Qué debe plantear la izquierda frente a la crisis social y educativa

Escribe Matías Solanilla

Sobre la propuesta de la juventud del PTS en La Plata.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El 25 de julio tuvo lugar, en La Plata, la primera instancia encuadrada en el llamado del PTS a una coordinación de “la izquierda y los activistas”.

La instancia agrupó a activistas – principalmente de las asambleas de Bellas Artes y Psicología – y a prácticamente el conjunto de la regional juvenil y docente del PTS platense.

Como instancia, sirvió sobre todo para clarificar de qué viene esta propuesta de coordinación nacional de la izquierda. Estamos ante un planteo autoreferencial, que no tiene otro fin que el de una acumulación electoral del PTS – ni siquiera del FIT-U.

Como exponemos en nuestra declaración, desde la UJS Tendencia consideramos que los ataques a la universidad son parte de una política de sometimiento al capital financiero y de alineamiento de las camarillas con el pago de la deuda externa, el gran negociado de entrega nacional pactado con los fondos internacionales. La situación exige, por lo tanto, un planteamiento político que ponga en jaque al régimen universitario y al conjunto del poder político.

Además, estamos ante un gobierno que concentra una expectativa popular importante que sólo puede agotarse al calor de la experiencia práctica de los choques y debates que nos va presentando el descalabro general de la situación.

Con esta perspectiva promovemos todas las instancias autoconvocadas que surjan del movimiento estudiantil en lucha por sus múltiples reivindicaciones y la coordinación de estas asambleas para poner de pie al conjunto del movimiento en lucha. Entendemos que, en este camino, la izquierda debe ponerse a disposición del desarrollo general del movimiento planteando una salida política independiente de régimen.

No es lo que ocurrió en esta “asamblea” convocada -de manera “camuflada”- por el PTS. En ella, luego de una introducción que hablaba más de un acto del PTS que de una asamblea estudiantil, los distintos militantes de esta corriente expusieron la situación que atravesaban sin meterse en un planteamiento programático. Hacia el final, sin embargo, la coordinación del espacio propuso votar un “pack de mociones” que incluía, entre otras cosas, el apoyo al proyecto de impuesto a las riquezas del FIT-U y el rechazo al convenio de producción de cerdos con China. Ninguno de los temas había sido debatido en la propia asamblea.

Aunque desde la UJS-T planteamos que este espacio no podía arrogarse una representatividad que no tenía, y que la tarea que se impone es la de fortalecer las asambleas reales mediante la agitación de los reclamos y coordinar los procesos de organización y de lucha genuinos sin fronteras ideológicas -en oposición a la idea de agrupar a “la izquierda y los activistas (de izquierda)”- la “coordinación” hizo caso omiso. Lo que inicialmente estaba planteado como un espacio convocado por las asambleas de Artes y Psicología -y en ese carácter decidimos participar- se mostró como un intento del PTS de montar un escenario de autoproclamación.

El activismo presente rechazó esta forma de proceder, planteando que el eje debe ser la lucha por la educación pública y no la “política partidaria”. No se trata de una postura despolitizada: perciben, y con razón, la utilización de la lucha educativa para otros fines – en este caso, electorales y propagandísticos.

Es lo que desde la Tendencia del PO hemos llamado “política de aparato”, que significa sencillamente la utilización de la organización y la lucha popular para fines ajenos al interés de las masas.

En estos términos, la declaración del PTS llamando a “coordinar” no significa otra cosa que un intento de reemplazar al movimiento real de lucha por un espacio de autoproclamación de la izquierda, que lleva como por un tubo a un planteamiento electoral y una política parlamentarista. Aunque teñido de izquierda, significa poner la confianza y el esfuerzo en una pelea en los marcos de este régimen, no su superación.

Nuestro planteo -fortalecer las asambleas de base, coordinar la lucha, elaborar un programa de salida- incluye naturalmente una “coordinación” de la izquierda y de todo el activismo, pero para ser un factor de organización de la lucha del conjunto, en el camino de la pelea por un gobierno universitario de estudiantes y trabajadores y la pelea por un gobierno de trabajadores que le de salida a la crisis del país. Llamamos a todo el activismo y a la izquierda a tomar esta tarea.

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