Rosario: justicia por Milagros

Escribe Aixa L

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Milagros, una adolescente de 15 años, del barrio Ludueña de Rosario, fue secuestrada, drogada y violada por un grupo en el día de su festejo de cumpleaños. Se encuentra internada en terapia intensiva con lesiones severas. La noticia recorrió los medios nacionales y desató grandes movilizaciones frente a la comisaría.

Bronca en el barrio

El caso desató piquetes y movilizaciones de familiares y vecinos de la víctima por el pedido de justicia y el encarcelamiento de los diez acusados que hay por el momento. Durante la noche del domingo, estalló barrio Ludueña con una enorme concentración de vecinos en la Comisaría 12° donde se encontraba el primer detenido. Allí mismo, donde un centenar de personas exigían hablar con el fiscal, la policía reprimió con balas de goma.

La rabia desatada el domingo por la noche, que hasta ha impulsado a los vecinos a incendiar el domicilio del primer detenido, y el pedido de justicia por Milagros, ha seguido su curso en estos días frente al Centro de Justicia Penal el día lunes y una movilización por el barrio el día martes.

La nueva movilización ha desbordado las calles de Ludueña con miles de personas. El caso ha revuelto más que a vecinos y vecinas del lugar. Milagros fue destrozada por dentro, tuvieron que intervenirla quirúrgicamente. La madre sintetiza en una frase el estado de sobrevida en el que la dejaron: “sentía que se me moría en brazos".

La exigencia colocada desde un primer momento fue la detención de todos los acusados. La primera detención fue el día domingo. Por estas horas, a media semana, se detiene a un segundo responsable. Los avances de la investigación arrojan que habría cinco personas más involucradas.

Organicemos la lucha contra la violencia

La violación en manada es una de las expresiones más brutales que aparece entre los eslabones de la violencia y abuso sistemático que se descargan sobre las mujeres trabajadoras y las jóvenes en las barriadas. Pero el repudio que se puso de manifiesto de punta a punta entre la población y la irrupción masiva en la calle no se circunscriben solo a la brutalidad de este hecho. Rosario ha atravesado los últimos meses con una catarata de denuncias de secuestros y violaciones; la provincia se encuentra siempre a la cabeza en cantidad de denuncias o femicidios.

Lo que aflora en las barriadas de la ciudad y la provincia es la barbarie que se vive. Donde el narcotráfico hace estragos, creció la pobreza y la indigencia, a la par que el desempleo, y la violencia sistemática contra las mujeres no deja de crecer. A este escenario se sumó la pandemia, que ha dejado miles de muertos en la ciudad.

Organicemos la bronca contra las violencias que aplastan a las mujeres trabajadoras y la clase obrera toda.

¡Justicia por Mili!

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