Salta: 95% de objetores declarados en el principal hospital de la provincia

Escribe Flor Ruiz

Redoblemos la movilización y la organización por el derecho al aborto legal ya, sin restricciones.

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A días de lo que será una gran movilización política en nuestro país por la aprobación del derecho al aborto legal seguro y gratuito, el gerente del Hospital Materno Infantil, Federico Mangione, constataba lo que ya es conocido en la provincia: el 95% de los médicos de esa institución se declaran objetores de conciencia. Esta cifra se extiende y llega al 100% en el interior de Salta.

Mangione reconoce que los hospitales no cuentan con profesionales necesarios para garantizar la práctica, en tanto que los casos relacionados con aborto -en la mejor de las variantes- son derivados al hospital que dirige. El dictamen de Interrupción Voluntaria del Embarazo que salió de la Cámara de Diputados legitima esta realidad contra la vida y la salud de las trabajadoras y sus hijas.

La objeción de conciencia, que se esgrime con argumentos que invocan la “moral” y las creencias religiosas personales, es un obstáculo con el que las mujeres venimos lidiando desde el fallo FAL, donde la Corte Suprema extendía, bajo la presión de la lucha de las mujeres, el derecho al aborto no punible para casos de violación. Para estos casos, gobernadores y ex gobernadores propiciaron protocolos restrictivos y de judicialización, admitiendo como parte de esas barreras la declaración de objetores. En el 2018, el movimiento de mujeres logró tirar abajo el restrictivo protocolo para la aplicación del aborto no punible establecido por el decreto 1170/12 – exigía “la presentación de la denuncia penal o la declaración jurada con asistencia del defensor oficial o del asesor de menores e incapaces según corresponda”.

En los hechos, la objeción de conciencia es el instrumento del Estado para hacer prevalecer la injerencia clerical y oscurantista en el sistema de salud, dando como resultado cifras inescrupulosas: en Salta, cada dos días, una niña de entre 10 y 14 años es “madre”, o más bien torturada bajo el concepto ´principista´ de la objeción de conciencia y la interposición de las creencias religiosas en el sistema de salud.

Las declaraciones de Federico Mangione deben ubicarse en un escenario donde son asentados 3.226 ingresos hospitalarios por complicaciones en abortos al año. Se estima que el número real de abortos que se hacen en la provincia en el mismo periodo es esa cifra multiplicada por 6 o 7. Salta tiene la tasa de egresos hospitalarios por abortos más alta de Argentina, con un 89,3 por cada 10 mil personas con capacidad de gestar. El estado utiliza la objeción de conciencia para perpetuar un régimen enemigo de la maternidad, enemigo de la familia obrera, y de la salud de las mujeres, y desligarse de la responsabilidad de garantizar el acceso a la práctica en los hospitales.

La objeción de conciencia anticipa la necesidad de redoblar la movilización y la organización independiente del movimiento de mujeres trabajadoras, hacia y después del 29. El acceso a este derecho que peleamos en las calles solo será posible con la lucha y organización conciente contra el Estado y contra este gobierno de objetores.

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