Por la coordinación de las luchas socioambientales y un programa de la clase obrera

Escriben Andrés y María Eugenia

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En lo que va del 2020, se registraron 18.207 focos de incendio en la zona de islas del Delta del Paraná. En la segunda semana del mes de agosto, el registro fue de 3.507 focos (informe semanal del museo Scasso de San Nicolás). Ya han sido afectadas más de 90.000 ha, dejando un panorama devastador.

Esta situación se replicó en estos días en zona de bosques y humedales bonaerenses, en San Pedro, Laferrere, Ciudad Evita, Dique lujan, Villa La Ñata, Reserva de la Biosfera- Punta Lara, Ezpeleta, Escobar, y más. Los incendios son intencionales y constantes. También hubo incendios en las sierras de córdoba y en la Región Chaqueña. En esta última se han deforestado alrededor de 30.000 hectáreas de bosques nativos.

¿Qué hay detrás de las quemas?

La proliferación de focos de incendio intencionales en el Litoral, generados por los terratenientes para trasladar a las islas la explotación ganadera y aumentar el número de cabezas de ganado, tiene además el objetivo de liberar tierras para los pooles de siembra de la soja y el maíz. Las islas del delta del Paraná se han transformado en un inmenso campo de pasturas a muy bajo costo, la gran mayoría de ellas son terrenos fiscales que se dan a concesión para el engorde del ganado. En la región chaqueña, las quemas tienen el propósito de extender la frontera agropecuaria.

FMI, bonistas y acuerdo de deuda

Después de renegociar con los bonistas, Alberto Fernández sostuvo que ahora lo que queda es “exportar todo lo que se pueda”. En las actuales condiciones, significa la profundización del modelo sojero, la carta blanca a la devastación de los terratenientes que incendian las islas, el aval a la explotación minera a cielo abierto y contaminante, el acuerdo con china para instalar granjas industriales de cerdos. Los recursos del suelo y subsuelo son ofrecidos como moneda de cambio para garantizar el repago de la deuda. A esto se refiere el relato de «pagar la deuda con crecimiento», que apunta a la perpetuación de la primarización de la economía. Junto a las reformas jubilatoria y laboral, son el núcleo de la política económica que exige el FMI como garantía para sellar un nuevo acuerdo.

Por la coordinación de las luchas

En el distrito de Berazategui se formó una asamblea permanente de vecinos autoconvocados en defensa de los humedales de la costa. Esta asamblea organizó festivales, mesas de difusión y movilizaciones denunciando la degradación de la costa por parte de los negocios inmobiliarios del grupo Caputto, Monarca y otros, con la anuencia de los funcionarios municipales, provinciales y nacionales.

El 1 de agosto se convocó a una nueva movilización contra la quema de bosques nativos protegidos por ley, la continuidad del relleno de humedales con tosca y basura avalados por el municipio y el avance de las obras de los negociados inmobiliarios. Esto fue denunciado al mismo municipio, al organismo provincial encargado de hacer cumplir la ley de protección ambiental y a la secretaria de ambiente de la Nación, sin obtener respuesta alguna.

A principios del mes de agosto se sucedieron incendios intencionales en bosques de Punta Lara y Quilmes. Ante este nuevo panorama, las asambleas zonales discutieron una intervención conjunta para el día 28 sobre la autopista Buenos Aires-La Plata, convocando a otras organizaciones sociales y asambleas socioambientales a sumarse a esta iniciativa de acción directa en cada región y a plantear una denuncia conjunta de la intencionalidad, masividad y coordinación de los incendios que se están sucediendo en todo el territorio.

Dado este programa de avance sobre los recursos y la depredación ambiental por parte de la burguesía y el capital financiero, monitoreada por el FMI, debemos coordinar las luchas y desarrollar un programa socioambiental de la clase obrera en defensa del ambiente, los recursos y la permanencia del hombre y la biodiversidad en la tierra.

La política de inmunidad de rebaño impuesta por el gobierno para la reapertura de la gran industria ha puesto de manifiesto el enfrentamiento entre el lucro capitalista y la vida de la clase trabajadora. El ser humano es parte de la biodiversidad y del ambiente en el que se desarrolla, su destrucción por parte del lucro capitalista pone en juego la permanencia de la vida humana sobre el planeta. Ante este cuadro se plantea la necesidad de desarrollar e imponer un programa ambiental de la clase obrera y luchar por un gobierno de trabajadores hacia el socialismo.

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