La Nirva: “Este es el camino, tenemos confianza”

Escribe Vanina Rojas

Tiempo de lectura: 3 minutos

Las trabajadoras y trabajadores de la fábrica La Nirva, ubicada en Lomas del Mirador, partido de La Matanza, se encuentran actualmente en asamblea permanente dentro de la fábrica. La permanencia es el resultado de varios meses de lucha por el pago de más de ocho meses de salarios adeudados. Los trabajadores impulsaron un fondo de lucha, su causa ha sido abrazada por los vecinos, varias organizaciones sociales y sindicales del distrito.

El sábado nos acercamos a la fábrica para bridar nuestro apoyo y charlamos con tres trabajadoras, Roxana, Marta y Gloria, quienes nos comentaron su situación.

¿Cuánto tiempo hace que trabajan en la fábrica?

Roxana: Yo hace 5 años que trabajo en la fábrica. Soy de las más nuevas y la verdad es que, durante esos años, trabajamos y vivíamos bien, pero desde que vino este hombre [Matías Pérez Paradiso, dueño de la fábrica], ahí empezó todo mal. Vino a fundir la fábrica.

¿Cómo es su situación familiar? ¿Cómo lo están viviendo?

Roxana: Yo tengo a mi marido, que también trabaja, pero no quiero perder mis ingresos, mi fuente de trabajo. Hay compañeros que la están pasando mal, que no tienen para darle de comer a sus hijos y la verdad eso me pone muy mal.

Gloria: La mayoría de las compañeras son sostén de familia, no tienen otro ingreso. Yo tengo a mi hijo que tiene 18 años, pero depende de mí, el año pasado terminó el secundario. En mi caso, mi pareja me está bancando los gastos, él me apoya.

¿En qué situación se encuentra el conflicto?

Roxana: Estamos haciendo guardias y el lunes tenemos una asamblea dónde vamos a definir los pasos a seguir. Este es el camino, tenemos confianza. Entre todos yo sé que vamos a salir adelante, que vamos a hacer muchos alfajores, que se va a vender. Por ahí esto de la pandemia nos atrasa un poco pero ya se va a terminar esto, no va a ser para siempre.

Gloria: Es el día a día, todos los días va surgiendo algo nuevo. El otro día vino la policía. Ayer fuimos a la fiscalía por la denuncia de desalojo, pero por el tema de la pandemia está cerrada, así que quedó en la nada. Mantenemos la reja cerrada por seguridad. El otro día vino el dueño e ingresó, lo filmamos y vieron la reacción de las compañeras que le gritaron de todo. Él se creyó que iba hacer acá lo mismo que en otro lado y se encontró con nuestra resistencia.

¿Tienen contacto con otras fábricas?

Gloria: Hablamos con cooperativas y fábricas recuperadas, vinieron, nos dieron charlas. Una de laboratorio, aceitera, Mielcitas, vinieron a contarnos su experiencia. Conocimos a un montón de gente que nos acercó su solidaridad, fuimos al centro y a varias marchas.

¿Qué rol tuvo el sindicato?

Gloria: El sindicato nunca nos apoyó, en ningún momento apareció, sólo el día que entramos.

Marta: Ni siquiera se acercó para darnos un vaso de agua, o preguntar si necesitamos algo. Las chicas llamaban y decían “ya vamos a ir” y nada. Hay compañeras y compañeros de alto riesgo y durante el acampe estaban afuera, de día de noche. Llegamos hasta acá con la gente que se acercó a ayudarnos a darnos donaciones de dinero, mercadería. Hacíamos cosas para vender bizcochuelo, tortilla. Le agradecemos mucho a la gente que se acercó y nos dio una mano y se siguen acercando.

¿Cómo ven la situación general del país y de los trabajadores?

Marta: Hay muchos conflictos que dicen basta de despidos, porque con el asunto de la pandemia la mayoría de los empresarios y patrones no nos defienden, nos dejan en banda. Todos somos gente y tenemos familia que mantener, ellos piensan para el bolsillo de ellos, no para el lado de nosotros.

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