Reviven causa trucha contra ex presidentes de la FUBA

Escribe Fede Fernández

Cierre inmediato de las causas contra Julián Asiner y Adrián Lutvak.

Tiempo de lectura: 3 minutos

La justicia federal ha vuelto a la carga en el intento de atacar la organización estudiantil con el Código Penal. Julián Asiner y Adrián Lutvak, ambos ex presidentes de la FUBA, han sido convocados a declarar el próximo 18 de noviembre en una causa abierta en 2015 por supuesta “administración fraudulenta, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público”. Esta causa judicial se origina luego de la implacable campaña de la FUBA por la expulsión del ex jefe de la SIDE, Dario Richarte de su cargo como vicerrector de la UBA. La denuncia inventada contra dirigentes estudiantiles es impulsada por el abogado radical Ricardo Monner Sans y el fiscal Guillermo Marijuán. Este sector político, del riñón de las camarillas que dominan la UBA, expresa las intenciones de un desmantelamiento completo de la Universidad pública en función de su privatización en masa.

La causa contra los ex presidentes de la FUBA contó con la palanca de varios medios de comunicación que daban por hecho un supuesto “negocio millonario” con los apuntes del cual jamás presentaron prueba alguna. La polvareda mediática, en su momento, estuvo al servicio del golpe a la Federación realizado en 2018, finalmente derrotado por la rebelión universitaria desatada el mismo año. Franja Morada y sus agrupaciones quisieron aprovechar la denuncia para justificar su congreso trucho. Francisco Strambini, el falso presidente que duró una semana y media, se constituía como fiscal de la causa amenazando con que “van a terminar todos presos”.

Espionaje ilegal y causa amañada

Como ya hemos señalado (y denunciado) esta causa incrimina a sus ´denunciantes´. Según consta en el expediente, el fiscal Marijuán llevó a cabo “discretas tareas de inteligencia” durante cinco meses. Sin autorización judicial mediante, se ha realizado una intromisión ilegal de la policía y los servicios en la UBA. De ese espionaje no surge material alguno referido a “los apuntes”. Han recolectado imágenes de militantes, volantes y actividades de las agrupaciones. La causa propiamente dicha se cae por su propio peso. Se acusa a Julián y Adrián de “no presentar balances” a la IGJ sobre las ventas de apuntes cuando esta ha sido una característica de toda la experiencia de la Federación recuperada en 2001. Esa FUBA había terminado con todos los negocios montados por la Franja en los 90´: tarjetas de crédito, empresas de turismo, agencias de empleo, prepagas, etc., todo finalizado con la recuperación de la Federación y su puesta en marcha en función de los intereses estudiantiles. La FUBA independiente presentó todos y cada uno de sus balances a los organismos votados por todos los estudiantes de la Universidad. Insistimos de todas formas que la característica de autonomía ha sido respaldada por varias generaciones, decenas agrupaciones y distintos frentes que desde el 2001 al 2018 estuvieron en la Federación. La responsabilidad penal apuntando a dos dirigentes no resiste la menor lógica ´procesal´ y al mismo tiempo es un tiro por elevación a toda una generación de lucha.

Organicemos una campaña nacional

El ´regreso´ de esta causa tiene que poner en alerta a todo el movimiento de lucha y democrático del país. En paralelo, los estudiantes procesados en Córdoba por las tomas de las facultades van a ser llevados ¡a juicio! por una lucha que ha contado con la participación de centenares de miles de estudiantes en 2018. Si bien la conducción de la FUBA y la mayoría de centros y federaciones cambió a manos del radicalismo y sus aliados y, en menor medida, del pejotismo, esto ocurrió durante el derrumbe del gobierno Macri. La crisis puede barrer de un plumazo este avance de las fuerzas políticas del régimen. Una parte del mismo es consciente de la fragilidad con la que cuentan para avalar su orientación de ajuste y privatización para la educación. En la causa contra Asiner y Lutvak buscarán asestar un temprano golpe a una oposición estructurada.

La pandemia ha expuesto el derrumbe educativo y la incapacidad de las autoridades y del gobierno para desarrollar la educación. El movimiento estudiantil tiene que organizar una rápida contraofensiva a estos atropellos. Convocamos a todas las agrupaciones, centros de estudiantes y federaciones, personalidades de derechos humanos y gremiales, de todos los niveles a organizar una campaña por el fin de esta causa y de todas las causas contra los luchadores. Por asambleas en las facultades y centros educativos que vote y resuelva un plan de lucha nacional.

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