Escribe Maxi S. Cortés
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Por decreto, el Gobierno de la Ciudad deja a disposición de las autoridades de cada hospital la libertad para disponer, de forma excepcional y mientras dure la pandemia, del personal franquero de enfermería durante los días de semana según se requiera. Los franqueros cubren puestos sábado, domingos y feriados. El decreto no toca la carga horaria del convenio - de 30 a 35 horas semanales.
Argentina encabeza la lista de países con más trabajadores de la salud contagiados -más del 15% del total de contagios-, con hospitales y clínicas públicos y privados que alcanzan picos del 19%. La semana pasada fallecieron el compañero Julio Gutiérrez, del hospital Durand, y el compañero José Aguirre, del hospital Rivadavia. Está internado en grave estado otro enfermero del hospital Moyano. La negación del gobierno de Rodríguez Larreta a otorgar licencias al personal que es parte del grupo de riesgo, la falta de insumos, testeos y descanso está haciendo estragos entre los trabajadores. Por el nivel de contagio se han vaciado servicios enteros en los hospitales. En muchos casos, se sostienen con un solo enfermero, con el relevamiento de los propios jefes de servicio o con una sobrecarga horaria (módulos) para los que aún permanecen en servicio y no han sido aislados.
El personal de salud de la ciudad de Buenos Aires es insuficiente desde antes de la pandemia. El porcentaje de enfermeros por cantidad de pacientes coloca a nuestro país como uno de los peor posicionados de todos los países del cono sur. En muchos hospitales, aún están esperando los nombramientos de cargos previos a la pandemia. Desatada la pandemia, el gobierno porteño contrató personal temporal, pero como aún no han cobrado sus haberes desde abril, se va produciendo un reflujo de ese personal en busca de otras fuentes laborales.
El problema es claro: en vez de contratar enfermeros, se apela a la sobrecarga del personal en función. Con dos agravantes: por un lado, el personal se encuentra con un desgaste físico y psíquico considerable que baja las defensas del sistema inmunitario, dejándolo expuesto al contagio y a las fallas y omisiones en la práctica, producto de la extenuación, que pueden resultar de gravedad. Por otro lado, el trabajador de enfermería en Argentina cobra salarios de pobreza y es empujado al multi trabajo. Es por esto que los franqueros de la Ciudad de Buenos Aires trabajan, durante la semana, en otras dependencias. El decreto de Larreta coloca en una posición muy complicada al trabajador, ya que lo obliga -en corto o mediano plazo- a tener que dejar uno de sus trabajos o a arriesgarse a recibir una sanción. Una vez más, el problema del pase a profesional de la carrera de enfermería, con la reducción de jornada y el correspondiente aumento de salario, se pone sobre la mesa.
Las direcciones gremiales de ATE, UPCN y Sutecba se encuentran entregando descaradamente la paritaria y el aguinaldo. Todo este diagnóstico de situación que se vive tiene a la mayoría de los delegados como rehenes de las políticas de las direcciones que utilizan a los gremios para sus acuerdos y carreras políticas con los gobiernos de turno. O terminan adaptándose y siendo cómplices a la miseria presupuestaria del Gobierno y de las trenzas sindicales a cambio de permisos gremiales para no ir a trabajar. O simplemente se alejan de la actividad desmoralizados.
Es necesario abrir una deliberación en el personal de enfermería para formar una coordinadora única de enfermería de la Ciudad, de privados y público, para rechazar el decreto, exigir el pase a profesional de la carrera, las licencias por grupo de riesgo, los nombramientos pendientes, el pago de salario al personal incorporado y una nueva y masiva contratación. Por último, una reapertura de las paritarias para llevar al salario al valor de la canasta familiar ($67.371, según la comisión interna de ATE Indec) y el pago del bono de salud a todo el personal.
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