Escribe Rafael Fernández - Partido de los Trabajadores (Uruguay)
La victoria electoral de un candidato que presenta un programa de reformas populares y llama a “globalizar la intifada”.
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Nueva York es la ciudad más grande de los EE.UU., en el que reside el centro financiero del capitalismo mundial, y por añadidura es la segunda ciudad con más judíos en el mundo después de Tel Aviv (si se incluye su área metropolitana). Allí triunfó en las elecciones primarias del Partido Demócrata para la alcaldía de la ciudad un joven candidato musulmán que se autodefine como “socialista” (es miembro de Democratic Socialist of America, una fracción del partido Demócrata), que ha denunciado el genocidio en Gaza y fue atacado por “antisemita” por los grandes medios de comunicación y por el candidato del establishment del P.D., Andrew Cuomo. En medio de la guerra de Israel contra Irán y el traicionero bombardeo de Trump contra la República Islámica, el “socialista demócrata” Zohran Mamdani obtuvo el 43.5 % contra un 36,4 % a favor de Cuomo. Por otra parte, un 11,3 % votó al progresista Brad Lander, judío, quien está a cargo del control del presupuesto de la ciudad, y que se ha destacado por su oposición a las redadas y deportaciones de Trump. Mamdani y Lander se apoyaron mutuamente, en un sistema electoral en el que el votante marca varios candidatos en orden de preferencia. Por esta razón, aunque aún deben analizarse los votos de las segundas opciones que se escrutarán el 1° de julio, es claro que Mamdani ha triunfado en la interna y el propio Andrew Cuomo reconoció su victoria.
Mamdani ascendió meteóricamente en las encuestas, pasando de apenas un 1 % en febrero (contra un 35 % a favor de Cuomo) a un 23 % en junio, para terminar con 10 puntos por encima de ese porcentaje unos días después. Andrew Cuomo fue gobernador del estado de Nueva York por diez años, hasta que debió renunciar en 2021 en medio de escándalos por múltiples acusaciones de acoso sexual. Pese a las denuncias que incluían 13 casos de acoso, las jerarquías del P.D. le dieron apoyo y Cuomo descontaba su triunfo. En tanto, Mamdani era apoyado por el ala izquierda demócrata -los llamados “demócratas socialistas”, como la representante por NY Alexandria Ocasio-Cortez, y también el senador independiente Bernie Sanders-. El ascenso vertiginoso de su contrincante fue respondido por Cuomo con la acusación de “antisemitismo” contra su desafiante. El candidato del establishment contaba con el respaldo público de figuras como el expresidente Bill Clinton y del New York Times, y en general de la mayoría del P.D. dominado ampliamente por el lobby sionista; su comité de campaña reunió 25 millones de dólares para inundar los medios de publicidad. El triunfo de Mamdani ha significado un terremoto político (así lo definió la CNN y casi toda la prensa).
Cuando era estudiante en la Universidad Bowdoin, Mamdani fue uno de los fundadores del capítulo “Students for Justice in Palestine” y abogó por el boicot a instituciones académicas y culturales sionistas, en repudio a la ocupación de Cisjordania. Desde entonces, ha defendido el movimiento BDS (boicotee, desinvierta y sancione) contra Israel. En 2023 introdujo en la Asamblea del Estado de Nueva York (en la cual es representante) un proyecto de ley titulado “Not on Our Dime! Ending New York Funding on Israeli Settler Violence Act”, que busca prohibir que las organizaciones benéficas registradas en NY hagan donaciones a entidades involucradas en asentamientos ilegales en Cisjordania o que apoyen crímenes de guerra en Gaza. Ese proyecto fue encajonado por la mayoría demócrata.
