UBA: Se consumó la estafa contra los docentes ad honorem

Escriben Luisina Montenegro y Néstor Correa

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SE CONSUMÓ LA ESTAFA CONTRA LOS DOCENTES AD HONOREM

Por Luisina Montenegro (Secretaria Gremial AGD Psicología) y Néstor Correa (Comisión Directiva AGD Sociales)

La semana pasada se consumó la estafa del Rectorado que venimos denunciando desde que se conociera la distribución de los cargos remunerados destinados a pagarle a parte de los docentes ad honorem de la UBA. Lo más grave del caso es que, finalmente, la asignación a dedo de esos cargos, desconociendo el criterio de antigüedad defendido por la docencia, fue consumada con la "participación" de al menos una parte de la conducción de la AGD-UBA, violentando el criterio defendido históricamente por el gremio.

Hace casi dos meses atrás, denunciamos que los cargos remunerados habían caído de los 1.000 comprometidos a 875, de los cuales 635 fueron repartidos entre las distintas Facultades según los criterios del Rectorado (criterio CIN y criterio federativo), generando desigualdades importantes entre las distintas unidades académicas; y que los 240 restantes habían sido confiscados por el Rectorado para otorgarlos discrecionalmente.

Confirmando la estafa, en la sesión del Consejo Superior del pasado miércoles 27, el propio rector Barbieri señaló que mientras los primeros 635 se habían otorgado a docentes que eran Ayudantes de Primera simple con al menos un año de antigüedad (lo cual debe ser verificado por las gremiales y las comisiones ad honorem); los otros 240 no se atendrían a ninguno de esos criterios, lo que se vio reflejado en los 126 nombramientos que se resolvieron ese día (todavía falta asignar 114), en donde aparecen incluso personas que no contaban ni ejercían cargo ad honorem alguno previamente. En el listado del Rectorado, al menos una parte de la directiva de AGD tuvo participación incorporando “allegados” directos, comprometiéndose así con una política que atropella el reclamo y el derecho de miles de docentes que desde hace años dan clase en forma gratuita y deben cobrar una remuneración por su trabajo. De este modo, parte de lo conquistado ha sido confiscado por el Rectorado y también por quienes desde la conducción gremial han avalado su maniobra, con la asignación de cargos remunerados a dedo, en oposición al criterio elemental de la antigüedad.

Por supuesto, dentro de los 126 nombrados, así como hay personas que no ejercen actualmente como docentes, también puede haber compañeros docentes a los que sí les corresponda la renta; no es a ellos nuestro cuestionamiento, sino al método de características punteriles, que deja de lado la antigüedad e impone la discrecionalidad.

Una muestra del grado de alevosía con que se atropellaron los derechos de la docencia es el de la Facultad de Sociales, donde el Rectorado impuso un listado trucho de 45 personas, al margen del que había elevado la gestión de esa Facultad y que fuera elaborado con la participación de la comisión de docentes ad honorem de AGD.

Pretendiendo encubrir esta inconducta, la secretaria general de gremio, Ileana Celotto, hizo extensiva a la comisión de Sociales una “oferta” del Rectorado de una cantidad de rentas extras -por fuera de esas 45- para que se repartieran al “activismo”. De este modo, se pretende sumar al activismo al método en la que ya ha incurrido la propia “conducción”, que constituye una fuente de faccionalismo y desmoralización. De ello, la secretaria general de la AGD dio pistas al señalar que, en otras Facultades, aquellas donde el gremio no tendría tanta fuerza, ya se había aceptado este tipo de ofrecimientos y también que AGD incorporó en los listados a “activistas” de otras facultades. De este modo, la estafa y corruptela por parte del Rectorado (la patronal de los docentes universitarios) pretendió ser presentada como una “conquista” de la AGD.

Siendo la lucha por el salario para TODOS los ad honorem, mientras se obtengan conquistas parciales, el único método justo, clasista, que defiende la unidad del docente como trabajador y que evita la arbitrariedad y la discrecionalidad (que dan poder a la patronal), es que el otorgamiento de los cargos remunerados siempre sea según el criterio de antigüedad, jamás la designación a dedo, que pone a la directiva sindical y ahora pretende poner al activismo como administradores de la miseria, enfrentando a unos docentes con otros. Si el Rectorado dijera que sus designaciones fueron por criterio de “activismo”, y sobre esa base se le diera el salario a un docente con un año de antigüedad por sobre otro de 10, también lo rechazaríamos. Pero si el dedazo cuenta con la anuencia de “dirigentes” del sindicato, es todavía más grave, porque es la organización que nos debe unir y defender como trabajadores.

Las rentas son de los docentes que trabajan, no son del Rectorado, ni de los consejos directivos, ni de ninguna facción política, ni de ninguna directiva gremial, incluida la de AGD. Por supuesto que todos los docentes merecen cobrar y que el activismo, como el de Sociales, viene peleando por este derecho consecuentemente. Por eso, la tarea nodal de un sindicato que se reivindica clasista es arribar con este colectivo que se viene organizando a las mejores conclusiones políticas, con los mejores métodos de clase. Por lo que rechazamos de plano este desbarranque, los intentos de acomodo y beneficio ya sea personal o de grupo, defendiendo en cambio el método de la asamblea, la solidaridad y la unidad de clase.

A lo largo de este año, la dirección Naranja de AGD no sólo se negó a hacer una campaña sistemática contra esta usurpación de las rentas, por fuera de la denuncia relativamente aislada de lo ocurrido en Sociales; sino que incluso una vez que el Rectorado dijera que se reservaba 240 rentas para “situaciones particulares”, anticipando con ello la distribución discrecional que ahora se ha consumado, el consejero estudiantil de la UJS oficialista votó a favor de la distribución impuesta por el Rectorado de 875 rentas, lo cual fue defendido por el PO oficial y por la Naranja de AGD. Ahora, dicho consejero es uno de los "activistas" beneficiados. Las políticas de cooptación de nuestra organización gremial por parte del Rectorado deben ser rechazadas por la docencia en defensa del clasismo, que no es otra cosa que la independencia de los trabajadores respecto de las patronales y el Estado.

La paritaria a la baja del 16%, cuya firma fue acompañada y defendida por la directiva en nombre de la conquista de las rentas para los ad honorem, termina en el bochorno de una directiva que se ve beneficiada con cargos para sus "activistas".

Los docentes agrupados en el Partido Obrero (Tendencia) y sus simpatizantes nos oponemos a la distribución discrecional de las rentas. Reclamamos que la misma sea revisada y que todo cupo o renta obtenida por el sindicato sea distribuida por criterio de antigüedad. La AGD debe exigir que el Rectorado publique el listado de nombramientos realizados con la antigüedad, el cargo y las funciones de cada uno. Que se pegue en las carteleras de todas las Facultades para el conocimiento de todos los docentes de la UBA. Reclamamos también que el criterio sea estricto: antigüedad y estar trabajando, llamando a fortalecer la continuidad del movimiento ad honorem contra la fragmentación y la quiebra por la vía de la cooptación que pretende imponer el Rectorado. Por último, planteamos que se impulsen asambleas y reuniones en todas las Facultades, con los listados en mano.

La única política clasista posible pasa por repudiar y combatir las políticas punteriles y los intentos de cooptación por parte de la patronal, eso es lo que estamos defendiendo y llamamos a defender al conjunto de la docencia, reivindicando con ello la trayectoria que históricamente tuvo la conducción naranja de la AGD.

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