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¿Qué define la mayor o menor probabilidad de conseguir trabajo en la docencia? El puntaje. Esto es lo primero que aprende el trabajador docente cuando ingresa al sistema.
El puntaje base para tomar horas lo otorga el título de profesor y luego éste aumenta según la antigüedad, la calificación anual y otras variables. Pero del cúmulo de variables existe una decisiva: los cursos de capacitación docente. Estos cursos que tienen como finalidad la profesionalización de nuestra práctica profesional y, además, otorgan puntaje.
El domingo 21 de junio se informó, a través de los grupos de WhatsApp, que el lunes 22 se abría la inscripción a los cursos virtuales de formación docente. A la media hora de abierta la inscripción se agotaron los 22.500 cupos. Decenas de miles de docentes quedaron fuera.
Cualquier observador, ajeno al gremio docente, puede interpretar este hecho como una muestra del gran interés de los trabajadores docentes por capacitarse y profesionalizar sus prácticas laborales. Sin embargo, esta apreciación sería unilateral porque obtura, que además del interés por capacitarse, el trabajador hace los cursos porque otorgan puntaje y éste es decisivo a la hora de conseguir trabajo.
Todo el mundo sabe, incluida la burocracia estatal de la DGCYE, que existe un negocio fabuloso detrás de los cursos de “formación” docente que ofrecen diversas empresas a los más de 300 mil docentes de toda la provincia. Los vendedores de puntos desfilan por todas las instituciones educativas ofreciendo cursos que no capacitan a nadie pero que sí otorgan puntaje. Al no existir por parte del Estado una adecuada oferta de cursos y el hecho de que los mismos no se realicen en servicio (durante la jornada de trabajo), a los trabajadores docentes, no les queda otra alternativa que sucumbir ante los mercaderes de la educación. Los precios que se pagan por los cursos privados constituyen una verdadera estafa: 20 mil, 40 mil y hasta 60 mil pesos. La conclusión es que los docentes terminan endeudados hasta el pescuezo para aumentar las probabilidades de conseguir trabajo.
Ofrecer 22 mil cupos para capacitaciones, en una cuarentena educativa que permite mayor flexibilidad horaria para hacer los cursos, es la señal para promover e impulsar el negocio capitalista de las capacitaciones que tienen un único beneficiario: la burguesía. A la formación docente no aporta nada y ello no redunda en un producto educativo de mayor calidad.
Kicillof ya dio sobradas muestras de su defensa estratégica de los negocios privados contra lo público. Hace unas semanas anunció, en una rimbombante conferencia de prensa, el rescate, con dinero de los trabajadores estatales, de la salud privada. Ahora, con el vaciamiento de cursos de formación docente públicos sale en rescate de la privatización de la formación docente.
Es imprescindible que, los agrupamientos sindicales clasistas de la docencia bonaerense incluyan en su programa el fin del negocio privado en la formación docente, por miles de cupos y cientos de cursos a cargo del Estado y por la capacitación en servicio.