A tres años de la ocupación de AGR-Clarín

Escribe Pablo Viñas

Tiempo de lectura: 5 minutos

Con un grupo de obreros graficos y compañeros del PO, nos encontramos a las 4 de la mañana de ese lunes 16 de enero de 2017 en el local del Partido Obrero de Pompeya, a una cuadra de la planta. El sábado anterior a las 6 de la mañana había comenzado la vigilia obrera en puerta de fábrica votada en asamblea, con la que controlamos que no se llevaran máquinas. Ese mismo sábado a la mañana ya habia existido un primer momento de tensión cuando los dos delegados de la noche (Chino y Eze) se quedaron varias horas en el cuarto gremial dentro de la planta tras terminar su turno desoyendo las "órdenes" trasmitidas por los de seguridad que pedían que se retiren del cuarto gremial y de la fábrica. Queríamos asegurarnos que nadie entrara por ninguna de las múltiples puertas a hacer ningún trabajo de desarme. La situación era más que preocupante, los de RRHH habían retirado hasta los adornos de sus escritorios, y nos llegaba información múltiple de que se habían llevado computadoras y/o memorias de las mismas en administración. Los galpones de bobinas de papel ya habían sido reducidos al mínimo con un invento que montò el Grupo Clarín -con anuncios inmobiliarios y recorridas de "potenciales compradores" incluida-, de que vendería todo el predio de Alba y Envases Centenera (y los galpones de bobinas incluidos) pertenecientes al Grupo, para hacer una suerte de mercado tipo "La Salada" para la zona Sur de CABA. Había que prepararse para un conflicto largo, y para una ocupación. Aún no sabíamos cuál sería el golpe, todo indicaba que habría despidos masivos, pero no sabíamos hasta dónde pensaba llegar la patronal. La empresa tampoco imaginó hasta dónde llegaría nuestra disposición a resistir sus atropellos. Para las 5:30 ya teníamos dispuestos, por si resultaba necesario, distintos medios para poder ingresar a nuestra fuente de trabajo ante lo que asomaba como un lokout patronal. Lo que incluía una gran escalera, un grupo electrógeno y demás herramientas. Nada de esto fue necesario. A esa misma hora la patronal a través de su seguridad privada pegò en la puerta un cartel mediante el cual anunciaba el cierre total de la fábrica, el despido de todos los trabajadores de AGR-Clarín y el pago de las indemnizaciones. Compañeros con 20, 30 y hasta 40 años de antigüedad eran arrojados a la calle con un simple cartel en la puerta. Recuerdo que con el Chaqueño dimos mas temprano unas vueltas con su chata. Asomaban algunos retenes policiales de lo que luego sería un operativo mayor. Ese operativo no logrò detener la decisión obrera, pero demostró cómo el Estado se encontraba custodiando los despidos masivos de Clarín. Tras recibir la noticia del cierr,e nos fuimos reuniendo en asamblea con todos los compañeros del turno mañana que debían ingresar a esa hora, y otros de otros turnos que también se habían convocado ya que se esperaba que fuera un día decisivo. Un compañero me hizo notar que había una reja que solía salirse de lugar, allí se dispusieron varios de los compañeros más corpulentos. La palabra unidad sería la clave. Otro compañero propuso que pusiéramos el flete frente a la puerta mientras realizábamos la asamblea, para cubrirnos de los ojos policiales que a esa altura ya iban rodeando la planta. La asamblea fue breve. Al momento de su cierre, cuando llamamos a defender la unidad obrera, la reja abría paso a cerca de 150 obreros que en menos de un minuto estaban dentro de la planta ocupando su lugar de trabajo y retirando a los miembros de la seguridad privada que había sido inútilmente "reforzada". Así comenzamos una ocupación fabril que rendiría homenaje, sin saberlo, a la histórica ocupación de Frigorífico Lisandro de La Torre ocupado para la misma fecha. Con el ingreso a la planta, comenzarían meses de una profunda experiencia de lucha, contra parte de los primeros despidos masivos en la era Macri. AGR inauguró una etapa de ocupaciones y acciones obreras que, a pesar del bloqueo burocrático, pusieron de manifiesto los límites impuestos por la clase obrera al gobierno macrista. La experiencia de AGR incluyó 82 días de ocupación y de acampes, resistencia a represiones policiales, producción bajo control obrero que desató la ira de Magnetto - jamás pensó que lograríamos esa proeza- logrando imprimir con los grupos electrógenos como no lo lograba hacer la propia patronal, “abrazo” al diario Clarín del Domingo -por el cual hoy sigo procesado-, representativos plenarios obreros, asambleas, enormes movilizaciones y jornadas de piquetes nacionales, el primer paro general del gremio gráfico en décadas, y un largo etcetera. Fueron meses también de compartir y convivir entre compañeros de trabajo a los que la vida y la determinación a defender nuestros derechos nos había hermanado en ese combate, del cual nos han quedado cientos de anécdotas, momentos duros y también felices, meses de resistencia de cada familia en cada hogar y en el propio acampe apoyando la lucha. Se cumplen 3 años de la histórica ocupación de AGR-Clarín. Envío un fuerte abrazo a todos mis compañeros de fabrica con los que compartimos años de trabajo y experiencias y que sufrimos aquellos despidos, en especial a todos los que dieron pelea con la ocupación y las familias que conformaron la comisión de apoyo clave para el aguante en aquella dura pelea, y también a todos los compañeros y organizaciones que apoyaron nuestra lucha. Se trató de un cierre fabril trucho, con el objetivo de precarizar mano de obra para destruir las conquistas obreras acumuladas y la organización gremial. Hasta el día de hoy, Clarín sigue imprimiendo los productos que hacíamos, pero ahora lo hace en su otra planta gráfica (AGEA), dónde trasladó gran parte de las máquinas que pertenecen a AGR, y en la que formalmente se "disolvió" la sociedad AGR como se reveló el propio Boletín Oficial. Por todo ello, aún un grupo de compañeros reclama, con toda razón, su reinstalación en la fábrica de la calle Zepita -la otra planta de Clarín. La ocupación obrera se paró de manos contra el despotismo patronal y su impunidad para despedir masivamente, les hizo conocer a "la señora Noble" y a Magnetto una ocupación fabril en sus barbas, y marco el camino de muchas ocupaciones fabriles que continúan hasta el día de hoy, habiendo recibido un apoyo y generando una conmoción en el activismo. Ello, a pesar del cerco mediático que incluyó a patronales K, al propio Grupo Clarín y medios amigos como La Nación, que tomaría el mismo camino de cierre y despidos un tiempo después. Contra esa solidaridad patronal que recibió Clarín, nosotros recibimos la solidaridad obrera de los compañeros de los otros medios que dieron pelea por que saliera a luz la lucha que se intentaba acallar, y la de cientos de obreros, comisiones internas y sindicatos. La determinación de lucha de un puñado de obreros gráficos, contrastó con la politica de la burocracia sindical del propio gremio gráfico, de la CGT y de la CTA que le dejaron pasar todas al Macrismo, y que por ello han formaron parte esencial del ajuste. Es la misma CGT que hoy guarda silencio frente a un nuevo robo a los jubilados y el achatamiento de las escalas salariales y las paritarias a la baja que se anuncian en estos días. A tres años de esta gran lucha: ¡Frente a todos los despidos la ocupación! Abajo el ajuste y la represión. Absolución y desprocesamiento en la causa penal que aún hoy Clarín persigue contra mí persona por el abrazo a la planta del diario. Reinstalación de los trabajadores que reclaman sus puestos de trabajo en Zepita. ¡Vivan las luchas obreras!

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