llamó a votar al ahora “independiente” Andrew Cuomo (exgobernador demócrata del Estado de NY) y a dejar de lado a Curtis Sliwa. Mamdani respondió a estas declaraciones llamando a Cuomo un “títere de Trump y de los multimillonarios”. Trump volvió a amenazar a los neoyorquinos: “Si el comunista Mamdani gana, recortaré TODOS los fondos federales a la Ciudad de Nueva York. No habrá dinero para policía, bomberos, saneamiento, ni nada más. ¡La ciudad se convertirá en un infierno!”. El chantaje de retirar 7.600 millones de dólares a NYC tal vez inclinó a algunos votantes, pero también generó una gran indignación. Si las presiones y amenazas le rindieron al menos transitoriamente en Buenos Aires, sin embargo, ha fracasado en su propia tierra.
Trump ha sufrido serias derrotas en las elecciones del martes, no sólo en NYC sino también en los Estados de Virginia y Nueva Jersey, y también en un referéndum en California. En esas elecciones se produjo una caída de los republicanos mayor a la esperada, lo que coincide con la caída de la popularidad de Trump (desaprobado por el 63 % según encuesta de CNN). Según encuestas de la misma cadena, el Partido Demócrata cuenta con peor imagen que el propio Partido Republicano, por lo que los resultados se explican más como un plebiscito contra Trump que como una revitalización del partido imperialista actualmente en la “oposición”.
La acusación de “antisemita” volvió a la primera plana. Trump acusó al ahora electo alcalde de “ODIADOR DE JUDÍOS probado y autoproclamado” y llamó “estúpidos” a los judíos que voten por él. Por otra parte, en un acto de la Coalición Republicana Judía (RJC) realizado unos días antes de la elección, el representante Randy Fine volvió a hablar de “deportar a Mamdani”. La campaña de los lobbies sionistas fue brutal. Aunque según diversas fuentes el candidato del ala izquierda demócrata habría sido superado por Cuomo en el electorado judío, las cadenas de televisión admiten que al menos un 30 % de los judíos votó a Mamdani.
El referéndum en California también es una expresión de voto anti Trump. Allí se aprobó una modificación de los distritos electorales de forma de favorecer al Partido Demócrata en las elecciones de medio término del año que viene. Es una maniobra que responde a otra anterior realizada en Texas con el mismo fin, pero para favorecer a los republicanos, que obtendrían por este mecanismo cinco bancas más en la cámara de Representantes. La modificación en California implicaría un número idéntico a favor de los demócratas. Por encima de estas trampas electorales, lo que se reflejó en el plebiscito californiano es el enorme repudio que se ha ganado Donald Trump.
El triunfo de un musulmán en una ciudad que sufrió el atentado de las Torres Gemelas y en la que habitan cerca de dos millones de judíos no puede ser entendido sino como un rotundo giro de la opinión pública en torno a Israel y su genocidio en Palestina. La masacre del pueblo gazatí también está sacudiendo a la base MAGA del Partido Republicano. El propio líder de la Coalición Judía Republicana afirmó que “Nos encontramos en lo que yo considero las primeras etapas de una guerra civil no declarada dentro del Partido Republicano, en lo que respecta a Israel, el antisemitismo y la comunidad judía” (APNEWS, 2/11). En un reciente evento de la derecha juvenil estadounidense (TPUSA, un movimiento impulsado por Charlie Kirk), un joven trumpista con una gorra de “MAGA” lanzó una pregunta (muy aplaudida) nada menos que al vicepresidente JD Vance respecto al apoyo a Israel pese a que está realizando una “limpieza étnica” (sic). El joven atribuyó esa caracterización al fallecido ultraderechista Kirk, cuyo asesinato en las redes de la derecha muchos atribuyen al gobierno israelí. Vance no se atrevió a polemizar con la atribución de una limpieza étnica contra la población árabe, sabiendo que una defensa de Israel sería extremadamente impopular en esa reunión.
En su discurso tras la victoria, Mamdani volvió a hacer énfasis en los ejes de su campaña electoral: congelar alquileres, guarderías gratuitas para todos los niños hasta los cinco años, autobuses gratuitos, llamando a la unión de los trabajadores contra los “oligarcas” multimillonarios y anticipando una gran confrontación con el gobierno de Trump. La gran votación del joven candidato refleja un giro a la izquierda del electorado demócrata e incluso una temprana decepción de una parte de la base electoral trumpista neoyorquina, que según diversos testimonios votó por el proclamado “socialista” pese a las patoteadas de Trump.
Mientras se mantiene el “cierre” del gobierno por falta de fondos (ahora ya es el cierre más largo de la historia), con Trump cortando la asistencia alimentaria a los hambrientos y prometiendo más despidos, la elección de Nueva York refleja la agudización de la lucha de clases, donde la tendencia al fascismo de las clases dominantes enfrenta una creciente movilización de los explotados y un crecimiento del activismo que rechaza el capitalismo y se identifica como socialista. La bancarrota capitalista y la guerra imperialista engendrarán una respuesta revolucionaria de los explotados, que los “demócratas socialistas” estadounidenses apenas reflejan de una manera muy deformada, ya que pretenden canalizar la bronca y las luchas hacia la reforma del Partido Demócrata y del régimen político imperialista.
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