Vicentin, Latam y los trabajadores

Tapa de Política Obrera N°15

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La semana pasada, numerosos sindicatos y dirigentes sindicales publicaron una solicitada de apoyo al gobierno en el asunto Vicentin donde estaba ausente la palabra “expropiación”.

Antes, entonces, de que el juez del concurso echara a los interventores del gobierno, sus seguidores en el movimiento obrero habían arrugado a favor de un compromiso con los vaciadores.

Ahora, los voceros de los sindicatos del aceite anuncian, por medio de Página/12, que apoyan “la solución Perotti”, que excluye por completo una expropiación; pretende financiar el giro, o capital de trabajo, de Vicentin, mediante una intervención de los órganos jurídicos de la provincia de Santa Fe.

El recorrido de la política oficial en esta crisis es una clara demostración de que los trabajadores no pueden confiar en el gobierno de los Fernández: no es una garantía de defensa de la estabilidad laboral ni de los salarios. De otro lado, se hace cargo de un pasivo de 1.500 millones de dólares, a pesar de que el déficit fiscal y la deuda del Estado crecen sin parar.

La misma situación se repite en Latam: se retira de Argentina y deja a 1.700 trabajadores en la calle. Las direcciones sindicales (no reconocidas por el ministerio de Trabajo) reclaman la aceptación de los planteos del pulpo aeronáutico, en tanto los de Aerolíneas incluso festejan que Latam se vaya, en una defensa del monopolio comercial, que todos los gobiernos capitalistas han gestionado en perjuicio del país e incluso llevando al quebranto de Aerolíneas.

En la situación de Vicentin y Latam se encuentran numerosas empresas capitalistas, endeudadas hasta la coronilla bajo el macrismo, incluidos grupos agroindustrales, como Molino Cañuelas y otros. Más de mil están en cesación de pagos o directamente concursadas.

¿Vamos a cargar sobre nuestras espaldas con el rescate de sus dueños, accionistas y acreedores? Ese rescate conduce a decenas de despidos nuevos, porque todo rescate capitalista significa liquidar capital y trabajo “sobrantes”.

Estamos ante un gran desafío de conjunto, porque asistimos a la quiebra de un régimen social – el capitalismo, no solamente en Argentina ¿Por dónde empezar?

Creemos pertinente y urgente que los sindicatos afectados (todos los que actúan en las empresas del Vicentini Family Group) determinen lo que hay que hacer, por medio de conferencias o congresos de delegados, a partir de discusiones y decisiones en los lugares de trabajo.

Es necesaria la expropiación de todos los capitales que quiebran, sin resarcimientos a ellos y a sus acreedores, que lucraron en forma extraordinaria cuando los negocios iban hacia adelante.

La intervención estatal en esos grupos debe hacerse bajo el control de los obreros, con el voto de los trabajadores.

Esos congresos deberían delinear un programa de la clase obrera y la mayoría trabajadora del país.

Servirían de ese modo a la preparación política y práctica de un congreso nacional de la totalidad de los trabajadores.

Es el camino a seguir con la pandemia: protocolos de los barrios y de las organizaciones obreras en cada lugar de trabajo; reclutar más personal de salud, con las protecciones completas, bajo convenio laboral y una jornada de trabajo reducida.

El Covid-19 ha puesto al desnudo que el capitalismo es un enemigo de la humanidad.

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