Durante la campaña por la candidatura a la alcaldía, el asambleísta estatal Sam Berger, un demócrata electo por Queens, acusó a Mamdani de antisemitismo una y otra vez, por apoyar al movimiento BDS y levantar la consigna “globalizar la intifada”. En mayo pasado, Berger lo acusó de “antisemitismo puro y simple” por negarse a firmar una resolución que conmemoraba la creación del Estado de Israel. Tras el primer debate demócrata del 4 de junio, en el cual Mamdani evitó respaldar explícitamente la existencia de Israel, Berger intensificó sus ataques, y llamó a votar a los judíos en su contra “como si nuestras vidas dependieran de ello” (declaración a Jewish Insider). Una buena parte de los votantes judíos desoyeron la campaña de Berger y Cuomo. Mamdani habría quedado segundo en el voto judío, con importante apoyo. El mismo candidato relata una anécdota sobre una anciana judía que se le acercó y susurró en el oído que acordaba con él en todo “menos en un punto, y tú sabes cuál es”, pero que igualmente lo iba a apoyar. Mamdani ha logrado apoyo en sectores judíos no sionistas y también entre sionistas. El bloque político conformado con Brad Lander es otro síntoma en el mismo sentido, ya que Lander es un sionista liberal (progresista) que ha declarado que “odia la política de Netanyahu” y llamado “apartheid” al régimen político de Israel.
Mamdani moderó su discurso respecto a Israel durante los últimos meses, y centró su campaña en las cuestiones económicas que afectan a los trabajadores. En el debate del 12 de junio, se presentó de la siguiente forma: “Mi nombre es Zohran Mamdani, miembro de la asamblea (legislativo local), y me presento para que la ciudad sea asequible. Congelaré el alquiler para millones de inquilinos, haré que los autobuses sean rápidos y gratuitos, y ofreceré atención infantil universal. Y antes de que pregunten, lo pagaré gravando a los ricos” (El País, 25/6). Además de congelar los alquileres del 50 % de la ciudad, de instalar supermercados municipales con precios controlados, de garantizar el cuidado gratuito de los niños menores de cinco años, propone elevar progresivamente el salario mínimo a 30 dólares la hora para 2030 (actualmente está en 16,50 dólares en NYC). Plantea financiar sus reformas con un impuesto adicional del 2 % sobre los millonarios y un 4,5 % adicional sobre las grandes corporaciones. El costo de vida en Nueva York es de los más elevados, por lo que su discurso tuvo gran impacto, sobre todo entre los jóvenes.
El joven candidato también se había dado a conocer con su apoyo a la movilización y huelga de hambre de los taxistas en 2021 (huelga en la que él participó y se convirtió en un vocero en la Asamblea de NY), que obtuvo un triunfo parcial con la reestructuración de las deudas de los taxistas.
Mamdani también se destacó por enfrentar al trumpista Tom Homan, el llamado zar de la frontera, repudiando las redadas y deportaciones de inmigrantes -él mismo es un inmigrante, nacido en Uganda. En marzo, protagonizó un incidente en el Capitolio estatal cuando increpó a Homan mientras protestaba por el arresto del activista propalestino Mahmoud Khalil. Su aliado Brad Lander también se enfrentó con agentes del ICE (servicio de migraciones), y fue arrestado al aferrarse a un inmigrante intentando evitar su detención. Estos gestos se volvieron virales y les ganaron un gran respaldo en una ciudad que masivamente repudia la política migratoria del trumpismo . La actitud de ambos candidatos contrastaba con la política del actual alcalde Eric Adams -electo por el P.D. pero que ahora intenta reelegirse como candidato independiente- que ha realizado acuerdos con Homan para identificar inmigrantes sin papeles en las cárceles, en nombre de la seguridad pública, lo cual contradice las normas votadas por la ciudad desde hace décadas (“ciudad santuario)”. Adams llegó a este acuerdo en febrero, y “casualmente” en abril el gobierno nacional retiró cargos en su contra por casos de corrupción. Mamdani también ha colocado como eje el enfrentamiento a la política migratoria y el reforzamiento del sistema de ciudad santuario. Mientras tanto, Tom Homan elogió la “disposición a colaborar con ICE” de Adams y respondió al anuncio de “echar a ICE de la ciudad” que realizó Mamdani, afirmando que “La ley federal prevalece sobre él todos los días” y que “Vamos a duplicar y triplicar nuestros esfuerzos en las ciudades santuario”. El modelo es el que se aplica en Los Ángeles, con la Guardia Nacional y los marines, ahora avalado por la Justicia según un fallo de un Tribunal de Apelaciones del 20/6. Zohran Mamdani movilizó a 50.000 voluntarios, un hecho sin precedentes en una campaña por la alcaldía, mayoritariamente jóvenes, que contactaron puerta a puerta a un millón y medio de personas, y se calcula que más de 2 millones en forma telefónica. Estos voluntarios fueron conquistados en unos escasos meses, a partir de la agitación de las propuestas y consignas que galvanizaron a la base progresista del P.D. y a muchos jóvenes que se habían apartado de la política. Frente a la campaña puramente mediática y sin movilizaciones de Cuomo, Mamdani logró constituir un movimiento de base que explica la enorme remontada en las encuestas y en las urnas.
