Tuberculosis: mucho más que una bacteria

Escribe Claudio Vallori

Tiempo de lectura: 1 minuto

La OMS informó durante el 2018 que cerca de un cuarto de la población mundial tiene tuberculosis latente. Significa que tiene la bacteria, pero todavía no ha enfermado. Se trata de nada menos que 1.500 millones de personas. Durante el 2018, 10 millones de personas enfermaron y 1 millón y medio murieron, entre ellos, 250 mil enfermos con HIV.

Durante mi atención en el hospital público vi los típicos carteles pegados en las paredes sobre distintos talleres, uno de ellos, sobre la prevención de esta enfermedad, lo que me llamó a ver los datos en nuestro país. La provincia de Buenos Aires tiene zonas rojas por los contagios, como Escobar, Campana y Zárate. La contradicción es que sobre unos de los cordones industriales más importantes, donde se asientan exclusivos countrys, miles de trabajadores conviven en viviendas precarias y hacinadas, contagiados por el bacilo de la tuberculosis.

Las condiciones para el contagio de la enfermedad son las mismas que facilitan el desarrollo del covid-19 – sobrepoblación, ambientes mal ventilados, mala alimentación.

La vacunación de la BCG contra la tuberculosis tiene que ser aplicada al nacer antes de dar el alta el recién nacido. Lo que estaría explicando el aumento de casos es una falla de los planes de vacunación, como ya ocurriera con el reciente brote de sarampión bajo el gobierno de Macri.

Las provincias de Salta, Jujuy y Formosa tienen altos niveles de contagio, pero la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires concentran el 45 por ciento de casos en el país.

Los lugares de trabajo, como ocurre con el Covid, son también focos de contagio. Es el caso de la industria de la indumentaria, bajo la modalidad de los talleres mal llamados ´clandestinos´ -porque están a la vista de todos y todas- son un caldo de cultivo de esta enfermedad. Primeras marcas -como Cheeky- se confeccionan en talleres de esta característica. En ese taller, 50 trabajadores compartíamos una letrina sucia. Los sindicatos SOIVA (costureros) y la Unión de Cortadores brillan por su ausencia para evitar las condiciones de insalubridad de los trabajadores.

Suscribite al canal de WhatsApp de Política Obrera