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En unos pocos días más se cumplirá el décimo aniversario del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra a manos de la patota de la Unión Ferroviaria comandada por José Pedraza. Un acontecimiento de estas características, tan sensible a la militancia y a los luchadores en general, debe ser abordado con la seriedad y el cuidado que merece. Pero, desde hace casi un año, la dirección del Partido Obrero (oficial) viene pisoteando la historia de la lucha por el juicio y castigo a los perpetradores y cómplices de este crimen contra la clase obrera. Sólo la honestidad política y la verdad histórica pueden hacer una contribución a la conciencia de la clase obrera que debe sacar conclusiones de su propia historia. Los hechos forzados y la mala memoria son maniobras de aparatos que no llevarán más que confusión a los trabajadores.
El primer atropello contra la historia de la lucha por Mariano se dio hace casi exactamente un año, es decir, el 20 de octubre del 2019, cuando por primera vez en la historia, debido a las expulsiones masivas en el PO, el aparato oficial forzó a que los compañeros y compañeras de Mariano nos dividiéramos de dos actos separados por su aniversario. En el acto del PO oficial se pudo observar tempranamente la inauguración de lo que sería una reescritura de la historia del partido con relación al asesinato de nuestro compañero y a la lucha posterior. Todos los militantes y compañeros de Mariano que habían sido expulsados fueron borrados de la historia “oficial”. Los discursos llegaron al exabrupto de reivindicar a Mariano como un ferviente militante de las campañas electorales, colocándolo forzadamente dentro de la orientación electoralista que en ese momento había adoptado la dirección del PO contra las críticas de la Tendencia. Bajo la imagen de Mariano, el aparato que dirige el PO “oficial” pretendía contrabandear su deriva política electoralista.
En la primera entrega de la serie de notas que el oficialismo comenzó a publicar hace dos meses con motivo del décimo aniversario, volvieron a violentar la verdad al esconder en sus notas uno de los hitos más importantes de la lucha por el juicio y castigo, como fue el discurso del único orador que habló en el acto en Plaza de Mayo al día siguiente del crimen. Este esfuerzo por no mencionar a Jorge Altamira fue criticado oportunamente en las páginas de Política Obrera.
Estos “olvidos” vienen de la mano de otra maniobra forzada: la intención legitimar la actividad parlamentaria del FIT-U en el Congreso Nacional y en las legislaturas. Así, la cadena de notas busca vincular permanentemente la imagen de Mariano a los diversos proyectos parlamentarios del FIT-U. Entren otras, en una nota sobre el aniversario del asesinato de Mariano que aborda “las muertes de dos trabajadores de la empresa Murata por Covid-19 -uno que fue obligado a trabajar siendo grupo de riesgo y otro sin tener acceso a elementos de higiene-”, el autor de la nota destaca que “Gabriel Solano, legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el PO y el Frente de Izquierda-Unidad, presentó un pedido de informes a Larreta por la situación de esta empresa con contratos con CABA”. Es necesario un gran esfuerzo imaginativo para lograr vincular el asesinato de nuestro compañero, junto con el de dos trabajadores precarizados, con un “pedido de informes” del legislador al Jefe de Gobierno. La memoria de Mariano pasó a ser la muleta para justificar una orientación rabiosamente parlamentarista.
Un nuevo “olvido” se dio en el reciente video proyectado en el Congreso de la UJS oficial y difundido luego en las redes. Las intervenciones de Altamira fueron otra vez ocultadas en esta edición, escondiendo no sólo la ya mencionada intervención en Plaza de Mayo sino también su intervención como orador en el festival en Plaza de Mayo, acompañado en el escenario por Calle 13. Los editores del video, o sus censores, se debieron esforzar en poder mutilar todas las escenas en las que aparecía el principal dirigente del PO, al punto de mostrar imágenes de René de Calle 13 escuchando el discurso de Altamira a menos de un metro suyo, pero sin que éste aparezca siquiera en un fotograma. El PO pretende reclutar a la juventud mostrándole hechos históricos mutilados. Sin embargo, la juventud revolucionaria, siempre curiosa y ávida de conocimientos, se preguntará qué habrá estado mirando atentamente René en ese video y tarde o temprano encontrará las respuestas.
El episodio del video editado por la UJS tuvo un triste final. En su recorte presentaron imágenes de los responsables materiales y políticos del asesinato de Mariano. Entre ellos se encuentra Juan Carlos "Gallego" Fernández, segundo de Pedraza en la Unión Ferroviaria, condenado a prisión por el crimen de Mariano. La cara de este personaje nefasto está grabada en la retina de toda la militancia del Partido Obrero, tanto como la de Pedraza, Favale o Pablo Díaz. En el video, sin embargo, se mostró la imagen de Héctor Fernández, también apodado “Gallego”, quien ejerce actualmente como diputado nacional por el peronismo. El error fue admitido por el PO oficial en un comunicado y se vieron obligados a sacar de circulación el video.
Este episodio es revelador por una cuestión fundamental. El aparato del PO se encuentra empeñado en una inmensa campaña quijotesca: la de mostrar la existencia de una “continuidad histórica del Partido Obrero”. Con estas mismas palabras titularon el texto que justificaba las expulsiones de 1.200 militantes, publicado como editorial en Prensa Obrera. Nunca mejor aplicado el dicho de “dime de qué te jactas y te diré de qué adoleces”. El grueso de las notas incluidas en la serie del décimo aniversario que publicó Prensa Obrera tiene el mismo objetivo: fingir que el PO actual es el mismo PO en el que militaba Mariano. La expulsión de su fundador y dirigente histórico, juntos con otros miembros de la dirección y más de un millar de militantes, muchos de ellos compañeros y amigos de Mariano, pretende ser presentado como un episodio menor en este cuento de la “continuidad histórica”. Se trata de una mentalidad de aparato que reivindica “el partido” haciendo abstracción de los militantes que lo componen.
Los editores del video homenaje a Mariano, sin embargo, demostraron carecer de los conocimientos mínimos necesarios para cumplir semejante tarea. El desconocimiento sobre una de las figuras más importantes que tuvo la lucha por el juicio y castigo a los culpables del asesinato de nuestro compañero vale aquí como metáfora de la dis-continuidad que existe hoy en las filas del Partido Obrero. De cara al próximo Congreso del PO, más que nunca reivindicamos el reconocimiento de nuestra Tendencia y la nulidad de las expulsiones.