Escribe Pedro, el pequeño
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Estimado director de Política Obrera:
El daltonismo en política es muy peligroso. Si quien lo practica se declara ´trotskista´ más grave aún. Pues bien, Prensa Obrera reitera una vez más que no distingue los colores. Una cosa es la indignación popular ante la explosión del puerto de Beirut, sus 171 víctimas mortales a la hora de escribir esto y más de 300 mil vecinos que quedaron sin vivienda. Todo por la negligencia de permitir que durante más de 6 años permanecieran en galpones del puerto 2.750 kilos de un material explosivo en forma completamente imprudente.
Otra lo que explica la caída del gobierno: ésta debe ser adjudicada enteramente a la política de la derecha libanesa y el imperialismo mundial que hace rato buscan torcer la situación del país imponiendo un giro reaccionario en toda la línea.
Los explotados libaneses están en una encerrona. ¿Hay que solidarizarse con las movilizaciones de repudio del pueblo? Por supuesto. Pero decir que la caída del gobierno sostenido por Hezbollah es un “victoria popular” es criminal. Tomás Eps, en Prensa Obrera, no sabe de qué habla. Las dimisiones de diputados que precipitaron la caída del gobierno fueron todas de elementos ultraderechistas del partido tradicional católico maronita. Los ministerios que fueron “copados” y que Eps festeja fueron todos realizados por elementos derechistas para atacar sólo a aquéllos que dirige Hezbollah, al que la derecha quiere desalojar del poder.
Tomás haría bien en vez de escribir sandeces dedicarse a ver la película “El Insulto” (disponible en Netflix) que lo ilustrará sobre las fuerzas políticas en disputa en El Líbano.