El protocolo de retorno a clases: realidad versus ficción

Escribe Ana Belinco

Tiempo de lectura: 4 minutos

El gobierno nacional presentó un protocolo marco para el regreso a las aulas en todo el país. Este protocolo sería aprobado por el Consejo Federal de Educación. Sus lineamientos incluyen medidas de distanciamiento social, de higiene y de asistencia alternada.

El ministro de Educación, Nicolás Trotta, había anticipado que, en agosto, se retomarían las clases presenciales en aquellas provincias con nula o escasa circulación del virus. En el AMBA, Chaco y algunas provincias patagónicas, como Rio Negro, en cambio, se deberá esperar, aunque la decisión final será de los gobernadores.

El protocolo oficial consta de dos etapas. Por un lado, la preparación para la reapertura de las escuelas por medio de la capacitación y vacunación antigripal al personal docente y no docente y el control del calendario vacunatorio de los y las estudiantes. Las escuelas deberán contar con los insumos básicos de higiene (agua potable, jabón, alcohol en gel, cestos de basura). Al mismo tiempo, se deberá organizar el espacio asegurando la distancia social de 2 metros para los espacios comunes y de 1,5 metros en el interior de las aulas. La modalidad presencial será alternada dividiendo cada curso y tendrán prioridad los últimos años de cada nivel (7°primaria, 5° secundaria). El horario de ingreso a los establecimientos escolares será escalonado por grado, con el objetivo de evitar saturación en el transporte público y aglomeraciones en el ingreso.

Una vez que se produzca el retorno a clases, será obligatorio el uso de tapabocas. Si se llegara a detectar un caso sospechoso o positivo, se procedería a hisopar al estudiante o docente, a su aislamiento y al rastreo de sus contactos estrechos, tras lo cual quedarían suspendidas las clases en la escuela y se realizarían tareas de desinfección. A su vez, se prohibirán los actos escolares y reuniones masivas. También se contemplaría que los niños del mismo grupo familiar concurran a la escuela el mismo día y que uno de los progenitores goce de licencia para quedarse a cargo de los menores los días que no concurren a clases.

Este protocolo tiene también un apartado para la universidad que estipula los mismos parámetros generales, pero hace excepciones para algunas carreras, como Medicina, que tiene prácticas obligatorias.

Realidad vs ficción

El Protocolo de vuelta a clases se discute a contramano de la realidad.El mismo día que se anunció, se registraron 2.635 nuevos casos de Covid-19 en 24 horas. De ese total, 1.463 se registraron en la provincia de Buenos Aires y 1.012, en la Ciudad de Buenos Aires. Sabemos que estos datos son parciales porque hay insuficientes testeos. Por otra parte, en otros países, como Inglaterra, el escenario de vuelta a clases, en el medio del recrudecimiento de la pandemia, resultó imposible y criminal. Los ingleses decretaron la vuelta a las aulas y asistió apenas un 35% de la matrícula debido al temor de los padres de exponer a sus hijos. Rápidamente tuvieron que dar marcha atrás con la medida porque el ritmo de los contagios se aceleró y acrecentó de manera alarmante.

En CABA, el Ministerio de Educación porteño, pese a que el número de casos detectados en la jurisdicción equivale al 38% del total nacional, insiste en forzar una cuarentena cada vez más flexibilizada y una apertura de las escuelas que haga posible que los y las trabajadores y trabajadoras tengan dónde dejar a sus hijos durante el horario laboral. El protocolo de Larreta y su gabinete de expertos responde a las necesidades del capital, mientras la cartera de Educación nacional habilita el juego del Jefe de Gobierno porteño ya que deposita la decisión final en los mandatarios jurisdiccionales. Aunque se disfracen bajo discursos demagógicos en defensa de la salud, queda claro que lo que está primero para todos los gobiernos es la apertura económica.

Este protocolo presentado como "realista y posible" por el ministro Trotta se da de bruces con el estado de los edificios escolares, sin agua, gas ni baños en condiciones. En CABA, la compra de elementos de higiene está a cargo de las cooperadoras escolares, generando circuitos educativos (y ahora sanitarios) diferenciados entre escuelas donde el estudiantado puede pagar la cuota social y las que no. Un protocolo de esta magnitud requeriría de miles de millones de pesos destinados a su ejecución que el gobierno dilapida asegurando la sangría de las arcas nacionales en beneficio de los especuladores.

Organización de las y los trabajadores/as

CTERA reclama una paritaria nacional en donde se discuta, en términos amplios, el protocolo de vueltas a clases. Como su rechazo al pago del aguinaldo en cuotas, no pasó de un agite para la tribuna. En términos concretos, la CTERA no ha llevado adelante ninguna medida de acción de lucha. En CABA, por ejemplo, la UTE se limita a pedir su incorporación en la mesa de trabajo de Larreta.

Se necesita la mayor deliberación de toda la comunidad educativa. Asambleas por escuela, plenarios provinciales de delegados y asambleas distritales, donde seamos los y las trabajadoras quienes discutamos el protocolo y la necesaria infraestructura escolar acorde a las medidas sanitarias y de higiene necesarias.

El rechazo a la vuelta a clases en este contexto debe ser absoluto, en defensa de la vida de los y las docentes y las familias de nuestras comunidades educativas.

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