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En la paritaria docente de la provincia de Buenos Aires no hubo oferta del gobierno ni tampoco una demanda clara de los sindicatos del Frente de Unidad Docente Bonaerense, encabezado por el Suteba. Después de tres meses caída la paritaria y sin un acuerdo que regule nuevos aumentos, la convocatoria del último jueves 24 de la Comisión Técnica Salarial había generado expectativas en la docencia, derrumbadas con los primeros trascendidos. Se pateó una semana más, mientras la economía argentina entra en una espiral caótica.
Luego de que el gobierno provincial de Kicillof le diera en 48 horas cediera a las demandas de la policía bonaerense, los dirigentes gremiales, escondidos y en silencio durante los meses en los que se observan consecuencias educativas catastróficas en la pandemia. Horas antes, la reunión con los estatales -que agrupa también a los golpeados auxiliares de escuela- también tuvo cero de resultado.
La convocatoria fue precedida por reuniones de delegados que convocó Suteba, la semana anterior. Frente a la insistencia de las delegadas y delegados docentes para discutir la demanda salarial, los dirigentes de las seccionales evitaron por todos los medios dar alguna definición y prefirieron silenciar sus micrófonos. En Udocba y Feb -y ni hablar de los privados de Sadop- no hay instancias de deliberación desde hace meses y sus secretarios generales actúan casi a título personal.
Tras la reunión con la ministra de trabajo Mara Ruiz Malec, en un comunicado del FUDB se plantea la “necesidad de un incremento salarial que esté por arriba de la inflación”, la incorporación de todas las sumas fijas al básico y el “cobro de un plus por reconocimiento de uso de recursos tecnológicos y conectividad”. Evitan poner un monto concreto de aumento al básico y abren la puerta a que el “reconocimiento” sea a través de una suma fija, no remunerativa. Es lo que hicieron con el resto de los estatales en el primer semestre. Es, acaso, el esquema del acuerdo que, a espaldas de los docentes y en pleno receso invernal, la Ctera negoció con Trotta, que ya no soportan ni los propios.
¿Pero quién mandato a los dirigentes del FUDB para llevar esta “propuesta”? Ningún docente. Ahora los sindicatos dicen que la ausencia de propuesta trae “incertidumbre”, pero aún no conovó a ninguna instancia de deliberación para que sean los docentes quienes fijen el reclamo salarial y el plan de acción a seguir. Frente a una crisis social que se agrava, no hay margen para que vuelva a suceder lo que tantas veces: que la docencia se entere cuánto cobrará por la TV, cuando ya está todo “cocinado” entre los funcionarios y los dirigentes gremiales. Ningún acuerdo puede firmarse sin el mandato de las trabajadoras y trabajadores de la educación.
En otro andarivel, las seccionales Multicolor del Suteba votaron en sus reuniones de delegados y asambleas el reclamo de un sueldo inicial de $44.000, el 40% de aumento en todas las categorías, en camino de un salario igual al costo de la canasta familiar, actualizado por inflación, la eliminación del “impuesto al salario” y la actualización automática de las asignaciones familiares. El precarizador Plan Piedas debe convertirse en un reaseguro salarial para que ninguna familia docente se quede sin sustento.
La realidad salarial de los docentes es inapelable. El salario básico de una maestra de grado que recién inicia es de $13,772, llegando a unos $31,058 de bolsillo. Con este salario, los docentes realizan esfuerzos inusitados para garantizar el vínculo pedagógico con las y los alumnos: la conectividad, la adquisición de equipos acorde y todos los recursos necesarios salen de sus bolsillos. ¿No es claro que con la devaluación en curso y la disparada inflacionaria, necesitamos como mínimo un aumento salarial del 40%? Fue lo que el gobierno le otorgó a la “maldita” bonaerense. Plata hay. La discusión es sobre el interés social de su uso.
Frente a la paritaria, la docencia tiene importantes tareas: en cada escuela, en cada seccional, mediante pronunciamientos, asambleas y reuniones de delegados, fijar claramente los reclamos salariales y garantizar, mediante la democracia sindical, que nadie pacte a sus espaldas. Las seccionales combativas de SUTEBA pueden transformarse en el canal para que la docencia tome la lucha en sus manos.
Aumento del 40%, incorporación de todas las cifras al básico, en camino del costo de la canasta familiar. Que nada se firme sin mandato. Por un plenario provincial de delegados con mandato de escuela para organizar la lucha por el salario y todas nuestras reivindicaciones pendientes.
¡Que decidan los docentes!