Escribe Savas Michael-Matsas
Intervención en los Diálogos sobre Trotsky.
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El siguiente texto contiene la intervención precisa del compañero Savas Matsas, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (EEK) de Grecia, en el encuentro virtual realizado el pasado 20 de agosto organizado por el Partido Obrero-Tendencia en el marco del 80° aniversario del asesinato de León Trotsky.
Saludos Cuarta internacionalista desde Grecia, gracias por la invitación en estos diálogos sobre Trotsky que son tan importantes hoy. A pesar de que hablo desde Grecia me siento muy cercano a ustedes, a la Argentina revolucionaria en América Latina.
Hablo desde una pequeña isla llamada Calilos cerca de la frontera sudeste entre Grecia y Turquía, dos países que hoy están al límite de la guerra, una guerra que es reaccionaria de ambos lados y esto es manipulado por el imperialismo. Por todo tipo de imperialistas: Los yanquis, los imperialistas franceses, los imperialistas italianos, los imperialistas alemanes, Israel, y otros regímenes reaccionarios árabes como el de Emiratos Árabes Unidos y la dictadura de Al-Sisi en Egipto. Vivimos momentos muy peligrosos y por esta razón sentimos cercano un aniversario como este, el 80° aniversario del asesinato del gran revolucionario León Trotsky fundador del Ejército Rojo y de la Cuarta Internacional.
Las condiciones en las cuales luchamos, debemos comprender desde el inicio, que nuestras condiciones no son solo las de una crisis nacional de un país como todas las otras crisis, sino una crisis que inmediatamente tiene un carácter internacional, todo tipo de fuerzas están involucradas en esta situación en la que estamos ahora. Y en este sentido, Grecia y nuestra región es un microcosmos de la situación de conjunto, por un lado, está la combinación de la bancarrota capitalista, la pandemia del coronavirus fuera de control y el impulso imperialista de la guerra. Pero no solo eso, en este cuadro sombrío también existe lo opuesto, porque vemos a nuestro alrededor -incluyendo cuestiones raciales- movilizaciones de los oprimidos, rebeliones, incluso revoluciones. Está en curso un proceso que nadie, o unos pocos, querían aceptar. Miren a Líbano, por ejemplo, que comenzó una revolución en octubre del año pasado, tomó una pausa debido a la pandemia y ahora está en marcha nuevamente. Y esto no es una excepción. Tenemos el proceso revolucionario en Sudán, en Irak, en Argelia, en todo el norte de África; pero también hay mucha ira social, ira popular, ira de la clase obrera en Europa misma, incluyendo Grecia. A Grecia que está bajo un gobierno muy de derecha. Un gobierno que sancionó leyes que fueron introducidas por la última dictadura militar como la prohibición de la protesta. Y debemos resistir esos ataques. Pero no solo eso, luchamos, contraatacamos.
Somos, en primer lugar, una de las pocas fuerzas en la región que lucha por el internacionalismo, contra el frenesí nacionalista a nuestro alrededor a medida que crece la tensión de la guerra. Nuestro partido, el EKK, así como el Centro de Rakovsky que fundamos durante la guerra en Yugoslavia en los ‘90, peleamos en la línea de Lenin y Trotsky para transformar el impulso a la guerra en las condiciones para la revolución. Afirmamos, junto a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, que nuestro principal enemigo está dentro de nuestro país: es la clase capitalista. Son las batallas imperialistas de la clase capitalista. Es en este contexto que digo que Grecia es un microcosmos no solo una excepción internacional.
Debemos tratar en formas diferentes, fenómenos similares. Trotsky afirmaba que debemos mirar las especificidades y comprender en cada ocasión, para resumir el problema: se trata de una situación original que contiene las características básicas del desarrollo del proceso histórico mundial.
Entonces, vemos todas las maneras de dar la pelea en la lucha global por la revolución mundial y la internacional. La cuestión del internacionalismo es para nosotros de vida o muerte y no solo una cuestión de -digamos- propaganda, propaganda abstracta acerca de los beneficios de la internacional, sabemos que no sobreviviremos, que no podemos llevar a la victoria nuestros objetivos históricos sin lo que Trotsky llamó internacionalismo en acción.
