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La jornada contra la reforma laboral tuvo dos marchas en Tucumán. Una convocada por la CGT regional durante la mañana y otra en horarios de la tarde en la que participaron las izquierdas, PCR, ADIUNT, sectores estudiantiles y de jubilados. En ambas, el gobierno de Jaldo desplegó su aparato represivo.
La marcha de la CGT regional fue anunciada apenas dos días antes y sólo apuntó a los aparatos de los sindicatos ya que en ningún caso se llamó a paro. Sectores como la CTA, el MTE, el PCR y el PTS convocaron a ambas movilizaciones. En la plaza se juntaron alrededor de 4.000 personas y los discursos como en Plaza de Mayo fueron breves y prácticamente no se escucharon y desde ya ninguna alusión a Jaldo, el aliado peronista de Milei para sacar adelante la Reforma laboral.
La movilización de la tarde, que reunió alrededor de 2.500 asistentes, tuvo la virtud de hacer el acto con radio abierta, lo que posibilitó que se escuchen los distintos planteos. En las reuniones de coordinación el FITU quiso imponer su orientación en la convocatoria: el reclamo de paro y plan de lucha a la CGT y a la burocracia sindical. Su acción de aparato no tuvo efecto porque el resto de las fuerzas participó con su orientación.
En la convocatoria de la tarde se destacó ADIUNT, sindicato que constituye una referencia en los medios por su carácter combativo. De esta manera, en la mayoría de las notas se lo presentaba como el motor de la iniciativa. En la marcha se destacó la columna y el discurso. Ariel Osatinsky, su orador, llamó a los trabajadores a tomar la iniciativa, a confiar en sus propias fuerzas, y no esperar nada del congreso ni de la burocracia sindical que sólo salió a marchar para asegurar sus cajas. Planteó que hay organizar la huelga general y que en las Universidades hay que preparar el no inicio hasta derrotar al gobierno liberticida.
Desde Política Obrera participamos de las reuniones de preparación marcando el carácter fascista de la contrarreforma que impulsa Milei y nos delimitamos del seguidismo del FITU a la burocracia sindical y al parlamento. En el discurso en la plaza vinculamos la avanzada de Milei con la política de Trump de intervención en Venezuela y América Latina y la guerra en Medio Oriente.
Daniel Blanco, en el cierre del discurso, planteó la importancia de ganar tiempo hasta el tratamiento de la reforma en febrero para explicar en reuniones y asambleas el carácter fascista de los proyectos que impulsa el gobierno libertario y el intento de imponer un régimen carcelario en los lugares de trabajo, en los barrios y en toda la vida social. Destaco que no se puede poner un gramo de confianza en la burocracia sindical, que como ocurrió en la historia del país, las huelgas generales emergieron desde abajo pasando por encima de las burocracias, y en ese sentido, promover una profunda deliberación y la preparación de las acciones de lucha que abran el camino de la huelga general. ¡No hay tiempo que perder!
