Catamarca: el intendente Enrique Aybar a la cárcel

Escribe Dayana Yapura

Tiempo de lectura: 2 minutos

El movimiento de mujeres de Catamarca logró finalmente que el ex intendente Aybar, de la localidad de La Puerta del Corral Quemado, departamento de Belén, fuera encarcelado para cumplir la condena a 6 años de prisión en su contra por abuso sexual contra una niña. Así lo decidió el viernes 11 de diciembre, la Corte de Justicia al rechazar el recurso de casación planteado por la defensa.

Aybar fue condenado(ver nota https://politicaobrera.com/mujer/2425-catamarca-condenan-por-abuso-sexual-al-intendente-aybar), a más de 8 años de que la joven y su madre realizaran la denuncia. En aquella oportunidad, Aybar a pesar de ser condenado, quedó en libertad e incluso retomó su función como intendente. Estaba cumpliendo su tercer mandato al frente del municipio. Cambiemos -que lo llevó como candidato en las pasadas elecciones- procuró desentenderse de toda la responsabilidad, declarando que Aybar no integraba las filas de la UCR, y que su candidatura la hacía desde su condición de “candidato independiente”, como si ello los eximiera de responsabilidad política. Ha sido la estructura partidaria de la UCR la que le permitió participar de las elecciones y asumir un nuevo mandato.

Del otro lado, el FdT impulsó en la Cámara de Diputados la intervención del municipio, pero no alcanzó a reunir la mayoría calificada para tratar el proyecto, por la negativa del Frente Cívico y Social.

Pero con la intervención al municipio, el gobierno de Jalil pretendía ir al rescate institucional, procurando evitar preventivamente que el proceso en curso y otras denuncias de abusos que iban cobrando estado público pudiera desatar una pueblada. En ese mismo sentido Jalil recomendó a Aybar que pidiera una licencia por 90 días.

La experiencia de este caso y de muchos otros que han salido a la luz en los últimos años ha puesto de manifiesto la existencia de un régimen que permite que los que detentan posición de poder puedan cometer todo tipo de abusos impunemente. En el caso Aybar se puso de manifiesto todo el entramado de encubrimiento que desde la justicia, los gobiernos y los partidos patronales, permitió que un personaje menor, pero con poder en un pequeño municipio, se transformara en dueño y señor y pudiera cometer todos estos atropellos sobre jovencitas y familias indefensa. En muchos casos, sus denuncias fueron desestimadas; en otros casos, las familias quedaban marginadas, mientras el abusador gozaba de todas las franquicias para presentarse y ser reelecto haciendo ostentación de que él podía hacer y deshacer como quisiera en el pueblo.

Fue la persistencia del movimiento de mujeres de la provincia, la que permitió mantener vivas las denuncias y el escenario más general de crisis y luchas populares la que permitió que una de las causas pudiera avanzar, y en esa medida, Aybar vio cómo le iban soltando la mano, hasta que finalmente llegó la condena.

Sin embargo, queda un largo camino por delante. Sobre Aybar pesan al menos cinco denuncias más por abuso sexual contra niñas y mujeres, que aún están cajoneadas por la justicia. También numerosas denuncias contra curas abusadores. Debemos tomar de esta experiencia, redoblar los esfuerzos y volcarnos a desarrollar un plan de lucha para lograr justicia por todas las sobrevivientes, en coordinación con los familiares y víctimas de impunidad.

¡Adelante, compañeras!

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