Cierran concurrencias en medio de la pandemia

En el marco del ingreso de una nueva camada de residentes y concurrentes al sistema sanitario, se realizó el recorte de concurrencias en al menos tres hospitales (Argerich, Fernández y Gutiérrez).

Las concurrencias se definen como una formación de posgrado, tanto teórica como práctica en el ámbito hospitalario, que conlleva gran cantidad de horas de atención a pacientes. Esto se puede ver sobre todo en las especialidades médicas, donde la cantidad de horas realizadas son exactamente iguales a las de un residente. Sin embargo, el concurrente no recibe ni salario, ni tampoco está cubierto por una ART. Este es un reclamo histórico del movimiento que fue llevado a las calles el diciembre pasado y reactualizado frente a la irrupción de la pandemia. Sin embargo, en todo este tiempo, nada de esto se modificó.

De la precarización a la privatización

La concurrencia es un elemento que retrata a un sistema sanitario que cuelga de un hilo. Los encargados de la formación y coordinación de las concurrencias (generalmente personal de planta de los hospitales) no cuentan con una remuneración por su trabajo docente. Por lo que queda a la “buena voluntad” del personal cómo se va a llevar a cabo esa práctica, además de la cantidad de puestos que se van a ofrecer. Es en este contexto que varios hospitales decidieron no abrir nuevos puestos ya que, en medio de una pandemia, es un problema tener personal dentro de un efector a un nivel tal de precarización laboral que no lo cubre ni siquiera un seguro. A esto se suma que el cierre fue usado como reprimenda a aquellas sedes que se organizaron en asambleas y expusieron esta situación.

En lugar de brindar salario y ART como ocurre en las residencias, el Ministerio de Salud porteño optó lisa y llanamente por cerrar las concurrencias: un nuevo ajuste sobre la ya ajustada salud pública. Quiroz se llena la boca hablando del “fortalecimiento del sistema sanitario”, pero decide que nuevos profesionales no ingresen debido a que ni siquiera se le puede brindar lo mínimo que requiere y hasta define a un trabajador, el salario. De fondo, esta política apunta a darle lugar a los posgrados y especializaciones pagas, ya que es la única vía que queda en pie para aquellas personas que buscan formarse una vez finalizadas sus carreras. Para lograrlo, deberán pagar.

Menos concurrentes es menos salud

Otra cuestión a tener en cuenta es que, este recorte personal conlleva a la sobrecarga de los residentes y del personal de planta. La mayoría de las concurrencias corresponden al área de salud mental, sector históricamente precarizado con relación a la bio-medicina. Se habla de un próximo colapso sanitario debido a la atención del Covid, pero se esquiva el problema de la cantidad de gente en lista de espera para realizar tratamientos y terapias, ya que los consultorios externos se encuentran cerrados. Hoy en día, cerrar las concurrencias implica dejar sin tratamiento en salud mental a la población.

Un gobierno que dice cuidar a los trabajadores debería invertir en el sistema sanitario, pasar a planta permanente a los residentes, e incluir a los concurrentes con el salario y el ART correspondiente. Sin embargo, lo que vemos es una gran cantidad de represalias para con el personal de salud que se manifiesta y expresa el nivel de precarización laboral que vivimos. Un ejemplo bien gráfico de esto fue la represión hacia las enfermeras por parte de la policía de Larreta el pasado 21 de septiembre.

Los trabajadores de la salud debemos reflexionar sobre esto en asambleas y marcar una línea de acción en conjunto, los concurrentes y las enfermeras no son considerados personal de salud, unos sin salario, otras con un salario paupérrimo. El recorte en salud no es ir en contra solo de los trabajadores del sector sino de la población en su conjunto.

-no al cierre de concurrencias

-salario y art para los concurrentes

-por el pase a planta de los residentes que se egresan

-reconocimiento de enfermería como profesionales de la salud