Donald Trump ha publicado en sus redes que un “lunático 100 % comunista” triunfó en la primaria demócrata “y está en camino de convertirse en alcalde”.
El líder demócrata en el Senado, el senador por NY Chuck Schumer, felicitó a Mamdani por su triunfo, pero no se pronunció para respaldarlo en las elecciones de noviembre. Schumer ha mantenido una posición de colaboración con el gobierno trumpista, votando su ley fiscal que atacó a los trabajadores federales y aplicó la motosierra al gasto social, y es uno de los legisladores más proisraelíes. Recientemente, Schumer publicó un libro contra el “antisemitismo” en los Estados Unidos, en el que ataca especialmente a legisladores demócratas y “demócratas socialistas”, acusándolos de antisemitismo simplemente por plantear críticas al gobierno israelí u osar mencionar las palabras “genocidio” o “apartheid”. En una reciente entrevista, Schumer dijo “Mi trabajo, es mantener a la izquierda pro Israel.” (New York Times, 18/3). Es dudoso que Schumer se incline por apoyar a Mamdani, que está canalizando a buena parte de los activistas propalestinos, y seguramente lo hará por Adams.
La actitud de otros referentes demócratas se puede deducir de la publicación realizada en X por parte de Lawrence H. Summers, quien fue secretario del tesoro de Bill Clinton, director del Consejo Nacional de Economía bajo Obama, presidente de Harvard de 2001 a 2006, y economista jefe del Banco Mundial entre 1991 y 1993, es decir, un exponente del establishment financiero por excelencia. Summers publicó: “Estoy profundamente alarmado por el futuro del P.D. y del país por la nominación en Nueva York, ayer, de un candidato que no rechazó el eslogan de ‘globalizar la intifada’ y aboga por políticas económicas trotskistas”.
El multimillonario sionista Bill Ackman apoyó a Cuomo. Anteriormente demócrata, en la elección a presidente había apoyado a Trump. Ahora declaró que si triunfa Mamdani en noviembre dejará la residencia fiscal en la ciudad de Nueva York para no pagar los impuestos anunciados sobre los ricos, y pronosticó un éxodo de millonarios.
La provocadora advertencia de Tom Homan respecto a un incremento de las redadas del ICE en Nueva York, marca una perspectiva de mayor confrontación con el probable futuro gobernante de la ciudad, en la línea de la militarización y el establecimiento de un régimen policiaco.
La votación de Mamdani es un reflejo de la lucha de clases instalada en el país, y especialmente en la mayor ciudad estadounidense y centro financiero internacional. Nueva York ha sido escenario de grandes movilizaciones contra Trump, la política migratoria, el fascismo y la guerra. También de la solidaridad con el pueblo palestino y el repudio al genocidio, como se ha comprobado en las acampadas y movilizaciones en los campus universitarios y también en las encuestas.
