Enorme movilización para derribar la reforma de Macron

Escribe Emiliano (Belgrano)

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Este martes casi un millón de personas salieron en 200 ciudades de Francia a rechazar la reforma previsional de Macron-Phillipe. Había 400 km de tránsito en los ingresos a París (Sytadin). 885.000 se movilizaron según la CGT, y 180.000 en París según FO. Es la sexta jornada de huelga general que paraliza Francia desde el jueves. Diez líneas de subte cerraron, y circuló sólo el 50% de los ómnibus. Los trenes pararon en más de un 80%. El jueves anterior, un millón y medio de personas habían salido a las calles. Muchos analistas comparan los números del martes y el jueves, sin ver que la Huelga General ha pegado un salto cualitativo: no se movilizan solamente asalariados de regímenes especiales, sino el conjunto de la clase obrera (docentes, transporte, camioneros, industria química, abogados, desocupados, precarizados, trabajadores de la salud, etc.) tanto del sector público como una parte del sector privado.

Durante el fin de semana y el lunes, dirigentes sindicales y el gobierno se reunieron para discutir el proyecto dado a conocer el miércoles 11. Uno de los cambios a la reforma fue la cláusula “del abuelo”, que aplica el nuevo cálculo previsional no sobre la generación laboral de 1963 sino la de diez años después, junto a la “progresividad” de los cambios. Sin embargo, todos concuerdan en que la reforma significa que los trabajadores tendrán que trabajar más y que las mujeres serán discriminadas. Para subsanar la “grieta”, el ministro de Educación prometió un aumento de sueldo para los docentes para 2021. Los medios de comunicación de la burguesía están librando una batalla enorme para poner la lupa en los “privilegios” y no en las reducciones de los aportes patronales al régimen jubilatorio. Los privilegios son los que tiene Jean-Paul Delevoye, “alto comisario de previsión” e ideólogo de la reforma. El hombre cobra 65.000 euros anuales por asesorar a una empresa de seguros que tiene interés en el avance de la reforma previsional, que habilita la capitalización privada.

En la reforma prevista, se reducirá el sistema de seguro de desempleo que concierne a 1,3 millones de personas. El sistema tiene un “déficit” de 8 mil millones de euros y pasará a 17 mil millones en rojo para 2025. La salida a este debalance sería el pleno empleo, mediante el reparto de las horas de trabajo y la reducción de la jornada laboral, sin afectar los salarios.

Huelga general con continuidad

Desde diferentes sectores se plantea que se le puede ganar a Macron. Los sindicatos han votado la “reconducción” de la huelga (SNFC, RATP, los maestros de primaria y secundaria, refinerías), y cada vez hay más voluntad de superar las divisiones e intereses particulares.

Total, refinería francesa que cuenta con seis emplazamientos, reportó “dificultades de acceso” que “impidieron los recorridos en la ruta”. El secretario federal de la CGT de la rama dijo: “se trata de refinerías de Esso y Total, por lo tanto, de asalariados del sector privado, contrariamente a la comunicación del gobierno que quiere hacer creer que los movilizados serían solamente los asalariados de regímenes especiales” (Ouest France, 10/12).

La intersindical, reunida después de la jornada de piquetes y movilizaciones, conformada por FO-CGT-FSU-Solidaires y cuatro organizaciones juveniles opuestas a la reforma de las pensiones, convocó a “acciones locales” para el jueves 12 de diciembre y a una manifestación en París para el 17.

Gremios como la CFDT no movilizaron, aunque sí su rama de ferroviarios. La CFDT había dicho que de haber una “reforma paramétrica [aumento de la edad jubilatoria], la CFDT se movilizará”.

Durante la jornada se realizaron piquetes de huelga de trabajadores indocumentados, de ferroviarios, asambleas generales, asambleas intereducativas y reagrupamientos, en diferentes lugares del país, de secundarios y universitarios. Todas estas asambleas, interprofesionales, estudiantiles, asambleas de huelga, deben convertirse en verdaderos comités de huelga que desde los diferentes lugares de trabajo organicen y coordinen las acciones de sindicatos, estudiantes y GJ. Los comités de huelga deben convertirse en los organismos del poder obrero que paralizó el país.

La CGT y FO se presentan como las centrales que lucharán hasta “el retiro de la reforma de pensiones”. Desde otros sectores se pregona la “negociación”, como la CFE-CGC. La tercera central, la CFDT, no participa de las protestas, y habla de un esquema “universal” de retiro, un eufemismo para avanzar en lo que pretende la patronal.

Una nueva etapa

Todavía no se comprende la dimensión de esta huelga general. Para unos se trata de una “huelga defensiva” y para otros de la “bronca” social, sin ubicarla en un cuadro de crisis política de conjunto.

Cobra actualidad lo que decía Trotsky sobre la huelga británica de 1926: “Aquellos que por la fuerza de las cosas han sido puestos al frente de la Huelga General están luchando contra eso [reconocimiento de la huelga general como hecho político] con toda su energía. Y este es el PELIGRO PRINCIPAL: aquellos que no querían una huelga general, que niegan su carácter político, que, más que nada, temen una huelga victoriosa, estos deben concentrar todos sus esfuerzos para limitar la huelga a una semi-huelga semipolítica, es decir, privarla de su poder” (“Adónde va Gran Bretaña”, ed. El Yunque).

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