Si desatendemos un poco nuestro internacionalismo, si restringimos nuestro internacionalismo solo a propaganda, entonces seremos víctimas de las presiones de nuestro medio nacional. Y vivimos en un periodo donde todo tipo de presiones nacionales se están acumulando en cada uno de los países de todo el mundo.
Entonces, en un punto hay una urgencia, y una actualidad del debate en torno a Trotsky, el trotskismo y la internacional. No es algo del pasado, no llevamos adelante una conmemoración como un ritual. Para nosotros, como dijimos en uno de nuestros artículos, la memoria no es solo una colección de marcas históricas, la memoria es la memoria del futuro. Trotsky no pertenece al siglo pasado, su actualidad no se terminó el día que Ramón Mercader del Río, el agente enviado por Stalin, tomó su vida en México. Trotsky está vivo y voy a intentar explicar por qué. Como dije antes, a nivel mundial, vivimos una tormenta perfecta; tenemos una combinación única de una crisis capitalista global irresoluble que hemos visto desarrollarse por lo menos en los últimos doce años en todo el mundo sin ninguna solución.
Desde 2007-2008 hasta ahora, todas las medidas o desembolsos para intentar frenar este proceso por parte de los grandes bancos, los bancos centrales, los gobiernos centrales, los programas capitalistas, todos fallan. De hecho, crearon condiciones aún peores. Ya la crisis mundial estaba fuera de control el año pasado antes de la pandemia. y luego la pandemia trajo un impasse en todo sentido.
Al contrario de todos aquellos que tratan de abordar la pandemia desde todo tipo de teorías reaccionarias o conspirativas, a la de Bolsonaro o Trump. Nosotros debemos ver la conexión entre la pandemia y este capitalismo en crisis. La pandemia probó la incompatibilidad del sistema capitalista global con la vida misma. Es lo que Marx llamó metabolismo social entre la sociedad humana y la naturaleza. Este metabolismo social tiene en cada caso una forma histórica determinada. Ahora la forma es el capital; pero el capitalismo en crisis, como lo estamos experimentando, hace entrar en contradicción a la forma capitalista del metabolismo social con el contenido del metabolismo social que son todas las necesidades para la vida, las necesidades urgentes, inmediatas.
Esto abre el camino ya sea hacia el colapso de la humanidad y probablemente la vida en este planeta o su opuesto, la única salida, la revolución mundial. Para los problemas globales sólo podemos tener soluciones globales, no nacionales. Las soluciones nacionales, el nacionalismo, no es solo ceguera, es una receta para el desastre.
Mucha gente dice ahora que luego de las cuarentenas, durante la pandemia, asistiremos al final de la llamada globalización, que habrá un retorno a los estados nacionales en todas partes. Miren lo que sucede, es lo contrario. Por supuesto, por todas partes están las reacciones nacionalistas. Slogans como “América primero” de Trump o “Alemania primero” o “Francia Primero”, o “Grecia primero”. Todas estupideces como esas. Y la política es “sálvese usted mismo y deshágase de su vecino, mate a su vecino” Slogans que nosotros como humanidad ya conocimos en el siglo pasado en los años 30 y sabemos el trágico resultado de ese nacionalismo que envenenó la sangre de la vida económica y al mismo tiempo que no es una solución. Por el contrario, en los años 30 retornaron muchos problemas que no fueron resueltos por el capitalismo, la guerra mundial.
Entonces estamos ante un momento crucial de la historia. Durante la pandemia, la alteración de las cadenas de suministros, debido al proteccionismo y otras cuestiones, creó gran confusión y desorden porque la interconexión de la economía mundial, la interconexión de todos estos procesos globales, a pesar de todas las diferencias, por supuesto, la combinación de esto y el desarrollo histórico es incluso más avanzado hoy en el siglo XXI que en el siglo XX.
Estamos en el punto avanzado de lo que Lenin y Trotsky llamaron el declive imperialista del capitalismo, de la declinación del capital. Mayor incluso que en la época de Lenin y Trotsky. Todo está más conectado incluso que en tiempos de Trotsky y Lenin. Entonces, el intento de volver atrás hacia soluciones nacionalistas donde prevalezcan los antagonismos es un callejón sin salida, una aceleración de la caída de la humanidad en la catástrofe. La única salida es el internacionalismo, pero no el internacionalismo de palabra, sino en los hechos, en la práctica. Entonces la cuestión de la internacional es hoy más urgente que nunca, se une con la naturaleza de nuestra etapa, con la etapa histórica, no sólo la coyuntura.
