Una “moratoria universal”

Escribe Marcelo Ramal

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La moratoria que el gobierno envió al Congreso no es sólo impositiva, como anuncian los diarios, sino que incluye los aportes a Anses, o sea las jubilaciones. Ha recibido el mote de “universal”, pero por una sola razón: más allá de las PyMES y monotributistas, el proyecto incorpora también a las grandes empresas. Según informaciones oficiales, las deudas acumuladas con la AFIP superan los 5.000 millones de dólares. La moratoria es un rescate para los grandes capitalistas, que acaban de desembolsar 80 mil millones de pesos para suscribir una Letra del Tesoro. El proyecto oficial implica un pago en cuotas de hasta 10 años para las deudas vencidas de carácter tributario y aduanero, y hasta 5 para la seguridad social. La tasa de interés, del 2% mensual hasta fin de este año, es acompañada por una condonación parcial de intereses devengados y de multas.

A diferencia de otros proyectos, la “moratoria universal” no ha generado grieta con el macrismo: Cristian Ritondo, jefe de la bancada opositora, saludó la iniciativa y señaló que realizarán “aportes”. El proyecto oficial les impide a las grandes empresas que quieran acogerse, distribuir dividendos, operar en el mercado paralelo de cambios o remitir utilidades al exterior –por los mismos motivos, muchas de ellas ya renunciaron a los “ATP”. Naturalmente, los autores de la moratoria se cubren las espaldas, porque el mismo tiempo emiten títulos públicos, por nueva deuda, que son los instrumentos (anónimos) para operar en los mercados señalados. Con seguridad, el macrismo “dialoguista” se ocupará de flexibilizar esos aspectos del proyecto.

Más allá del perdón impositivo/previsional, la moratoria deja ver toda una orientación más general. Por un lado, la parcelación en el tiempo de las deudas aduaneras en pesos puede ser un gran ´regalo´ para las empresas que operan en el comercio exterior, particularmente cuando se está discutiendo una unificación cambiaria que deberá pasar por una devaluación. En el plano de la seguridad social, la licuación de las deudas previsionales implicará un golpe severo a la Anses. La moratoria, en este aspecto, prepara el escenario de la nueva reforma jubilatoria que será colocada en la agenda, si, como todo lo indica, el FMI termina regenteando los acuerdos de renegociación de la deuda pública argentina.

La “moratoria universal” es más que un plan de jubileo impositivo/previsional. En el plano político, instala en el Congreso un “nuevo consenso” con el macrismo, en beneficio de su ala ‘moderada’ o ‘acuerdista’. La moratoria agrega un 12% más al déficit del Tesoro.

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