Escribe Ana Belinco
Tiempo de lectura: 3 minutos
Organizaciones de derechos humanos denunciaron un elevado número de histerectomías (cirugía para extraer el útero que tiene como resultado la infertilidad total de la mujer y la interrupción del periodo menstrual) realizadas, sin consentimiento, a un gran número de mujeres alojadas en un centro de detención de migrantes en la ciudad de Irwin, estado de Georgia, en el sur de EE UU. Una de las detenidas describió esta situación como "un experimento de un campo de concentración, como si estuvieran experimentando con nuestros cuerpos".
"El coleccionista de úteros"
La denuncia se basa en un documento de 28 páginas elaborado por la organización Project South. Además de las histerectomías compulsivas, también denuncia presuntas prácticas insalubres en el manejo de la pandemia del covid-19 en este centro de detención, la falta de atención médica, retraso en la entrega de medicamentos y el ocultamiento de informes sobre el estado de salud de los internos, entre otras irregularidades.
Una enfermera, Dawn Wooten, que trabajó dos años en el centro de Irwin, fue quien filtró información a la prensa sobre las prácticas sanitarias en este centro de detención de migrantes. La profesional de la salud expresó su alarma por la alta tasa de mujeres sometidas a esa práctica quirúrgica y advirtió que, si bien a veces esta operación está indicada, "no puede ser que los úteros de todo el mundo estén mal". También expresó que entre colegas llamó la atención el proceder de un médico ginecólogo particular fuera del centro donde eran enviadas las detenidas. "Nosotras nos planteábamos: ´Dios, le saca sus cosas a todo el mundo, esa es su especialidad, es como un coleccionista de úteros´," declaró Wooten. Los detenidos en Irwin vienen realizando protestas desde el inicio de la pandemia. En abril circuló un video de mujeres detenidas con carteles que decían "Ayúdenos por favor". El sector de hombres realizó huelgas de hambre y protestas denunciando las condiciones de encierro. Es lo que pasa en todos los centros de detención del país.
La presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de EE UU, la demócrata Nancy Pelosi, sostuvo en conferencia de prensa que el inspector general del Departamento de Seguridad Interior "debe investigar inmediatamente las denuncias sobre estas extracciones de útero" por constituir un "abrumador abuso a los derechos humanos"
El Estado capitalista es responsable ayer y hoy
La política de esterilizaciones forzosas es una práctica instalada en EEUU desde principios del SXX -y en muchos otros países también- de la mano de la corriente eugenista, la cual, desde el biologicismo, promovía la esterilización de mujeres afroamericanas, latinas e indígenas, así como contra las mujeres discapacitadas como una forma de "curar" a la población de la pobreza y de "rasgos genéticos indeseados" que podrían derivar en la criminalidad, la debilidad mental y la desviación sexual.
Bajo el gobierno de Nixon, en la década del 70, los fondos de Ayuda Médica se destinaron a la Ley de Servicios de Planificación Familiar e Investigación de la Población. La misma consistía en proponerle esterilizaciones a las mujeres pobres, especialmente a las afroamericanas, indígenas y migrantes.
El Centro de Investigación de Reportes colocó que el estado pagó US$147,460 para realizar ligaduras de trompas bajo coerción en las prisiones de California. Allí se habría autorizado la esterilización de más de un centenar de detenidas en el lapso 2006/2010.
En el contexto de la pandemia actual y bajo el pretexto de colocar todos los recursos del sistema de salud para atender casos de covid-19, varios estados norteamericanos han avanzado sobre derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, atentando, entre otros, contra el acceso al aborto legal por considerarlo una intervención “no esencial”.
Al mismo tiempo, la administración Trump viene reforzando su política antimigratoria, xenófoba y racista. Con la complicidad -por acción u omisión- de demócratas y republicanos, Trump sostiene centros de detención de migrantes que constituyen en sí mismos una flagrante violación a los derechos humanos, porque punen la movilidad de las y los trabajadores que escapan de la crisis económica creada por el imperialismo yanqui en busca de mejores condiciones de vida. Además, cómo quedó expuesto, en estos lugares de encierro se somete a las personas a condiciones indignas de detención.
Todos los migrantes detenidos deben ser liberados y los campos de concentración deben ser cerrados. Toda persona, documentada o indocumentada, debe tener acceso libre y gratuito a la atención médica, incluyendo la atención médica reproductiva.