Trotsky en “La Tercera Internacional después de Lenin” explica los desarrollos y diferencias entre la primera, la segunda y la tercera internacional, como diferencias en el desarrollo de la sociedad capitalista y de la propia clase obrera. También históricamente debemos ver la situación presente y esta necesidad. Mucha gente nos habla de la necesidad de una internacional, pero no siempre pueden comprender qué tipo de internacional necesitamos hoy.
Mucha gente dice: Ustedes hablan hoy de la cuarta internacional, fragmentada luego del asesinato de Trotsky, en diferentes agrupamientos que se llamaron a sí mismos Cuarta Internacional, la Cuarta Internacional naufragó, fue un fracaso.
Intentaré, en el breve tiempo que tenemos de refutar esta idea completamente falsa. Debemos mirar nuevamente lo que era, no era un agrupamiento de gente de izquierda u organizaciones de izquierda o de la izquierda radical o revolucionaria de todo el mundo sobre las bases del anti-stalinismo. Hay algunos proclamados trotskistas que afirmaron luego del colapso de la Unión Soviética en 1991 y el colapso de los regímenes estalinistas que Trotsky no tenía vigencia, que se había acabado junto con su oponente histórico, Stalin. Pero no. Trotsky y el trotskismo, la Cuarta Internacional que fue fundada en 1938, nunca fue solo anti-estalinismo, fue la lucha consecuente contra los peores obstáculos del movimiento revolucionario en la lucha por completar las tareas de Octubre de 1917 en Rusia, lo cual significa la revolución socialista mundial, el proceso de transición revolucionaria desde la última sociedad de antagonismos de clase hacia una sociedad mundial sin clases: el comunismo.
Y esto es lo que dijimos muchas veces: La espiral abierta por la revolución socialista de octubre de 1917, no se cerró en 1989-1991 con el abandono de la Unión Soviética, el colapso del régimen burocrático en los inicios de la restauración capitalista. No. La cuarta internacional fue fundada por Trotsky y sus camaradas sobre la base de completar la revolución mundial y en cada caso, analizar cuál es la situación, la tarea estratégica concreta para la clase obrera mundial y la vanguardia de la clase obrera organizada en partidos revolucionarios, secciones de una internacional, contra cualquier concepción nacionalista acerca de la construcción del partido.
Trotsky nos enseñó que tenemos la tarea de construir la internacional revolucionaria y sólo sobre estas bases se puede construir un partido revolucionario en el país, ya que, así como no se puede tener socialismo en un solo país, no se puede llevar adelante políticas revolucionarias en un solo país separado de la lucha por construir una internacional revolucionaria que exprese las necesidades profundas de la etapa de transición al comunismo mundial: esto es la cuarta internacional. Por este motivo luchamos y por esta razón también, los últimos años de lucha de Trotsky antes de su asesinato son muy importantes para estudiar de nuevamente.
En su diario de exilio de 1935, Trotsky decía que su tarea de construir la Cuarta Internacional era mucho más importante que su rol al mando de la revolución o incluso la creación del Ejército Rojo. Y esto no era porque no había otro líder revolucionario por ahí para cumplir esta tarea, porque él era único en muchos aspectos, sino que él expresaba una necesidad histórica, no solo su heroísmo, su personalidad.
El dijo “Tengo cinco años por delante para prepararme”, e incluso sí bien predijo su asesinato dijo que, si Stalin se encontraba en condiciones de desestabilización o sí estuviera en las vísperas de la segunda guerra mundial trataría de asesinarlo. Trotsky decía que no sabía cuan grande iba a ser este golpe contra la cuarta internacional pero que sería el fin de la Tercera Internacional, esto si ya no estaba acabada desde el ‘35.
En los últimos siete congresos la Comintern no era más que un cadáver, más tarde abandonado por el propio Stalin en 1943 y su alianza con las fuerzas imperialistas, pero antes de eso ya estaba muerta. No había forma de revivir la Tercera Internacional, de mejorarla programáticamente o de otro modo. La nueva internacional debía ser construida sobre la base de la lucha por las demandas para hacer permanente la revolución que comenzó en 1917.
