Balance de las elecciones de delegados del subte

Escribe Matías Cisneros

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Del 28 al 30 de octubre se realizaron las elecciones de delegados del sindicato del Subte, AGTSyP.

A lo largo de esos tres días se instalaron 35 mesas de votación para elegir a 86 delegados. Cada mesa definió delegados por sector en todas las líneas. En 30 mesas hubo lista única, algunas de las cuales se construyen por una elección de tachas previa donde sólo votan los afiliados al sindicato. En las elecciones de delegados votan todos los trabajadores, no importa filiación. La participación fue por encima del 50 % del padrón total, conformado por unos 3.600 trabajadores. Se trata de una participación importante teniendo en cuenta el predominio de listas únicas.

La dirección del sindicato se hizo en estas elecciones de 67 delegados. Paritarios en número de delegados, entre las fracciones de Pianelli y Segovia suman el 78 % de los delegados, aunque Pianelli concentra la influencia en los delegados de tráficos, determinantes en la vida del sindicato, en una proporción de 5 a 1. Una dirección anclada, por un lado, en el armado político de Kicillof y, por el otro, en la corriente sindical de Moyano, la CATT. Otro dato significativo es el retroceso de la oposición multicolor, una lista dirigida desde su nacimiento por los partidos que en la actualidad componen al FIT-U, en cantidad de delegados y sobre todo en influencia. Hace apenas tres años, había reunido el 41 % de los votos en la elección de Comisión Directiva. El Partido Obrero y el MST han desaparecido del cuerpo de delegados, mientras que el PTS ha retrocedido fuertemente en términos de organización e influencia. Ha desaparecido de Tráfico de la línea B, donde tenía su mayor trabajo. Allí se impuso la lista de Pianelli contra la Naranja, integrada por exactivistas del PO, mientras que el PTS se abstuvo (llamó a votar en blanco) – no llamó a votar por estos compañeros-.

Por otra parte, los trabajadores del taller Rancagua -un puntal en la lucha contra el asbesto- han renovado su representación con una nueva camada de delegados combativos. Asimismo, el autor de esta nota ha renovado su mandato como delegado del taller San José.

Cuestiones apremiantes

El nuevo cuerpo de delegados deberá atender cuestiones apremiantes.

El salario de los trabajadores del subte viene retrocediendo al ritmo de la inflación, sin haberse recuperado de la devaluación de diciembre de 2023, que marcó el inicio del mandato liberticida. Esto ha dejado el básico de la categoría más baja por debajo de la línea de pobreza. Y el básico del conductor hoy es el 80 % del valor de la canasta familiar. Los ítems que tiran el salario hacia arriba como la antigüedad o los viáticos, han sido golpeados por el ítem presentismo, que por la vía del servicio médico o los descuentos compulsivos golpean el bolsillo de los trabajadores. La actual conducción de AGTSyP, durante décadas, ha postergado una lucha en regla por el reconocimiento del sindicato. Hoy las paritarias son monopolio de la UTA, teniendo al legítimo representante de los trabajadores del subte como convidados de piedra.

Este golpe salarial constante refuerza las presiones por las recategorizaciones. La empresa lo aprovecha para meter nuevas categorías flexibilizadoras y polifuncionales al convenio colectivo. A su vez, refuerza la presión por las horas extras que terminan atacando la jornada de 6 horas, una conquista histórica en el camino del reconocimiento de la insalubridad. Una “modernización” del convenio colectivo se está operando a tal punto que la empresa se ha animado a proponer y modificar, por ahora en un solo taller de superficie, la jornada de 6 horas a cambio de un franco más.

El mayor golpe al bolsillo de los trabajadores es la jubilación. El reclamo de jubilarse a los 55 años por insalubridad con 82 % móvil ha quedado alejado por la inacción sindical y el ataque gubernamental. Hoy los compañeros que lucharon por la reducción de la jornada se jubilan más cercano a los 70 años. Con la mitad de su salario, que se ha desenganchado del trabajador activo. El resultado es que el 90 % de los jubilados del Subte se encuentran entre la línea de pobreza y la indigencia. Esta situación facilita los retiros voluntarios que achican la planta permanente del subte.

Desde la Pandemia hasta la actualidad se han perdido casi 700 puestos de trabajo. Hay sectores donde el faltante de personal es abrumador. En el sector de limpieza la empresa se ha dado la política de meter desodorante de ambiente para que disimule la mugre y el mal olor. Los ingresos de nuevos trabajadores son pocos, menos de 100 en el mismo periodo de tiempo. Y la empresa ha aprovechado para meter pequeñas empresas tercerizadas, sobre todo en las tareas de infraestructura.

Al final de todo, la salud. El gran tema en el Subte. Por un lado, están los factores insalubres no reconocidos. Con el agregado de asbesto, un cancerígeno prohibido, donde se han trazado acciones para disminuir la contaminación, pero que al día de hoy se han llevado 6 vidas y ha dejado más de 120 trabajadores afectados. Y por último los factores de estrés que termina con el personal reubicado en otros sectores.

El subte es una bomba de tiempo social. Una nueva generación de trabajadores del subte tiene el desafío de superar el impasse actual del sindicato. Volver a la asamblea, la recorrida, el cuerpo de delegados autoconvocado y la unidad de los trabajadores que tanto le ha jodido a la burocracia sindical son las herramientas fundamentales, sobre la base de estas reivindicaciones perentorias.

Revista EDM