El acuerdo UTA-Córdoba

Escribe Andrés Oroño

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El gobierno municipal, las empresas de transporte, el gobierno provincial y la UTA, firmaron el martes 21 de julio un acuerdo que incluye el pago de las deudas salariales en tres cuotas durante esta primera semana y abandona la pretensión de descuento salarial del intendente. Además, se mantiene y ratifica el pago por laudo y se pagarán los días no trabajados durante la lucha. También se logró el blanqueo de 32 trabajadores fuera de convenio.

El acta reconoce que, para volver a trabajar, resulta “indispensable el pago íntegro de los haberes”. Es decir, el paro no se levanta hasta no se pague todo lo adeudado, como lo gritaron los choferes reunidos en la calle, ya entrada la fría noche del viernes, luego de una larga jornada de lucha por las calles cordobesas. La primera propuesta que llevó la directiva de UTA a la asamblea fue rechazada por los trabajadores.

Pero no podemos hablar de triunfo: el aguinaldo será pagado en tres cuotas, hasta el 10 de octubre, se adelanta el 50 por ciento de las licencias, pero “de existir diferencias en el cálculo, serán corregidas al otorgar el 50 % restante”. Los trabajadores que no estén trabajando, con carpeta médica o población de riesgo, no cobrarán los viáticos ni laudo. Además, los pagos actuales y los futuros quedan supeditados a los ingresos de los subsidios municipales, provinciales y nacionales. El acuerdo, en su clausula 7, incorpora la “paz social” hasta el 31 de octubre, mientras el intendente se reserva “disponer de un plan de contingencia” en caso de incumplimiento de cualquiera de las partes, lo que incluye el no pago de las empresas y la ausencia de los subsidios. El acuerdo es más que frágil. Al cierre de esta nota, las empresas faltaron al cumplimiento de pago en el primer día de entrada en vigencia del acuerdo, lo que generó rumores sobre la posibilidad de la caída del mismo.

El retroceso de Llaryora, que defendía la pretensión patronal de aplicar una rebaja salarial generalizada, implica un aprendizaje para los trabajadores. Ocurrió justo después de que los choferes de UTA salieran masivamente a las calles el lunes pasado, apoyados por taxistas y remiseros, que el gobierno había amenazado con movilizar contra la huelga. Los trabajadores, protagonizaron una jornada de cortes sincronizada y coordinada en las calles de la ciudad cordobesa, despistando a la policía motorizada con su camión hidrante.

"Esta pulseada la ganó la UTA", dijo un periodista luego de la firma del acuerdo. Es evidente que los gobiernos de Llaryora y Schiaretti recularon ante el pánico que les provoca que los trabajadores se unan.

En la misma semana el gobierno provincial decidió postergar las paritarias de todos los trabajadores estatales para octubre. También postergó la rebaja de haberes a los jubilados. El terror del gobierno es que la lucha de los choferes se extendiera.

La lucha de UTA es una escuela para los trabajadores: es necesaria la coordinación de los trabajadores en lucha para que los recursos que el gobierno quiere entregar a los usureros (por estos días se pagarán cuatro mil millones de pesos a los acreedores) aparezcan para rescatar a los trabajadores.

El acuerdo firmado no ha cancelado el proceso abierto. En un largo reportaje que Llaryora le brindó a La Voz del Interior, luego de la firma del acuerdo, dijo que este esquema no tiene futuro. Finalmente ellos saben que el acuerdo está atado con hilos muy delgados que se cortan por su propia impotencia frente a las deudas a los usureros y el subsidio a las empresas capitalistas.

Los trabajadores de UTA, que hicieron una experiencia de coordinación enfrentando y arrancando el paro a la directiva gremial, y que ahora vuelven a coordinar con taxistas y remiseros, marcan un camino: se puede avanzar si hay una lucha común.

Es necesaria una asamblea general con todos los sectores en lucha que delibere y tome medidas para arrancar los recursos que son enviados al pozo negro de los usureros.

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