Tiempo de lectura: 3 minutos
El gobernador Morales, quien estuvo recorriendo la provincia durante los últimos 20 días y participó del informe televisivo del COE, con parte de su gabinete, dio positivo en el testeo de covid. También dio positivo el presidente del PJ y diputado provincial Rubén Rivarola, quien se encuentra internado, y hay cuatro intendentes contagiados. El domingo 16 hubo un nuevo salto en la curva de contagios: 248 nuevos casos detectados en un día.
La provincia ha decidido reabrir la mayoría de las actividades, en casi todo su territorio, en medio del crecimiento del pico de contagios. Esto se debe, en parte a la presión del capital para que más sectores vuelvan a la producción y, en parte, al agotamiento de la política de subsidios del gobierno a las patronales. La provincia tiene hoy cuatro ´zonas rojas´: los departamentos Ledesma, San Pedro, Susques y ciudad Perico. El resto de la provincia se encuentra en fase 2, pero con una apertura de actividades equivalente a lo que, a fines de mayo, estaba previsto para fase 5.
El gobierno apunta a un funcionamiento prácticamente ´normal´ de la economía. Sin embargo, la mayor circulación de personas se traduce en un aumento de los contagios y significa más aislamiento, más ocupación de camas, etc. El informe del domingo arrojó un nuevo récord de 248 casos cuando el promedio de los últimos 10 días rondaba los 160 casos diarios. Este salto está directamente vinculado con la apertura de las actividades decretada por el gobierno hace 14 días. Recordemos, además, que el gobierno ha declarado que por cada caso positivo se deben calcular diez más no detectados.
Este hecho impugna la lógica de que los contagios son el resultado de la “irresponsabilidad personal”, como lo sostienen Alberto Fernández y los gobernadores. El foco de los contagios son los lugares de trabajo – Ledesma, Exar, supermercados, municipales, etc.
Se prendieron las alarmas cuando el gobierno tuvo que reconocer que el sistema estaba al borde del colapso, con una ocupación del 93%, en promedio, de las camas críticas. Ha solicitado a Nación y a otras provincias la provisión de médicos intensivistas para reducir el nivel de saturación de camas críticas en el sistema público, y ha firmado un convenio de atención con las clínicas privadas para la atención de pacientes con covid.
En vez de centralizar todo el sistema sanitario a cargo del estado, el gobierno ha montado un fenomenal negocio con las clínicas, produciendo un despilfarro de recursos en medio de una crisis sanitaria de características excepcionales. Aun así, la gran mayoría de los contagiados cumple con la internación domiciliaria.
En Jujuy, el sistema sanitario colapsó con 3.000 contagios (detectados) y hoy supera ampliamente los 4.600 casos. Ya no se interna más, los contagiados tienen que cumplir el aislamiento en sus domicilios y bajo seguimiento médico, con prescripción de medicamentos incluida, de manera telefónica. Tampoco se realizan los test ante los primeros síntomas ni tampoco una vez cumplidos los 14 días de cuarentena.
Frente a esta situación de colapso es más necesario que nunca impulsar comités obreros y barriales para discutir qué medidas adoptar. La burocracia sindical se encuentra completamente adaptada a la situación, mientras se destacan luchas de los obreros por sus propias reivindicaciones contra la patronal y contra la propia burocracia.
En materia sanitaria, impugnamos el sistema de ´atención telemédica´ y levantamos el planteo de extender la atención profesional a través de la instalación masiva de hospitales de campaña en las barriadas y en los pueblos del interior; la contratación de todo el personal necesario para un seguimiento correcto de los casos y atención personalizada. Contra el negociado de las clínicas privadas, una lucha por la efectiva centralización de todo el sistema de salud. Adecuada entrega de los EPP, aumento salarial de emergencia y reducción de la jornada para trabajadores de la salud.