Escribe Bárbara Carrillo
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El trabajador de Danone Longchamps, Daniel Moyano, se encuentra en lucha por su reincorporación. La semana pasada, la patronal le comunicó que estaba despedido, supuestamente por una causa justificada. Pero sus compañeros denuncian que esa es una excusa. Moyano se encadenó a la puerta de la planta el día jueves pasado.
El despido de este trabajador es el primero en muchos años en la planta. La sospecha de los trabajadores es que si este pasa, vendría a abrir una nueva etapa, en la que la empresa pretenderá sacarse de encima a los trabajadores, a través de despidos hormiga.
Hace algunas semanas, la firma francesa anunció en diferentes medios que iban a realizar "una revisión de su estrategia en Argentina". El CEO de Danone, Emmanuel Faber, declaró: "miraríamos los activos que no mueven la aguja para Danone porque son demasiado pequeñas o requerían doblar su tamaño localmente, así que alguien más podría ser un mejor propietario". En resumen, buscan desprenderse de las fábricas, luego de años de puras ganancias. Sobre todo en plena pandemia, ya que al ser considerado un rubro esencial (el alimenticio) jamás dejaron de producir, y se beneficiaron con el ATP durante tres meses.
Por otro lado, a principios de octubre, hubo un paro total en la planta de Longchamps, el cual fue frenado por una conciliación obligatoria. El conflicto se originó luego de que tanto Danone Argentina como logística La Serenísima incumplieran en los aportes a la obra social (Ospil). Durante más de dos semanas, los trabajadores no pudieron acceder a ninguna de las prestaciones de la obra social, en el cuadro de pandemia.
Estos elementos no dejan lugar a dudas. La patronal pretende descargar contra los trabajadores un plan de ajuste, con despidos y flexibilización. Claramente, no es la única. Todas las patronales lácteas han lanzado un ataque brutal contra los salarios y las condiciones de trabajo. Así lo demuestran el caso de Sancor y el de ARSA (Vicentin) en Córdoba. En este último caso, los trabajadores ni siquiera están bajo el convenio de lecheros. Mientras tanto, el gremio, Atilra, se dedica a enviar emisivas amistosas a las diferentes patronales, en lugar de impulsar un plan de lucha.
Desde la Tendencia del Partido Obrero, nos solidarizamos con el trabajador Daniel Moyano y exigimos su inmediata reincorporación. Se debe profundizar la deliberación entre los trabajadores a través de asambleas para discutir y votar una agenda de lucha contra todos los atropellos y en defensa de las condiciones y los puestos de trabajo, como así también de la salud del conjunto de los trabajadores.