Puerto de Rosario: los estibadores recuperaron su sindicato

Escribe Carlos Blanco

Triunfazo de la Naranja en el SUPA.

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Con una enorme batalla, el 5 de diciembre, la Naranja derrotó a la burocracia de César Aybar.

Al cabo de una década donde, Aybar transformó al SUPA en una empresa familiar, negociando con las patronales beneficios propios a cambio de entregar las condiciones laborales, el salario y a los propios compañeros que se rebelaban frente a esta situación. Los hacía echar con “causas justas” fabricadas con las propias patronales.

Fueron 12 años de retrocesos donde la burocracia de Aybar expulsó a los estibadores y a la familia portuaria del Sindicato, liquidó las conquistas que con sacrificio y lucha habían conseguido los padres de muchos de los estibadores actuales. César Aybar vendió todo eso.

Con este triunfazo, la Naranja y los compañeros que colaboraron e hicieron el aguante dieron el primer paso en la lucha por la recuperación de esas conquistas. Para recuperar el salario, las condiciones laborales, la estabilidad para los eventuales y la democracia sindical con la participación de los trabajadores en las decisiones y en la vida del gremio.

Es una enorme victoria para la familia portuaria y para los trabajadores de la región y del Cordón Industrial.

La Naranja y una experiencia clave

Integrantes de la Naranja fueron protagonistas de la enorme lucha del verano del 2022/23. Fueron 40 días de una huelga histórica, organizada por los propios estibadores, que se enfrentó a la “santa alianza” de la patronal, la burocracia de Aybar y el Estado (Ministerio de Trabajo, represión policial y procesos judiciales).

Fue una lucha organizada por los propios estibadores con Asambleas debajo del puente, piquetes de convencimiento y el apoyo de la familia de los portuarios. También hubo apoyo de organizaciones y militantes, pero no tuvo el apoyo real y concreto (no sólo de palabras) de las centrales sindicales, como la CGT o las CTA, que no convocaron a ningún plan de lucha ni a ningún paro regional, como ocurrió también con la Federación Nacional Portuaria que amenazó con un paro nacional que no concretó. Estas medidas de lucha hubieran sido fundamentales para superar el aislamiento y fortalecer la huelga portuaria abriendo la posibilidad cierta de una victoria con la reincorporación de los 5 compañeros despedidos.

Los 40 días de huelga fueron autoconvocados y autoorganizados por la base de los estibadores. Las burocracias sindicales de todos los colores le dieron la espalda. Por eso la política de diferentes sectores gremiales y políticos, incluyendo a la izquierda, que plantean reclamarle a esa burocracia que organice paros y un plan de lucha es un camino de fracaso.

El camino es otro: es confiar en las propias fuerzas, en la unidad de los trabajadores y preparar las condiciones para la lucha. La Naranja recorrió este camino de unidad de los trabajadores portuarios para dar la batalla y recuperar el SUPA echando a la burocracia.

Es fundamental reivindicar estas enseñanzas, esta experiencia de organización de base, de lucha, de autonomía e independencia frente a los aparatos burocráticos y los agrupamientos superestructurales donde las bases de los trabajadores quedan al margen de los debates y decisiones.

La recuperación del SUPA va a permitir avanzar con la organización en los lugares de trabajo, en las terminales, y preparar las mejores condiciones para ir por las conquistas perdidas y los reclamos pendientes.

¡Adelante, compañeros!

Revista EDM