Algodonera Avellaneda: se afirma la lucha

Escribe Germán Lavini

El martes 23, nueva audiencia y marcha.

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Los obreros de la Algodonera Avellaneda S.A. protagonizaron, el martes 16 de junio, una enorme movilización que partió del Parque Industrial de Reconquista, donde se encuentra la planta, hasta la sede del ministerio de Trabajo, donde tuvo lugar una audiencia.

La columna, que recorrió las principales calles de la ciudad, fue acompañada por familiares, por trabajadores aceiteros, de la salud (SIPRUS), de la carne (Tutto Porkis en lucha), municipales, docentes y estatales, y por un conjunto de organizaciones políticas y sociales.

La audiencia en el ministerio se prolongó por tres horas y media. Participaron los delegados obreros, los representantes de la conducción gremial, el Secretario de Trabajo, Pusineri, y los directivos de la empresa del Grupo Vicentin. En esta primera instancia de la negociación, los trabajadores no han obtenido respuesta a ninguna de sus demandas. Mantienen un paro total de actividades, acampe y bloqueo a los ingresos de la planta.

La mesa de negociación fue reconvocada para el martes 23 de junio. Los trabajadores denuncian que se trata de un aplazamiento injustificado y reclaman el adelantamiento de la convocatoria.

La patronal de Algodonera Avellaneda, del Grupo Vicentin, se escudó en los convenios nacionales firmados a la baja por la burocracia textil y algodonera, para amparar la calamidad laboral a la que somete a los obreros. Ha aludido, además, que se niega a negociar con la planta parada. Un descaro. Esta patronal paga uno de los salarios más bajos del sector ($21.000 mensuales, $116 la hora), no reconoce categorías, ni antigüedad. Ha eliminado las bonificaciones por productividad, cuando la empresa ha multiplicado los ritmos de producción a costa de la superexplotación obrera, sin detener la producción fines de semana, ni feriados, con jornadas extenuantes bajo condiciones insalubres, sin reconocer el total de horas extras, ha quitado los premios de fin de año e incluso ha dejado de aportar a la obra social desde hace más de dos meses, aunque continúa descontándolo regularmente del salario. Víctor, uno de los delegados, expresó: "decidimos salir a la lucha porque, aunque trabajamos y estamos en blanco, vivimos en la miseria, cobrando la mitad de una canasta de pobreza. Eso significa que lo que está pagando esta empresa no nos permite ni siquiera cubrir las necesidades elementales de las familias. Por eso el tema de una recomposición salarial es uno de los primeros puntos que llevamos".

La conducción sindical de la AOT (Asociación Obrera Textil), cuyos dirigentes son rechazados por los trabajadores por entregadores y corresponsables por su situación, han buscado en todo momento desalentar las medidas, aun cuando son resueltas por multitudinarias asambleas de los operarios, con la concurrencia de los cuatro turnos, que reúnen a 500 obreros. Los intentos por desmovilizar por parte de esta burocracia no han tenido acogida entre los trabajadores. Se trata de una conducción puramente testimonial y desacreditada, si autoridad, ni representación de ningún tipo en la planta. Los trabajadores de la algodonera los han emplazado a no hablar en nombre de ellos y la presencia de la dirección gremial fue recibida por expresiones de repudio durante la movilización.

La movilización del martes demostró el respaldo social y la solidaridad que ha recogido la lucha los obreros de la algodonera. La patronal del Grupo Vicentín opera como un feudo en la localidad. Esta lucha ha atraído fuertemente la atención de otros trabajadores de la ciudad, que ven, en la pelea de los compañeros, reflejadas sus propias situaciones. Javier Cantero, delegado de la fábrica, resaltó este apoyo creciente: "el próximo martes, cuando repitamos la movilización desde el Parque Industrial hasta la Secretaría de Trabajo, hacia la nueva audiencia, será mayor aún la concurrencia ya que seguimos sumando manifestaciones de apoyo de más trabajadores de la zona, que también quieren hacer oír sus reclamos".

En el conglomerado fabril de Reconquista toma forma un proceso genuino de convergencia y organización en las bases, saliendo a la lucha con métodos de democracia obrera y asambleas, que ha hecho a un lado a la burocracia impotente con el empuje de la organización obrera para arrancar a la patronal parásita de Vicentín sus reivindicaciones.

¡Los obreros textiles y algodoneros abren con su ejemplo una senda al conjunto de la clase!

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