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Luego del desalojo, ocurrido el viernes pasado, del acampe que mantenían afuera de la planta, los trabajadores y trabajadoras se movilizaron en repudio a este y por el cumplimiento de sus demandas. El desalojo fue pedido por el fiscal Alejandro Rodríguez y ordenado por el juez Santiago Banegas. Se llevó a cabo mediante un desmedido operativo de 200 efectivos policiales.
La marcha se llevó a cabo el pasado domingo. A las 15:30hs, en el acceso al parque industrial de Reconquista, se concentraron los trabajadores textiles junto a sus familiares, allegados, organizaciones sociales, políticas y gremiales, desde allí marcharon por las calles de la ciudad hacia la plaza central. La enorme movilización de cientos de personas a cada paso recibió el apoyo y el saludo de la población que reconoce la lucha histórica que vienen desarrollando desde hace más de setenta días contra un verdadero pulpo capitalista como es el grupo Vicentin.
Luego de que el ministro de trabajo Sukerman anunciara el retiro del gobierno provincial de las negociaciones en el conflicto y de haberle dado al empresariado local las garantías de dejar actuar a la justicia para avanzar en el desalojo del acampe, actuó rápidamente para desbaratar el llamado a una huelga general regional del sindicato de aceiteros y desmotadores de los departamentos San Javier y Gral. Obligado. La medida, que debió haber empezado este lunes, no se hizo efectiva ya que el ministerio de trabajo dictó una conciliación obligatoria tanto para aceiteros como para Algodonera Avellaneda por 15 días y llamó a una nueva audiencia para el martes 1 de setiembre. De esta manera, el gobierno de Perotti se coloca decididamente contra los trabajadores anulando una acción de solidaridad de clase y que seguramente hubiera significado un avance en la lucha contra Vicentin. El gobernador inauguró su gobierno mostrando todo su carácter anti obrero, con el veto a la ley de expropiación del ingenio de Las Toscas.
Esta instancia debe servir para que los trabajadores y trabajadoras de Algodonera Avellaneda saquen conclusiones y refuercen la lucha más unidos y más organizados, sabiendo que no solo se enfrentan a una patronal negrera y hambreadora, sino que también se enfrentan a un estado provincial que pone todas sus herramientas al servicio de los capitalistas. La lucha de los obreros textiles ya es histórica, y es solo la punta del iceberg del periodo de enormes luchas obreras que se abren paso en la provincia y a nivel nacional. La conciliación obligatoria dictada debe ser desconocida por las bases obreras, mediante deliberación y asamblea, ya que estamos ante una maniobra orquestada políticamente entre el gobierno, la patronal y el sindicato y que carece de cualquier tipo de mandato emitido por los trabajadores en lucha de la región. El planteo del paro regional de 36 horas y un congreso de bases del movimiento obrero que discuta un plan de lucha, sigue vigente.