Convocatoria a los trabajadores de farmacia

Escribe Alejandro Zinoluma

Tiempo de lectura: 3 minutos

Quisiera preguntarles y preguntarme por qué cosas debe luchar un trabajador de farmacia, oficinal u hospitalario, en este pandémico 2020 desde el punto de vista profesional (como si separar lo profesional de lo humano en compartimentos distintos de nuestra mente fuera algo posible). Quizás muchos de mis compañeros piensen que deben luchar por sus salarios, otros me contestarán que lo harían por mejores condiciones laborales, otros por el merecido reconocimiento de una profesión o trabajo tan vilipendiado como el nuestro. Habrá algunos que dirán que debemos luchar por lograr un buen grupo de trabajo en nuestras farmacias y hasta habrá aquellos que propondrán luchar por unas merecidas vacaciones. Quizás habrá muchos que sienten que no vale la pena ya luchar por nada, que ninguna pelea tiene sentido, que no hay nadie en quien confiar, que ya nada importa, que solo cuenta sobrevivir o pensar solo en uno mismo que es casi lo mismo. A los primeros, a los que se identifican con algún motivo de lucha les digo que cualquiera de los motivos arriba nombrados está ahora siendo vulnerados. También les diré que, en cualquier lucha en la que se desee triunfar y en la que no se puede vencer solo con las propias fuerzas, hay que buscar aliados, unirse, pensando en las necesidades de todos los que trabajan en nuestro sector, ya que siempre lograr algo para todos es lograr algo para nosotros mismos. A los segundos, a los que ya no creen en nada, les digo que hay otra manera, que hay una manera diferente y que no se llama resignación. La causa de mi optimismo no es utópica y radica en que todos conocemos a alguien, alguien confiable, alguien en quien creemos, alguien con el tiempo, la capacidad o el coraje para comenzar, continuar o llevar a buen puerto el reclamo de nuestras necesidades, nuestras luchas o incluso para convivir con nuestro desgano. Por ayudarnos, y ayudarse, solo nos piden alguna participación.

A todos a los cuales me dirijo en esta misiva, les llamo la atención con un par de cosas. La primera es que los derechos o reivindicaciones de los trabajadores (y abro aquí un pequeño paréntesis para hacer hincapié en que aquellos de nosotros que tenemos un título de farmacéutico sabemos que éste se transforma en un vulgar papelito cuando a los empresarios y dirigentes se les plantea alguna reivindicación) jamás cayeron ni caerán por su propio peso, siempre hubo que pelear por ellos. Nuestra época no es la excepción. La lucha o simplemente el apoyo al reclamo por lo que nos corresponde puede comenzar con pequeños pasos: lo primero es buscar organizarse junto con otros trabajadores del sector, realizar reuniones, asambleas, aunque sea online mientras dure la pandemia, y a largo plazo apuntar a la coordinación de las luchas ampliando el espectro hacia otros trabajadores de la salud. Para recuperar los sindicatos actualmente en manos de la burocracia sindical, deberíamos tener delegados en la mayor cantidad posible de farmacias, que nos permita recuperarlos desde adentro, dejar esos espacios vacantes solo fortalece la permanencia de los burócratas. Pero eso sí, juntos los profesionales y el resto del equipo de farmacia. Ninguna lucha atomizada ha logrado objetivos a largo plazo. Si como profesionales conseguimos algo, como empleados lo perderemos. Debemos unirnos con nuestros compañeros, debemos ser muchos, debemos ser más, debemos animarnos, debemos preguntarnos, debemos responder por lo que somos y por lo que queremos ser. Todos tenemos nuestros reclamos, pero es el momento en que esos mismos reclamos NOS RECLAMAN preguntándonos ¿QUÉ HAREMOS? Y entonces vendrá la propia historia de cada uno a recordarnos que no hacer nada, siempre es más costoso que HACER ALGO.

Para poder llevar a cabo estos objetivos, es que se creó Tribuna de Salud Farmacia. Los invito a participar y a unirse, enviando un mensaje a través de la página de Facebook.

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