Sobre el artículo “la soberanía política de la teta”

Escribe José Barraza (h)

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Acabo de leer el artículo escrito por JA y desde mi punto de vista tiene una conclusión limitada. Correctamente, expone las triquiñuelas de los partidos del régimen que se limitan a enarbolar la bandera de la moralidad para ocultar sus intereses políticos totalmente antagónicos a los intereses de los trabajadores. Incluso, se trata de legisladores o diputados que llegan al recinto con un enorme prontuario en materia de ataques a las masas laboriosas.

Sin embargo, el artículo omite que detrás de la moción “moral” de Sergio Massa sobre el diputado Ameri, que llegó al Congreso de la mano de las listas sábanas, se trató de una jugada política de baja estofa. La situación en cuestión transcurrió en el marco de la discusión de, nada menos, que la reforma en los fondos del Anses. Es decir, se estaba por votar como seguir succionando la ubre que es proporcionada por el esfuerzo de los obreros del país. Se trata de una medida que debe formar parte del rotundo rechazo de las organizaciones de jubilados y sindicatos en todo el territorio nacional.

Cuando me entere del escándalo mediático, se me vino a la mente el famoso papelito que Caputo, presidente del BCRA, le envió a la diputada del FPV, Gabriela Cerutti, en una reunión de comisión parlamentaria en el año 2019. Esta situación escandalosa produjo el levantamiento de la sesión, cuando el funcionario debía comparecer sobre el colosal endeudamiento de las Lebac y Leliq a favor de los fondos internacionales desde una función ilegal, dado que no había sido electo por el Congreso de la Nación.

En concreto, el Congreso de la Nación se ha transformado, parafraseando a Diego Latorre, en un antro donde pululan las reyertas golpistas, pero también la descomposición social de un régimen que no tiene nada que ofrecer a los trabajadores. Solo una grotesca parodia de moralidad.

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