La huelga conjunta de aceiteros y recibidores de granos abre una oportunidad para todos los trabajadores

Escribe Juan Ferro

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La Federación de Aceiteros (FTCIOD y ARA) y los Recibidores de granos (URGARA) han fusionado los reclamos y han declarado juntos una huelga general. El gremio de los recibidores de granos, pequeño pero de alta calificación y estratégico en cuanto a su poder de fuego, venía realizando paralizaciones parciales de los embarques cerealeros en los puertos, tras los sucesivos fracasos de las negociaciones salariales con la Cámara de Puertos Privados.

Los reclamos de los recibidores incluyen, junto al aumento de salarios, la reducción de la jornada laboral, el cumplimiento de un estricto protocolo de seguridad e higiene y la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios.

La Federación, por su parte, reclama desde hace tiempo la vigencia de cláusula de revisión salarial firmada por las propias cámaras patronales en la última paritaria. Los aceiteros reivindican un salario básico equivalente a una canasta familiar, que era, al 31 de agosto, de $81.670 pesos El básico que está cobrando es de $68.678. Los 13 mil pesos de diferencia no constituyen un 176% de aumento, como declaran algunos diarios, sino un 20%.

Las cámaras patronales se niegan a pagar esa diferencia alegando que la revisión solo se aplicaba cuando la inflación superara el 25%. En cualquier caso, la inflación real, que en 2020 orillará el 40%, ya ha superado los aumentos otorgados hace ya más de seis meses.

Los aceiteros no aceptan diferir sus salarios básicos ni tampoco cobrar en cuotas no remunerativas, o que su propio sueldo sea un "conformado", en el que el básico es la mitad, como acepta la burocracia de la inmensa mayoritaria de los sindicatos La exigencia de una reducción de la jornada laboral, por parte de los recibidores de granos, no podría ser más oportuna, cuando ha sido declaracada “actividad esencial” en el marco de la pandemia, con todos los riesgos y sacrificios que esta esencialidad implica. La clase obrera ´esencial´ del cordón de Santa Fe -y de todo el país- ha sido verdaderamente diezmada por los ritmos laborales y el Covid. (ver nota).

Por si era necesario algo más para dar impulso a esta lucha, acaba de anunciarse el cierre de Buyatti, una recibidora de granos, que deja a cien obreros en la calle, como consecuencia del vaciamiento de Vicentin. La huelga de la Federación Aceitera y de la Unión de Recibidores, vuelva a poner en escena un tema que nunca abandonó, que es el desfalco de Vicentín, el cual, sin duda, ha abierto una crisis en el negocio de exportación, en el sector agrario y en la banca estatal.

Reacción patronal

Aunque pueden cómodamente pagar un básico de $81.670, las patronales están buscando abrir una discusión salarial "por ramas", con el propósito de establecer fuertes desigualdades salariales, ello, a pesar de que todos realizan el mismo trabajo y que todas las patronales procesan productos dolarizados. El patrón de Acindar, jefe de la UIA y familiar de aceiteros, Carlos Acevedo, acaba de declarar, sin la menor vergüenza, que los salarios, en Argentina, “son caros”.

Las patronales han señalado que el "cumplimiento del reclamo obrero las obligaría "a endeudarse en mil millones de dólares" (Urgente 24). Es, por supuesto, una mentira, que apunta a disimular que, bajo Macri, se endeudaron en varias veces más que eso para especular con las diferencias de tasas de interés en entre el mercado internacional y el local, provocando una enorme bancarrota. Ahora hace lo mismo, de otro modo, retiene las divisas de la exportación en cuentas bancarias en el exterior. La patronal cerealera obtiene grandes ganancias de lo que mejor sabe hacer: la extorsión.

Toda la clase obrera

Bien mirada, la huelga aceitera y de los recibidores coloca la cuestión del salario en la agenda de lucha. La caída brutal de los salarios reales pone en evidencia la crisis de la abrumadora mayoría de las paritarias, que la burocracia sindical ha firmado, en forma sistemática, por debajo de la inflación.

Aunque el sindicato aceitero de San Lorenzo, que no intregra la Federación, no se suma a la huelga, existe una enorme simpatía con ella; una huelga conjunta de la exportación sería vital para que la clase obrera transforme su actual situación defensiva en ofensiva.

Saludamos el paro conjunto de ambos gremios. El mismo amerita tambien asambleas conjuntas para continuar un plan de lucha pues un paro de 24 horas no va a quebrar a estas grandes patronales

Llamamos a los activistas de todas las grandes empresas ha discutir los métodos de agitación y organización que pongan en la agenda de la clase obrera la huelga general – por un aumento del 40% de salarios y jubilaciones, y por el inmediato ajuste a la inflación.

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