Triunfo de los obreros de Textil Río Grande

Escribe José Velarde

Crónica de lucha de parte de uno de sus protagonistas.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El 16 de marzo se paró la planta de Textil Río Grande por la cuarentena. Mientras tanto, el gremio nacional de los textiles (AOT) nos apuñalaba por la espalda haciendo un acuerdo, rechazado por casi todos los trabajadores y delegados de bases de las diferentes fábricas, por el cual pasaríamos a cobrar el 50% del sueldo. Luego se reunían los empresarios con la CGT y firmaban un acuerdo para cobrar un 80% del sueldo en plena pandemia. Y la AOT, después de haber sido repudiado por varios delegados de bases de diferentes fábricas textiles, se alineó al acuerdo de la CGT.

Mientras tanto, nosotros, en la textil Rio Grande, comenzábamos una gran pelea por recuperar nuestros puestos de trabajo. En los primeros días de abril habíamos recibido un adelanto de 4.000 pesos, en medio de una situación totalmente incierta.

En plena pandemia empezamos dar el primer paso a denunciar a la empresa por falta de pago del sueldo en el Ministerio de Trabajo. Luego, presionamos al gremio para hacer una asamblea. Obtuvimos un permiso para hacerla en un establecimiento del municipio, desdoblada en reuniones de 40 personas por turno, respetando el protocolo y el distanciamiento. En la asamblea decidimos rechazar la desvinculación y se debatió tomar la fábrica o montar una carpa en la entrada.

El 25 de mayo armamos la carpa en la entrada de la planta. Nos turnamos para cubrir turnos de 10 a 18. Tuvimos que soportar temperaturas bajísimas, nieve, lluvias y vientos. A nadie del poder político le importaba nuestro conflicto. Tuvimos un par de reuniones con el ministro de trabajo y legisladoras donde planteamos nuestro reclamo.

Los delegados habían organizado una asamblea de delegados de todas las textiles de Rio Grande en el gremio, pidiendo la adhesión para movilizarse hacia el Concejo Deliberante para presentar un petitorio. Era la primera marcha que realizamos en plena pandemia. Entre reuniones, enojos, discusiones, ya había compañeros que, por situaciones económicas, se vieron forzados a firmar la desvinculación.

Como resultado de la lucha, los delegados fueron citados a la legislatura. Los legisladores designaron hacer un seguimiento a todas las fábricas. Días más tarde, fueron citado los delegados al Ministerio de Trabajo, donde las autoridades de la empresa, desde Buenos Aires, por medio de un Zoom, nos anunciaron el cierre de la planta. En respuesta, organizamos una asamblea donde decidimos hacer una movilización que nos marcó para toda la vida.

Era un día muy lluvioso. Marchamos hacia el Ministerio de Trabajo de la provincia y de la Nación. Poco antes, nuestro compañero Tatti había sufrido un ACV que lo dejó en coma. La legislatura citó a la apoderada de la empresa, donde ella ratifica el cierre. Ese mismo día falleció nuestro compañero, un golpe tremendo para todos los compañeros.

La legislatura pasó a un cuarto intermedio y la apoderada se retira del recinto porque no se sentía bien y daban la información que había fallecido nuestro compañero. Fueron días terribles para nosotros: perder un compañero mientras la empresa nos dejaba a todos en la calle. La fábrica ya había anunciado el cierre definitivo y se quería ir de la isla. Ya no teníamos aporte para la jubilación ni obra social.

La única salida que nos ofrecían era la desvinculación, a cobrar en 12 cuota si queríamos la indemnización al 100%. Cualquiera hubiera tirado la toalla, pero lejos de esa decisión apareció el orgullo, la furia, esa fuerza interior de la clase obrera. Donde la mayoría de los compañeros pusieron unos huevos terribles para convertir las situaciones más complejas, angustiantes y dolorosas, en fortaleza para enfrentar nuevamente la pelea. Entonces la pelea por recuperar nuestro puesto de trabajo pasó a ser un primer round.

Hoy podemos decir un round ganado, logramos recuperar nuestro puesto de trabajo. El gobernador había tenido una reunión con el gerente general de la empresa vía Zoom, donde este le comunicaba la reapertura de la fábrica. Después de esta reunión, el gobernador reafirma a los delegados que la empresa vuelve abrir sus puertas. Ese mismo día, los delegados llaman a una asamblea y nos comunican que la fábrica vuelve a producir.

Queremos decir que fue una victoria de todos los trabajadores de la textil Rio Grande y del movimiento obrero. Estuvimos peleando desde marzo, tocando todas las puertas, presionando al gobierno para que tome carta sobre el asunto. Tuvimos un gremio ausente y un compañero caído. Aquí nadie nos regaló nada, es una pelea que ganamos. La empresa se reunió con los delegados de AOT y SETIA, donde el gerente general explicó cuál es la situación de la fábrica y cuándo vamos a entrar a trabajar. Informaba también que, por el momento, que no íbamos a entrar todos, que el personal que trabaje va a cobrar un 100% del sueldo y el personal que no trabaje un 80%. Empezaremos a trabajar el 1 de setiembre.

No vamos a bajar los brazos nos queda un round más seguir peleando desde adentro hasta que volvamos todos y por justicia por nuestro compañero.

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