Porqué la movilización a Desarrollo Social mostró un Polo Obrero (T) en ascenso

Escribe Eva Gutiérrez

Tiempo de lectura: 4 minutos

Una impresionante acción de lucha de trabajadoras y trabajadores desocupados de todo el país copó la atención de los medios de comunicación el miércoles y puso en escena el reclamo de los miles que engrosaron las filas de la pobreza y la desocupación en las últimas semanas y meses.

Más de cinco mil compañeros del Polo Obrero Tendencia, la OCR, 29 de Mayo, MSL (TODELAC, TODU, MOT, TODEL Venceremos), concentramos en la Avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Desarrollo Social, dispuestos a acampar hasta conquistar nuestros reclamos. Desde esa tribuna denunciamos las políticas de ajuste del gobierno, y reclamamos un plan de obras públicas para generar trabajo genuino, que es el principal reclamo que levantamos junto al de la asistencia alimentaria a ollas populares y merenderos y al reclamo de un subsidio universal para los desocupados.

La movilización fue parte de un plan de lucha que se trazó un frente de organizaciones de desocupados que mantenemos nuestra independencia política de los gobiernos de turno y que por ese mismo motivo el gobierno nacional quiso dejarnos afuera de las negociaciones por nuevos ingresos al Potenciar Trabajo e incumpliendo los últimos acuerdos que habíamos arrancado con medidas de lucha anteriores.

Desde muy temprano, los funcionarios del gobierno quisieron desactivar el corte con amenazas y extorsiones. Ya concentrados en las inmediaciones de la estación Constitución, y dispuestos a marchar hacia el ministerio, el gobierno amenazó con quitarnos los alimentos que habíamos conquistado hasta ese momento si la columna salía de la Plaza Constitución. Nos ofrecieron trasladar en una camioneta gubernamental a una pequeña delegación para armar una “mesa de diálogo”, mientras nuestros compañeros esperaban en la Plaza. Tanto la amenaza de quitarnos el alimento (toda una metáfora de la política oficial) como la propuesta del traslado de una delegación, fueron rechazadas por el conjunto de las organizaciones que estábamos presentes, y sin más decidimos avanzar por la 9 de Julio hacia el Ministerio.

La decisión de los compañeros, votada en asambleas en todo el país, era de acampar hasta que nuestros reclamos fueran atendidos. Con algunas carpas ya desplegadas, con algunos compañeros envueltos ya en sus frazadas, y con los elementos de cocina dispuestos para alimentarnos durante la noche, los funcionarios decidieron por fin atender una delegación de luchadores.

Pasadas las 20 horas, el acampe se levantó con un triunfo parcial de los reclamos.

Triunfo parcial

En la reunión con el gobierno se acordó que todos los compañeros ingresados en la última tanda de planes sociales cobren en noviembre, tal cual como era el compromiso original.

Arrancamos una nueva tanda de ingresos en diciembre y la inclusión y cobertura de los compañeros a través del Potenciar Trabajo.

Sobre el sostenimiento de comedores y merenderos, se acordó una próxima reunión para la obtención de la Tarjeta Alimentar para la compra de alimentos frescos.

Se acordó continuar con las entregas de mercadería acordadas, con el aumento comprometido la vez anterior (10% cada mes). Quedó abierta la discusión de apertura de nuevas bocas, pero no logramos un compromiso sobre esto.

Nos queda pendiente aún una cantidad importante de reclamos, como el trabajo y la apertura de nuevas bocas de recepción de mercadería en todo el país, como así también una asistencia a cientos de ollas populares que hoy se sostienen a pulmón. Consideramos estas conquistas como un triunfo parcial sobre el cual debemos apoyarnos para seguir organizando a las trabajadoras y trabajadores desocupados.

El Polo Obrero Tendencia

La Tendencia del Polo Obrero mostró en la manifestación un enorme crecimiento, debido al desarrollo de ollas populares durante la pandemia, por un lado, y al acercamiento de cientos de nuevos desocupados que quieren organizarse de manera independiente de los gobiernos y de los punteros de cualquier tipo. La clase obrera debe tomar nota de la conciencia democrática de lo/as compañero/as sin trabajo, y de la decisión de ejercer su autonomía poilítica. Más de dos mil compañeros se movilizaron en nuestra columna, porque encarnamos esos principios.

Una lucha tan decidida tuvo una importante repercusión mediática, naturalmente para atacarla, con el argumento del ‘distanciamiento social’. Ni se les pasó por la cabeza pensar de otro modo, de que si nos arriesgamos, aun con todas las precauciones del caso, es porque este manejo de la pandemia al servicio de bancos y especuladores capitalistas ha dejado a miles de hogares sin ingresos. Ahora, el gobierno quiere cortar el IFE pero no los intereses monumentales que rinden las Leliqs y la deuda pública al capital financiero. Tampoco tomó nota de que los barrios más pobres tienen niveles de hacinamiento infinitamente más elevados que los espacios que tuvimos que cortar de la avenida más ancha del país.

Los compañeros del Polo Obrero Tendencia debatieron en cada asamblea la importancia de movilizar con barbijos y con distanciamiento social; los que habilitan aglomeraciones comerciales y los ‘shoppings’ no somos nosotros. Los medios operan contra nosotros como cobertura de la política de hambre del gobierno, cuando no son los que agitan y presionan para que la explotación capitalista retome lo que sería su curso ‘normal’.

Lamentablemente, el dirigente del Polo Obrero oficial, Eduardo “Chiquito” Belliboni, se sumó a esta campaña mediática, porque entendió que la movilización cuestionaba su política de aparato y defendía la democracia y autonomía política del movimiento, retomando las banderas de 2000/0. Belliboni salió por los medios a deslegitimar a las organizaciones que estaban acampando en la 9 de Julio por las necesidades básicas de los desocupados. Dijo, literalmente, que estaba en contra de la medida de lucha que estaban llevando a cabo miles de desocupados frente al Ministerio. Por nuestras reivindicaciones y nuestros métodos nosotros somos la continuidad del movimiento piquetero de las fuentes, Belliboni aparece ahora, jugando de cacique.

Es de manual para cualquier luchador que, pese a cualquier diferencia que pueda haber entre los partidos y las organizaciones, frente a un ataque de la patronal o del gobierno los luchadores nunca cerramos filas con ellos sino con nosotros mismos. El olvido de esta premisa caracteriza políticamente al susodicho. La actitud de Belliboni ya recibió el repudio de otras organizaciones, y lo va a seguir recibiendo. Llamamos a todas a todas las organizaciones a un gran frente de lucha nacional de trabajadores ocupados y desocupados con asambleas y congresos de bases, porque esta crisis capitalista va a arreciar más fuerte contra nosotros.

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