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El gobierno “de Todos” apura la única carta que está dispuesto a jugar frente a la bancarrota económica y social: un acuerdo con el FMI. Como todos los anteriores, o incluso más, es presentado como el ancla final que sacará a Argentina de la presente crisis.
El gobierno espera reciclar la deuda cuantiosa que Macri contrajo con el Fondo. O incluso sumarle un préstamo adicional.
El FMI, que ha sacado sus “enseñanzas” del préstamo a Macri, ha sido claro: el acuerdo con Argentina debe ser precedido por un ajuste fiscal y monetario – en tiempos de pandemia.
Fernández y Fernández ya lo han puesto en marcha, al aumentarle a los estatales un 7% y una inflación del 30 por ciento.
Los gastos sociales vinculados a la “pandemia” -como el IFE- ya han sido colocados bajo la tijera.
Los contagios, sin embargo, continúan, el virus muta y una segunda ola es previsible.
El sistema sanitario se encuentra colapsado, y exige ¡más que nunca! salarios, relevos y recursos para los trabajadores de la salud.
No es cierto que una vacuna saldrá barata: AstraZeneca ha informado oficialmente que su precio será de mercado a partir del mes de julio próximo.
El plan de estabilización del FMI-FdT enfrenta contradicciones brutales. Por eso será votado por el Congreso, siguiendo el planteo de un acuerdo que formuló Cristina Kirchner.
El ajsute consiste en el aumento general de tarifas, como había empezado Macri; una movilidad jubilatoria regresiva e incluso un aumento de la edad de retiro; una reforma impositiva que no tocará el IVA ni el impuesto al salario, pero que afectará a otros impuestos, que sostienen los presupuestos provinciales. Es el anuncio del despido masivo de trabajadores estatales.
En la ´carpeta´ del Fondo, por supuesto, está incluido otro cepo a los salarios, y la cuestión de la reforma laboral, para facilitar el costo del despido.
Con la expectativa en este acuerdo, los especuladores han salido a comprar más deuda pública.
Y Corte Suprema, un sonado fallo a favor del gobierno.
La vivienda y la salud al descenso.
Para legalizar este ajuste, el gobierno finge que la “pandemia ha terminado”. Salarios, jubilaciones, defensa de la vida y la salud.
La burocracia de los sindicatos y las organizaciones sindicales de los punteros del oficialismo han decidido colaborar con este ajuste, a cambio de ventajas para sus aparatos
Pero el horno está caliente.
Planteamos plenarios y congresos de bases con mandato, para defender las paritarias, la recomposición completa del salario, el 82% móvil.
Y un programa integral de vivienda y de salud: confiscación de todos los terrenos aptos para la construcción de viviendas para todo el pueblo trabajador carente de ellas; una salud pública única, no para el lucro sino para las necesidades de las mayorías.