Escribe Nicolás Morel
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El jueves 4 se llevó a cabo la segunda reunión abierta del CBC convocada por la UJS (Tendencia). Su objetivo fue seguir discutiendo de qué manera nos organizamos de cara a una cursada virtual que está dejando afuera de la universidad a cada vez más estudiantes.
Lejos de haber mejorado, las condiciones de cursada han sufrido un deterioro en las últimas semanas. El “inicio” de clases del 1 de junio ha sido un fiasco absoluto. En muchos casos, fue reprogramado para varios días después, producto del nulo funcionamiento del campus virtual, de los limitados canales de comunicación disponibles entre estudiantes y docentes y de la saturación de estos últimos, quienes han tenido que salir a dar la cara por todos estos problemas. La gestión del CBC hace oídos sordos ante todos estos problemas.
Las reuniones abiertas que venimos impulsando han hecho eco de estas problemáticas a partir de una nutrida concurrencia de estudiantes de diversas carreras y facultades: una consecuencia lógica, también, de la inexistencia de cualquier instancia de organización convocada por alguno de los trece centros de estudiantes de la UBA. Mucho menos la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), conducida por Franja Morada, ha recogido el guante de esta situación.
Entre las resoluciones votadas se encuentra enviar comunicados a los centros de estudiantes y a la propia FUBA planteando la necesidad de que tomen nota de los reclamos expresados masivamente por los estudiantes y se sumen a impulsarlos. No hacerlo significa avalar la crisis que estamos atravesando. Con las firmas de los propios estudiantes del CBC nos hemos dirigido a los centros de Sociales, Filosofía, Medicina, Derecho, Exactas, FADU e Ingeniería. Frente a lo que posiblemente puede ser el mayor proceso de deserción estudiantil en la historia del CBC es necesario con urgencia poner en pie asambleas de cada sede, las cuales permitan nuclearnos masivamente. En la última semana han surgido varios petitorios que han tenido una adhesión masiva: todos expresan el reclamo de miles de estudiantes por sus condiciones de cursada. Una asamblea convocada por los organismos estudiantiles permitirá darles un canal de expresión y un método de acción a esas demandas.
Por último, cabe señalar el debate político más general, que fue procesado en nuestra reunión y aparece como telón de fondo de la crisis del CBC. La cuestión del limitado presupuesto universitario juega su rol y guarda una relación profunda con el problema más general de la crisis política nacional atravesada por el principio de colapso sanitario y la entrega completa de los recursos nacionales para pagar la deuda externa. Los estudiantes debemos discutir el acuerdo que se presta a firmar el gobierno con los acreedores internacionales. Esta estafa pretende ser abordada a partir de un ataque gigantesco a las condiciones de vida de los trabajadores. Frente a este panorama, nos proponemos seguir desarrollando un plan de lucha y una gran discusión política.