Este movimiento de masas choca no solamente con el gobierno sino también con el liderazgo demócrata. El PD cerró filas con los trumpistas para bloquear la posibilidad de un juicio político contra Trump por el lanzamiento del ataque a Irán sin previa consulta al Congreso. Nada menos que 128 representantes demócratas votaron con los republicanos a favor de archivar la moción del demócrata Al Green (representante por Texas) de iniciar el impeachment. Apenas 79 representantes demócratas votaron en contra de esta resolución.
Los “demócratas socialistas” como Ocasio-Cortez y los ‘independientes’ como Bernie Sanders buscan canalizar el malestar popular hacia la interna del P.D. “Intentamos, de una forma u otra, crear un partido dentro del partido, para reunir a millones de jóvenes, trabajadores y personas de color, para exigir que el Partido Demócrata empiece a apoyar a la clase trabajadora de este país y se enfrente a los poderosos intereses corporativos que nunca lo han tenido tan bien”, declaró Sanders el 19/3 a CNN; es el fracasado “troscoperonismo” (y en menor medida el troscofrenteamplismo), pero aplicado en Estados Unidos, pero sin una posición antisionista y antiimperialista, como la de Mamdani con Gaza, Cisjordania e Irán. Mamdani se adhirió a los “Socialistas Democráticos” en 2017. Pese a ello no fue inmediatamente apoyado por Sanders y Ocasio-Cortez. La representante por NY declaró su respaldo recién el 5 de junio y el senador por Vermont recién el 17/6, es decir, apenas una semana antes de la votación, cuando había trepado en las encuestas. Tras el sorprendente triunfo del joven socialista democrático, Sanders coloca su campaña como ejemplo para el Partido Demócrata, cuando en realidad entregó esa campaña, hace una década, a Hillary Clinton.
Los “socialistas” a la Sanders ya han capitulado más de una vez ante el establishment imperialista Demócrata. La cúpula demócrata en tanto le da los votos al trumpismo para impulsar la guerra y avanzar en el curso fascista hacia un régimen policiaco. Los dirigentes del P.D. y los millonarios que son su base no actúan de la misma forma “unitaria”, como se revela en las ya anunciadas fugas de votos hacia Eric Adams o incluso hacia Andrew Cuomo -que está evaluando presentarse también como candidato independiente. Según The New York Times, “algunos donantes del exgobernador Andrew M. Cuomo consideraron unirse detrás del alcalde Eric Adams”. Uno de esos donantes, el especulador inmobiliario Scott Rechler -uno de los mayores propietarios de inmuebles de la ciudad- dijo que para enfrentar a Mamdani “él pondría su apoyo y potencialmente sus recursos financieros detrás del actual alcalde, plagado de escándalos”. Rechler donó 250.000 dólares a la campaña de Cuomo, y llamo a que este y Adams “no dividan el voto centrista” (NYT, 25/6). Las maniobras contra Mamdani ya han comenzado.
La primaria demócrata de Nueva York ha mostrado la simpatía del electorado por un candidato que se reivindica socialista y que denuncia los crímenes del estado sionista. El “giro a la derecha” que los medios atribuyen al electorado, no ha prosperado en la capital del mundo; bastó para eso una posición de confrontación con el capital financiero y contra su casta política. Mamdani está a un paso de ganar la jefatura de gobierno de NY (“la ciudad que no duerme nunca”). Pero la aplicación de su programa requiere medidas profundas contra el monopolio del gran capital y romper con el chaleco de fuerza del partido enteramente a su servicio. Son las dos cuestiones fundamentales que el joven desafiante no reúne ni se ha dedicado a construir. La paliza que ha recibido la burguesía mundial en este espacio político debe ser saludada por la clase obrera internacional, en su esfuerzo para convertir la guerra imperialista en una gran guerra de clase contra el imperialismo.