La crisis habitacional plantea la expropiación de la tierra ociosa

Escribe Yeti

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Si miramos los estudios que se han hecho sobre urbanización de las principales ciudades de Argentina y sus periferias en los últimos 30 años, nos encontramos con un fenómeno combinado de barrios cerrados y asentamientos precarios o villas. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, de cada 100 hectáreas construidas, 84 se han destinado para residencias. De estas, la mitad corresponde a barrios cerrados. En el área metropolitana, de las 22.000 hectáreas construidas, el 55% corresponden a proyectos de barrios cerrados y el 16% corresponde a asentamientos tomados y villas; el resto fue destinado a residencias particulares permanentes o de fin de semana.

La densidad poblacional de la totalidad de los partidos del área metropolitana ha ido a la baja en los últimos años, que pasó de 45 habitantes por hectárea (2006) a 22 (2016). Es que en la totalidad de lo urbanizado los countries aportan mucha extensión de tierra, pero muy poca cantidad de personas.

Es en el área metropolitana, el déficit habitacional alcanza a mas de 2.000.000 de habitantes y se combina con la ausencia de servicios básicos como agua potable, cloacas, gas, pavimento, transporte público, etc. La extensión de los servicios obedece a inversiones privadas destinadas a los countries. El 80% de las casas no tiene red de desagüe (cloaca); entre el 50 y 60% no tiene red de agua potable. La ausencia de servicios abarca numerosos rubros.

Es necesario un plan integral, ya que la falta habitacional se entremezcla con la falta de trabajo. Se debe realizar un censo de la totalidad de las tierras ociosas que rodean los enclaves urbanos. Estas tierras deben ser expropiadas, en caso de ser privadas, y puestas al servicio de un plan integral de vivienda popular. Los mismos vecinos deben ser contratados bajo convenio para llevar adelante las obras y el planeamiento. Se deben entregar los materiales, herramientas y máquinas para poder levantar las casas, pavimentar las calles y llevar los servicios esenciales. El régimen presente es incapaz de unir todos estos elementos indispensables para el desarrollo humano y social.

Los procesos de tomas pueden ser desalojados molecularmente, pero la lucha por la vivienda se va a profundizar, los trabajadores van a sacar conclusiones de cada lucha y por eso es que debemos unificar el reclamo a nivel nacional, por un plan de vivienda digna, trabajo y urbanización.

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