Veamos los últimos tres años de la lucha de Trotsky cuando estaba en México hasta su asesinato, las principales acciones que llevó adelante no fueron solo escribir artículos, tratar de organizar unas pocas fuerzas, aquí y allá… Trotsky intentó hacer virar las pocas fuerzas que tenía hacia el desarrollo de la lucha de clases, hacia el desarrollo revolucionario, hacia la lucha contra el fascismo, contra la colaboración de clases de Francia, etc.
Quiero concentrarme en tres o cuatro puntos que son el eje central de la fundación de toda la internacional: El primero es el programa de transición de la cuarta internacional que no es solo una lista de reclamos; es un programa basado en el análisis de la naturaleza de la etapa y como está -nuestra etapa-, la etapa imperialista de guerras y revoluciones, se expresaba en este tiempo particular. Entonces, al ser una etapa transicional, necesitamos un programa de reclamos transicionales que significa, no ignorar los reclamos inmediatos de los trabajadores si tienen vitalidad, sino ir más allá de sus límites hacia una movilización sistemática de las masas.
Decía Trotsky, en el camino hacia la revolución socialista, la conquista del poder por los trabajadores, la dictadura del proletariado sostenida por las masas populares, las masas empobrecidas. Muchos dan al programa de transición poca importancia porque es tan solo un documento y estamos en el siglo XXI, otros lo transforman en un dogma, en un fetiche como si nada hubiera cambiado. No. Porque su método era diferente y debemos tomar el método que produjo el programa de transición para luchar por un programa de transición para el siglo XXI hoy.
En segundo lugar, en 1937 cuando Trotsky llegó a México, era el año de los segundos juicios en Moscú, 1937 quedará en la historia mundial y de la unión soviética, como el año de la destrucción a manos del responsable de la GPU, de las peores purgas luego de la ejecución de los protagonistas de la revolución. El tercer juicio culminó con el asesinato del propio Trotsky hace 80 años.
Un camarada nuestro, del Centro de Raskovsky, Joseph Abramson una vez dijo correctamente en 1991: “El colapso de la unión soviética fue el precio que pagamos por 1937”. Trotsky luchó contra todos los obstáculos para formar la comisión Dewey sin ningún sectarismo, muchos miembros de la comisión, que lleva el nombre de un filósofo y catolicista John Dewey, muchos miembros de esta comisión eran hostiles a Trotsky. El propio Trotsky entregó miles de sus documentos a esta comisión para su examen, contesto todas las preguntas y en el careo invito a formar parte de la comisión internacional al embajador soviético en los Estados Unidos, así como al líder del PC de Estados Unidos para que lo interrogaran y presentaron los documentos que consideraron necesarios. No se atrevieron a venir. Solo prepararon a sus asesinos. ¿Qué es importante en la lucha de la comisión de John Dewey hoy? Sin una lucha enorme contra la escuela de Stalin de la falsificación, el escarnio, las distorsiones que llevaron al colapso de la Unión Soviética en 1991, no podemos comprender 1991 y sus consecuencias para el 2020. Sin un corte o con amnesia histórica no se puede construir una internacional. Por esta razón hablamos de la Cuarta Internacional. La historia de las luchas de clases, de la revolución mundial en el siglo XXI no sucedieron en vano. No debemos olvidar que el empirismo comienza con la tabula rasa, desde la nada, el “nada pasó”. Y tenemos que aprender y sí hay algunos muertos vivos hoy en día queriendo resucitar viejas moscas, la máquina de la gran mentira de los juicios de Moscú para evitar que Trotsky y los trotskistas se desarrollen masacrándose. Pero no es la cuestión principal: sin un corte con el stalinismo no podemos tener ninguna internacional revolucionaria.
