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Luego de ganar las elecciones generales de comisión directiva, en mayo pasado, con el 70% de los votos, la oficialista Azul y Blanca ha convocado elecciones de delegados de base en algunos edificios. En muchos casos, los mandatos se encuentran vencidos desde hace años. La conducción de FOETRA ´administra´ la convocatoria a elecciones de acuerdo a su conveniencia, pasando por encima del derecho de los trabajadores a postularse y elegir a sus representantes. Este caso no es la excepción, ya que además de la fecha, ha dispuesto la convocatoria por sector -no por edificio- cuando es la patronal quien tiene la potestad de cambiar de sector a los trabajadores; también han escindido la elección de delegados de telefonía fija y telefonía móvil.
El plenario de delegados está compuesto por unos 250 miembros. El 80% corresponde a Telefónica y Telecom, y el resto a Claro, que encuadró solamente las comerciales; Arsat y tercerizadas menores. La oposición a Marín representó, hasta ahora, un 10% del cuerpo de delegados, aunque su influencia en muchos casos fue mayor, incluso ganando algunas votaciones salariales. Desde los años 2000, estuvo orientada fundamentalmente por la izquierda actualmente agrupada en el FIT U, en alianza con un sector de la CTA. La Azul y Blanca mantiene el dominio absoluto del sector plantel, a pesar del incremento de la presión laboral.
Las elecciones de delegados desarrolladas hasta ahora -edificios Vernet y Piedras, entre los más importantes- han puesto de manifiesto un impasse de la oposición ´multicolor´. De conjunto, aquella oposición tiene hoy menos de 10 delegados y registra una menor influencia. En las elecciones generales de comisión directiva, este bloque pasó paulatinamente del 40 % obtenido en 2013 hasta el 24,5% de la última elección. Este año, nuestra lista Naranja, en su primera presentación independiente, obtuvo el 5,5% de los votos. En cuanto a la elección de delegados de base, retrocedimos un delegado debido al cierre de la oficina donde nuestro compañero siempre fue reelegido. Adrede, fue trasladado a otra oficina donde la burocracia realizó la elección anticipándose a su llegada. En el edificio República, tal vez el más importante del gremio, las elecciones se realizarán los próximos 10 y 11 de diciembre. Allí apuntamos a revalidar mandatos. Se eligen 10 delegados por telefonía fija y cinco por telefonía móvil. En el edificio Barracas la convocatoria todavía está pendiente porque la burocracia no encuentra candidato propio.
La burocracia Azul y Blanca está completamente adaptada a la llamada “modernización laboral” que lleva las condiciones laborales y el salario de vuelta al siglo XIX.
Este proceso comenzó con la entrega de la lucha por el call center Atento, tercerizada de Telefónica, y la huelga autoconvocada de tercerizados de 2006. Continuó con la firma de la jornada de nueve horas en 2009, que llevó a la casi desaparición de la jornada de siete horas. Asistió impasible al vaciamiento laboral motorizado por las fusiones de Personal y Telecom, y Telefónica con Movistar, que impulsaron un fuerte proceso de retiros voluntarios –“despidos premiados”.
La patronal apunta a liquidar definitivamente la jornada de siete horas y ha establecido diferenciaciones muy importantes con quienes tienen jornada de nueve. Estos, por ejemplo, reciben sin cargo la cobertura de “Galeno Oro”, pero quienes mantienen las siete horas de trabajo, deben pagar $42.000 mensuales por integrante del grupo familiar para mantener “Galeno Azul”, de menor jerarquía.
Los nuevos sistemas que asignan el trabajo directamente al celular, sin necesidad de pasar por la oficina, permiten controlar el tiempo para reparar cada avería, ir de un cliente a otro, y el trayecto utilizado, incrementaron el control patronal del “lugar de trabajo”. El gradual reemplazo del histórico cableado de cobre de telefonía por la fibra óptica, con menores fallos, reduce la dotación necesaria.
Por otro lado, los call center y back office fueron diezmados mediante tercerizaciones en distintas provincias, donde las empresas aprovechan exenciones impositivas por “generar puestos de trabajo”, cuando los están destruyendo. Sumado al teletrabajo, que desorganiza y atomiza la organización laboral, permite mayor concentración y viabiliza el negocio inmobiliario cerrando edificios.
Pero el trabajo no “desaparece” producto del avance tecnológico, y las tareas que se pierden son compensadas por nuevos servicios y tareas. Lo que sucede es que el trabajo es tercerizado y precarizado sin respuesta gremial, reforzando el poder de la patronal y dejando como alternativa el retiro “voluntario”.
Hoy la dinámica del gremio está marcada por la fusión de Telecom con Telefónica: un nuevo monopolio privado nacerá bajo la batuta del grupo Clarín, que disparó un tsunami de retiros voluntarios generada por la concentración y la amenaza de que “mañana será menos plata”. Desde el 2024 Telefónica pasó de 10.000 trabajadores a 8.000. En Telecom la tendencia es la misma. Este proceso de reducción de personal, flexibilización, relocalización y tercerización se acentuará con la absorción de Telefónica por parte de Telecom.
Desde la Lista Naranja estamos impulsando la formación de un bloque de delegados que, frente a la fusión de Telecom y Telefónica, defienda los puestos laborales, denuncie y pelee contra los aprietes de la patronal. La política de derrotismo de la Azul y Blanca es funcional a la patronal. Les reprochan a los trabajadores la derrota del peronismo en las elecciones de medio término, en lugar de indagar en las causas, de las cuales la propia burocracia sindical es parte integrante.
Nuestra intervención en el cuerpo de delegados será un puntal para reorganizar a los trabajadores con el objetivo de recuperar el salario y las condiciones laborales. Especialmente la jornada de siete horas, que los telefónicos ya recuperamos en dos ocasiones: luego de la dictadura y de las privatizaciones menemistas.
Debemos volver a la recorrida de los pisos, las asambleas convocadas por el cuerpo de delegados y la unidad de todos los trabajadores. En esto va nuestro empeño.
