Escribe Eugenia Arribálzaga
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El viernes 26 de diciembre más de medio centenar de docentes, estudiantes y familias del distrito de Berazategui se movilizaron por el centro de la ciudad para denunciar y visibilizar el estado crítico que atraviesa la educación pública, y en particular las escuelas técnicas. La jornada se desarrolló en el marco del debate parlamentario del presupuesto 2026 impulsado por el gobierno nacional, que profundiza el ajuste sobre áreas sensibles como educación, ciencia y salud.
La educación técnica vuelve a ser blanco de un ataque sistemático. Al igual que ocurrió durante la década del ’90 con la aplicación de la Ley Federal menemista —que vació contenidos, fusionó materias, fragmentó trayectos formativos y degradó la formación técnica— hoy asistimos a una nueva ofensiva, esta vez de la mano del gobierno liberticida de Javier Milei. El recorte presupuestario, la falta de inversión en infraestructura, la paralización de programas específicos y el deterioro de las condiciones laborales docentes ponen en riesgo la continuidad y calidad de una modalidad educativa clave para la formación de la juventud trabajadora.
Las escuelas técnicas, históricamente ligadas a las necesidades productivas y al desarrollo científico-tecnológico, son incompatibles con un proyecto de país basado en la privatización de la economía, la especulación financiera y la destrucción del mercado interno. Por eso el ajuste no es un “daño colateral”, sino una decisión política consciente.
Frente a este panorama, la respuesta no se hizo esperar. La movilización en Berazategui fue una muestra clara de que la comunidad educativa no está dispuesta a aceptar pasivamente este retroceso. De manera autoconvocada, docentes, estudiantes y padres salieron a las calles para defender la educación pública, laica, gratuita y de calidad, y para exigir presupuesto, infraestructura y políticas que fortalezcan a la educación técnica.
Esta lucha se inscribe en un proceso más amplio de resistencia al ajuste y al vaciamiento del Estado. La defensa de las escuelas técnicas es parte de la defensa de un proyecto de país al servicio de las mayorías populares, y no de los intereses del capital financiero. La movilización de Berazategui marca un camino: organización, unidad y lucha para frenar el ajuste y conquistar una educación al servicio de la clase trabajadora.