Segunda lección del mismo periodo, que se conecta con la primera, este corte con el estalinismo no significa virar hacia el imperialismo o hacia una especie de izquierda liberal. La última batalla ideológica de Trotsky en 1939 – 1940 luego del acuerdo Ribbentrop – Molotov, contra una oposición pequeñoburguesa en la sección más grande de la cuarta internacional, el Partido Socialista de los Trabajadores de Estados Unidos quienes afirmaban que no había que defender a la unión soviética – no puedo entrar en detalles ahora – pero el punto es que no podemos romper son el estalinismo sin defender las conquistas históricas prácticas y teóricas de la revolución socialista de 1917. Solo sobre una base comunista podemos romper con el estalinismo. De otro modo, nos volveríamos una herramienta del imperialismo -como ha sucedido con el comunismo de algún u otro modo-, Burnham quien era un líder de esta oposición, se convirtió en un aliado de Reagan más adelante y Schachtman defendió al imperialismo en la guerra de Vietnam. Y otros, hoy en día, utilizan las mismas mentiras anti soviéticas, anticomunistas. Recientemente la UE en el aniversario de la Segunda Guerra Mundial intentó equiparar comunismo y fascismo. ¿Porque reviven estas cuestiones hoy si no tienen actualidad? De nuevo, sin un corte no hay nueva internacional o bases revolucionarias, sin un corte con el estalinismo. No hay corte con el estalinismo sin un ataque revolucionario contra el capitalismo imperialista sobre las bases de la revolución de octubre.
Luego, en la misma lucha, Trotsky advirtió acerca de la construcción de partidos revolucionarios para reconstruir la Cuarta Internacional, no debemos limitarnos a cuestiones políticas y de programas sino también a cuestiones filosóficas… El materialismo dialéctico es tan importante para un revolucionario como los ejercicios de digitación para un pianista. Y esto trae la pregunta acerca de la relación entre la filosofía y la revolución, una cuestión descuidada por los post trotskistas y todavía pagamos el precio.
Ahora, hay otra cuestión relacionada con los últimos años de Trotsky que quiero mencionar, algo que muchos consideran de manera limitada -a mi parecer- y me refiero al encuentro con André Breton y el borrador del manifiesto por la independencia del arte revolucionario que lleva las firmas de Rivera y Bretón. No era solo para atraer artistas a la Cuarta Internacional, no era solo para atacar a los nazis o el totalitarismo en el arte o contra el estalinismo… Trotsky en “Literatura y Revolución” se refiere a la más alta expresión de una etapa y luego en este manifiesto habla de la crisis de civilización, que, finalmente, se concentra en la crisis de dirección de la clase obrera como en la primera fase del programa de transición. No es solo el posicionamiento de la Cuarta Internacional hacia el arte y la cultura, responde a la pregunta fundamental acerca de qué tipo de sociedad luchan los revolucionarios y los marxistas, comunistas y trotskistas sobre la experiencia del siglo XX, qué tipo de sociedad con la revolución de octubre y el florecimiento del arte en ese periodo no se hubiera dado sin ella con el establecimiento de Stalin. Otro modo de ver las cosas. El florecimiento del Avant Garde en los años de la revolución, luego de la revolución y la dictadura del proletariado. Entonces qué tipo de sociedad queremos, como debe barrerse con el estado, con las clases a nivel internacional, porque no puede hacerse en un solo país hacia una sociedad sin clases donde todas las relaciones de opresión y explotación, de humillación de un ser humano por otro, sean deshechas.
Todas estas luchas que mencione brevemente no pueden ser disociadas de la fundación de la Cuarta Internacional. Nosotros proclamamos una Cuarta Internacional, no una quinta o una Internacional sin nombre. No. Primero estamos en contra de la amnesia histórica y las falsificaciones.
En segundo lugar, la fundación de la cuarta internacional fue en realidad una promesa acerca de la victoria de la revolución mundial, desde nuestro punto de vista y así lo decimos en un artículo, la memoria es la memoria del futuro. Es el compromiso por este futuro comunista. Esto fue lo que sucedió en 1938 y debemos luchar por eso hoy sin ultimátums ni auto proclamaciones del tipo “somos la cuarta internacional…”. No, así destruiremos la lucha por la cuarta internacional si utilizamos métodos ultimatistas, sectarios, etc.; pero también aboliríamos un intento real de luchar por la cuarta internacional, si cancelamos o liquidamos nuestros principios, si liquidamos nuestra perspectiva, si liquidamos la revolución permanente como la única vía de liberación de la humanidad.
