La muerte de Cristina Lorenzo, enfermera

Escribe Walter Sánchez

Tiempo de lectura: 2 minutos

La resolución del Ministerio de Salud N°627/2020, con fecha del 19 de marzo de 2020, en su artículo 3 enumera las enfermedades consideradas "grupo de riesgo". Entre ellas figura "enfermedad pulmonar obstructiva crónica" (EPOC). Cristina Lorenzo era enfermera del Hospital Central de San Isidro, tenía 62 y sufría EPOC. Falleció este jueves, después de contraer Covid-19. Nos preguntamos, ¿por qué estaba trabajando si era población de riesgo?

Cristina era una activista. En 2014, junto a un grupo de compañeras, todas enfermeras, encabezó un trabajo gremial que permitió al sindicato ATE hacer pie en el distrito. Fundó ATE San Isidro y fue parte de la comisión directiva.

Responsabilidades políticas

Al comenzar la cuarentena, la Junta Interna de salud presentó el listado de compañeros a los que se debía licenciar por estar incluidos en la categoría "población de riesgo". En ella se encontraba Cristina. Las autoridades municipales desoyeron ese pedido, como pasa en numerosos hospitales públicos.

Desde el comienzo de la pandemia los trabajadores de la salud vienen denunciando la falta de insumos y equipos de protección. Los funcionarios municipales responden al reclamo con intimidaciones, baja calificación y sanciones. No se trata de tal o cual funcionario sino de una política. A nivel local, hace menos de un mes atrás, hubo despidos en el Materno Infantil y en el hospital de Boulogne, por lo que se cortó la Avenida Santa Fe y se realizaron asambleas. Hasta el día de hoy, la municipalidad se niega a reincorporar a los trabajadores despedidos. En mayo fueron suspendidas 7 enfermeras del hospital de Boulogne por exigir los EPP: solo la acción gremial de la Junta interna y la solidaridad de todos los hospitales del país lograron hacer recular al municipio. Se sabe que espían los muros de las redes sociales de los trabajadores para evitar que salga a la luz las denuncias de vaciamiento hospitalario. Como se ve, estamos ante una política municipal, sistemática y planificada por atacar la organización gremial de los trabajadores.

Este ataque no puede ser llevado a cabo sin la complicidad de la cúpula de ATE local. En la página web de ATE Nacional se lee este escándalo: "[Cristina] Tenía 62 años y patologías previas, muchas producto de la misma profesión. Era hipertensa y tenía la cadera y la columna destrozadas por tantos años de levantar pacientes. También padecía EPOC. Sin embargo, decidió seguir trabajando para no dejar solos a sus compañeros y compañeras del Hospital Central" (http://ate.org.ar/nota.asp?id=18391&titulo=adios-a-cristina-lorenzo%3A-ate-despide-a-una-historica-luchadora-de-la-salud-de-san-isidro). La oración final es simplemente una provocación vil que ningún trabajador puede dejar pasar. Exigimos que las autoridades provinciales y nacionales de ATE expliquen esta situación. No queremos mártires: queremos lucha por elementos de protección, protocolos adecuados votados por los trabajadores, más personal, reducción de la jornada.

Reforzar la organización en defensa de la vida

Exigimos la licencia inmediata de todos los trabajadores de la salud comprendidos en la población de riego, la reincorporación de todos los despedidos, el cese inmediato de los ataques a las organizaciones gremiales, el cobro integro y total del bono nacional.

También exigimos la renuncia inmediata de la directora del Hospital Central, Susana Rojo, así como el secretario de Salud Pública Juan Viaggio por tener personal de salud trabajando, sabiendo que tenían enfermedades de riesgo.

Los compañeros trabajadores de la salud tienen que organizarse y luchar por los equipos de protección para defender la vida, y sumarse a construir y reforzar las herramientas gremiales ante ataque de la patronal.

Ni Un Compañero Menos. Cristina Lorenzo, presente.

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