A 100 años del decreto de aborto legal en la Rusia Soviética

Escribe Alejandra del Castillo

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La Rusia soviética estableció en 1920 la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo y su práctica gratuita en hospitales públicos. Se constituyó, por ello, en el primer país del mundo en consagrar el aborto legal. La medida no tuvo un carácter aislado sino se integró a un conjunto de decretos que buscaban la liberación de la mujer, entre ellos el de reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio, el referido a la jornada laboral de ocho horas y las licencias por maternidad y las horas de lactancia.

Lenin y los bolcheviques venían defendiendo los derechos al aborto y a la anticoncepción ya antes de la revolución de octubre. Los entendían como parte de la protección de los derechos democráticos elementales. Una vez en el gobierno promovieron la participación de las obreras y campesinas en los sóviets y en el Departamento para el trabajo de la mujer. Se dio impulso también a la llamada asamblea de delegadas de las trabajadoras. En cada fábrica y taller, las trabajadoras elegían sus representantes para la asamblea de delegadas que semanalmente se reunía para debatir los acontecimientos políticos y organizar las tareas vinculadas a la construcción del Estado soviético y a la emancipación económica de las trabajadoras.

La legalización del aborto fue tomada por los representantes del gobierno soviético como una medida de salud, responsabilidad del Estado, frente a las supervivencias morales del pasado y las difíciles condiciones económicas que obligaban a muchas mujeres a recurrir a las operaciones clandestinas. La Resolución de los Comisariados del Pueblo de Salud y de Justicia “Sobre la protección de la salud de las mujeres” refería que hasta el 50 por ciento de las mujeres desarrollaban infecciones en el transcurso de la operación y hasta el 4 por ciento se moría. La medida del gobierno se resolvió no sin dar lugar al debate, en tanto había posiciones contrarias dentro de los organismos del partido bolchevique y de las organizaciones de la clase obrera que planteaban que había que reforzar la planificación del embarazo, de la maternidad y la niñez. Pese a esta deliberación, procedió de manera rápida en el entendimiento que debían “proteger la salud de las mujeres”.

Todos los avances en materia de liberación de la mujer conquistados con la revolución fueron liquidados por el estalinismo incluidos el aborto legal. Como parte de la burocratización del Estado soviético, y el abandono del programa socialista, se disolvieron los organismos que debían ocuparse de organizar y orientar la lucha de las mujeres trabajadoras. La burocracia estalinista tomó estas medidas no solo desde el punto de vista económico, reducir los gastos que generaban las políticas orientadas a la socialización de las tareas femeninas, sino y principalmente, con el propósito de regimentar a la clase obrera.

A 100 años de la aprobación del aborto legal en Rusia como parte de las conquistas de la revolución socialista para la clase obrera y los sectores oprimidos, junto al conjunto de medidas destinadas a la liberación de las mujeres tomadas por el gobierno soviético antes del proceso de degeneración, muestran la perspectiva de la lucha en la situación actual. A diferencia de los planteos feministas que buscan igualdad de género sin remover las bases de la explotación capitalista, y sin cuestionar por ello la doble opresión de las mujeres trabajadoras, debemos poner la mirada en la experiencia de Rusia como la conquista del poder político por parte de la clase trabajadora es la única capaz de avanzar con las reales aspiraciones de liberación de las mujeres y todos los sectores oprimidos.

Las socialistas estamos comprometidas, y en la primera línea, de la lucha por el aborto legal porque es un derecho vital y bajo la perspectiva que el choque con la naturaleza opresora del Estado refuerza la conciencia de la clase trabajadora sobre la necesidad de la organización y de la superación por medio de la revolución y el gobierno obrero.

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