Para evitar caer en esto debemos crear las mejores condiciones que provienen de diferentes tradiciones. Muchas veces lo hemos hecho en el pasado incluyendo cuatro conferencias euromediterráneas organizadas en Atenas por la CRCI en 2013-2014-15-17 y creemos que no fue para crear un bloque regional porque no somos regionalistas, somos internacionalistas. Debemos construir una internacional a través del diálogo, la acción común y el debate fraterno sin diplomacia secreta o maniobras de las cuales ya hemos tenido suficientes en el período post Trotsky, todo tipo de maniobras que contaminaron nuestro movimiento así que debemos ser honestos y abiertos entre nosotros como revolucionarios. Y la lucha por el futuro comunista que está incluida en el acta fundacional de 1938 de la Cuarta Internacional, firmada por León Trotsky, es imprescindible para seguir adelante.
Y con esto termino: luego de la irrupción de la crisis mundial, el período post Lehman Brothers, nadie puede hablar y nadie lo hizo internacionalmente, sobre el fin de la historia como en 1991.
Todo el mundo dijo “Ok, el triunfalismo de una Unión soviética capitalista se ha terminado”. Todo el mundo acepta la enorme crisis y es extraño que la clase dominante, la burguesía mundial, es mucho más consciente sobre el callejón sin salida y el peligro para cada gobierno, que la llamada izquierda internacional, que es más optimista acerca del futuro del capitalismo que los propios capitalistas, y entonces todos acuerdan que hay crisis, pero que no es el fin de la historia e incluso algunos intelectuales que se llaman marxistas afirman que sí, el capitalismo está condenado y puede colapsar, por ejemplo, Wolfang Streek, uno de los especialistas de la llamada socialdemocracia de izquierda alemana o alguien muy conocido por enseñar El capital de Marx, David Harvey.
En una entrevista reciente dijo que el concepto mismo de revolución, también la revolución permanente, pero que el concepto de revolución socialista era una ilusión no solo en el siglo XX sino también en Marx en el siglo XIX.
Ellos pueden aceptar la crisis, pueden aceptar catástrofes, la extinción de la vida en la tierra; lo que no pueden aceptar, su ideología dominante, es que la revolución es posible y que es el único futuro.
No pueden comprender que no es casualidad que las masas en Líbano estén en las calles luego de la catástrofe en Beirut y su principal lema es “aura” que significa revolución.
Cuando las masas se mueven en la arena en la cual son puestas a prueba, como dijo Trotsky tenemos un proceso revolucionario. Aunque todo tipo de centristas sean escépticos y duden de si hay una revolución en Líbano o en Chile –¡es una revolución! ¡Por dios!
Escucho que niegan que sea una revolución. Por supuesto, como en Líbano, en Chile también hubo pausa durante la pandemia. Comienza de nuevo y se expande por toda América Latina y todo Medio Oriente y Europa. La tormenta perfecta, crisis y pandemia, está desintegrando la ya deshilachada Unión Europea.
Es la fuente más profunda de la fantástica explosión de los oprimidos en el centro del capitalismo. En los EEUU, luego del asesinato de George Floyd, no es solo BlackLivesMatter,
Todas nuestras vidas, la vida de la humanidad, importan y se imponen sobre el sistema capitalista mundial que es incompatible en todo sentido, desde todo punto de vista, con la vida. Y recuerdo la última vez que tuve la oportunidad de hablar en Buenos Aires en 2018 insistí en este punto: -no hay confusión acerca de la categoría central en Marx y en el marxismo. No es la economía, que es una abstracción de categorías sociales. La categoría central en Marx es la vida. La vida. Y la única fuerza en el mundo que lleva en su lucha las necesidades del proceso vital, el proceso real, con un enfoque internacional, que es la cuarta internacional. Estamos orgullosos de la internacional.
Sabemos de la fragmentación y de los fracasos ineludibles y el precio enorme para la humanidad. Pero para nosotros siempre la verdad se expresa en las palabras de Trotsky en dos frases dichas antes de su muerte: La mayor felicidad es la preparación para el futuro, no la explicación del presente y también sus últimas palabras, además de sus expresiones de amor por Natalia, “confío en la victoria de la cuarta internacional”. ¡Adelante!
Esto es lo que creemos en el EEK y no solo eso, hay fuerzas en todo el mundo.
¡Confiamos en la victoria, no de cualquier internacional, de la cuarta internacional!
Muchas gracias.
Traducción: Vero Fernández Transcripción: Belén Duaca – Fede Vilo